Heidy González preguntó:
Ambas formas septiembre y setiembre se pueden usar, aparecen en el Diccionario de uso del español en América y España (VOX, 2003) con la definición: setiembre (también septiembre) nombre masculino. Noveno mes del año, ej. setiembre tiene 30 días. Según el Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005), para el mes de septiembre «existe también la variante setiembre, reflejo en la escritura de la relajación de la p en la articulación de esta voz, pero en el uso culto se prefiere decididamente la forma etimológica septiembre». (Depto. Lingüística, ILL)
osvaldo preguntó:
Consideramos que se refiere a la palabra sepsis que aparece en el Diccionario de la lengua española (RAE, 2001) de la siguiente manera: sepsis.1. f. septicemia.1. f. Med. Afección generalizada producida por la presencia en la sangre de microorganismos patógenos o de sus toxinas. (Depto. Lingüística, ILL)
Raúl García Cuervo preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas.
La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas.
Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros. Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo.
En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército.
Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje.
Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres.
Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo.
Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas.
En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales.
Como se puede apreciar, este es un tema que no está aun concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo tiene que ver con la lengua misma sino también con un problema social de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de género. (Depto. Lingüística, ILL)
kariel gonzález preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas.
La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros.
Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo que se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército.
Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje.
Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo.
Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. (Depto. Lingüística, ILL)
Jesus preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas. La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros.
Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército. Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje. Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo. Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. Como se puede apreciar, este es un tema que no está aun concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo tiene que ver con la lengua misma sino también con un problema social de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de género. (Depto. Lingüística, ILL)
saria preguntó:
Sobre el uso de las palabras sino y si no, señala la Ortografía de la lengua española (2010) que la voz sino puede ser el sustantivo masculino que significa 'fatalidad o destino': ¿Qué extraño sino me encadenó a él? (Gallegos, Pasado, Costa Rica, 1933). Puede tratarse también de la conjunción adversativa sino, que presenta los siguientes valores: a)Introduce un elemento que reemplaza o sustituye al negado en la oración precedente: ej. Se diría que no es el escándalo lo que teme, sino la inobservancia de las formas. (V. Llosa, Verdad, Perú, 2002). b)Si el elemento negado en la oración antecedente no está explícito, sino adquiere un valor cercano a más que, otra cosa que: ej. Aquel odio no era sino la cara deformada en un afecto no correspondido. (Jodorowsky, Danza, Chile, 2001). c)Toma a veces un valor equivalente a salvo, excepto o aparte de, tanto en oraciones negativas como en interrogativas retóricas: ej. Sabes que no quiero a nadie sino a ti. (Regas, Azul, Esp., 1994). d)En correlación con no solo o no solamente, denota adición enfática de otro u otros miembros a la cláusula: ej. Regresaba no solo sucio y extenuado, sino enfermo. (Sánchez, Héroe, Col., 1988). Señala también que estos usos de la conjunción sino, siempre escrita en una sola palabra, no deben confundirse con la secuencia formada por la conjunción si seguida del adverbio de negación no: ej. Los resultados, si no espectaculares, fueron rotundamente positivos. (País, Esp., 2.4.1984). Puede servir de orientación para saber cuando escribir sino o si no, tener en cuenta que la conjunción sino es átona, carece de acento prosódico, mientras que en la secuencia si no el adverbio no conserva su tonicidad característica. Las formas así mismo y asimismo aparecen en los diccionarios consultados como variantes cuando presentan el significado de 'también'. El Diccionario de uso del español de América y España (2003) y el Diccionario de la Lengua Española (2001) definen a partir de la palabra asimismo que aparece recogida con la siguiente significación: asimismo. (también escrito así mismo). adv. formal. Indica que cierta información nueva se añade a otra ya conocida o expresada con anterioridad: ej. los organismos internacionales han decretado el estado de alerta en la región, y han acordado asimismo el envío de tropas de pacificación. Sin embargo, a pesar de ser variantes las dos formas, la Ortografía de la lengua española (2010) aconseja con respecto a su escritura lo siguiente: asimismo ('también'). Se desaconseja, con este sentido, la grafía así mismo, para evitar su confusión con la secuencia así mismo ('de ese mismo modo'), escrita siempre en dos palabras: ej. Dile asimismo que me devuelva el dinero o se atenga a las consecuencias ('dile también que.'), frente a Así mismo se lo diré ('se lo diré de ese mismo modo'). Por otra parte señala el Diccionario panhispánico de dudas (2005): estas expresiones adverbiales no deben confundirse con la secuencia a sí mismo, formada por la preposición a, el pronombre reflexivo sí y el adjetivo mismo: ej. Sonríe mucho, parece gustarse a sí mismo y no tiene complejos. (País [Esp.] 1.12.87). (Depto. Lingüística, ILL)
Genniel preguntó:
La palabra sicario aparece recogida en el Diccionario de uso del español de América y España Vox (2003) con la siguiente significación:
sicario. Asesino a sueldo: ej. Fue el presunto sicario contratado por los narcotraficantes para acabar con el presidente de la república. (Depto. Lingüística, ILL)
marco saenz preguntó:
Ambas formas psicología y sicología son correctas, aparecen registradas en el Diccionario de uso del español de América y España (VOX, 2003) de la siguiente manera: psicología (también sicología, poco usado) fem. 1 Ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con el medio ambiente físico y social que lo rodea: ej. manual de psicología; estudia psicología en la universidad. 2 Manera de sentir, de pensar y de comportarse de una persona o una colectividad. 3 Capacidad para conocer el carácter de las personas y comprender las causas de su comportamiento: ej. tiene mucha psicología y sabe cómo tratar a los demás. En el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) de la RAE, ambas variantes aparecen documentadas: sicología en 153 documentos y psicología en 819 documentos. Por lo tanto, es más común el uso con la p-. La p- delante de psicología no se pronuncia, es una marca etimológica del griego, idioma del que procede la palabra. (Depto. Lingüística, ILL)
Anelis preguntó:
Las palabras que comienzan con el grupo ps-, que aparece en numerosas voces cultas ya que conservan la etimología griega, admiten las dos variantes gráficas: psicólogo y sicólogo.
Señala la Ortografía de la lengua española (2010) que si bien los especialistas de las disciplinas a las que pertenecen este tipo de términos por lo general suelen decantarse con preferencia por las grafías etimológicas, se considera asimismo válido el empleo de las variantes gráficas simplificadas que reflejan la pronunciación habitual de estas voces en español. (Depto. Lingüística, ILL)
yoandy preguntó:
La voz sidecar está aceptada en español. Proviene del inglés sidecar, compuesto por side `lado` y car `coche`, por adosarse a uno de los lados de la motocicleta. Se pronuncia tal cual se escribe. A continuación mostramos el significado que aparece en el Diccionario de uso del español de España y América (2003):
sidecar. sust. masc. Especie de cochecito de uno o dos asientos con solo una rueda lateral que se acopla y engancha a uno de los lados de algunas motocicletas: ej. Después de la guerra, proliferaron los sidecares. (Depto. Lingüística, ILL)