Ruddy Artiles preguntó:
La locución adverbial 'siempre jamás' aparece recogida en el Diccionario de la lengua española (2001) con el significado de siempre, en sentido reforzado: ej. ambos se juraron fidelidad, el uno al otro, por siempre jamás, sin importar peligros o dificultades. Con este sentido lo más usual es que dicha locución adverbial aparezca precedida por la preposición 'por', tal como aparece registrada en el Diccionario de uso del español de América y España (Vox, 2003): por siempre jamás. loc. adv. En cualquier momento del tiempo, sin interrupción, desde el momento del cual se habla en adelante: ej. te querré por siempre jamás. Por otra parte, en este diccionario aparece la locución adverbial 'hasta siempre' con la siguiente acepción:
hasta siempre. loc. adv. Expresión que se utiliza para despedirse de alguien al que no se piensa volver a ver en un plazo largo de tiempo pero al que se espera tener presente: ej. ¡buen viaje de regreso a tu país y hasta siempre! (Depto. de Lingüística, ILL)
Rodolfo Oquendo preguntó:
Acerca del uso de mayúsculas en siglas y acrónimos la Ortografía de la Lengua Española (2010) señala que los acrónimos (siglas cuya configuración permite su lectura secuencial como palabras) pueden lexicalizarse y convertirse en palabras, pasando a escribirse solo con mayúscula inicial si se trata de nombres propios (Unicef), y enteramente en minúsculas, si se trata de nombres comunes (ovni).
Destaca que la lexicalización de los acrónimos es un proceso gradual, que se ve favorecido por la progresiva debilitación en la conciencia del hablante de su originaria condición de siglas.
Por ello, resulta normal y frecuente que convivan en el uso durante un tiempo las grafías completamente en mayúsculas con grafías en minúscula: MININT o Minint. (Depto. Lingüística, ILL)
Ramiro Cabrera preguntó:
Acerca del uso de mayúsculas en siglas y acrónimos la Ortografía de la Lengua Española (2010) señala que los acrónimos (siglas cuya configuración permite su lectura secuencial como palabras) pueden lexicalizarse y convertirse en palabras, pasando a escribirse solo con mayúscula inicial si se trata de nombres propios (Unicef), y enteramente en minúsculas, si se trata de nombres comunes (ovni). Destaca que la lexicalización de los acrónimos es un proceso gradual, que se ve favorecido por la progresiva debilitación en la conciencia del hablante de su originaria condición de siglas. Por ello, resulta normal y frecuente que convivan en el uso durante un tiempo las grafías completamente en mayúsculas con grafías en minúscula: MINED o Mined. (Depto. Lingüística, ILL)
Sandra preguntó:
La Ortografía de 2010 (p. 509-511) establece que, como ocurre en otras lenguas, las mayúsculas se emplean también en nuestro sistema ortográfico para formar siglas, abreviaciones constituidas por las letras iniciales de los elementos que integran ciertas expresiones complejas, por lo general nombres de entidades o denominaciones fijas propias de la terminología de distintos ámbitos (científico, administrativo, etc.): ONU (sigla de Organización de las Naciones Unidas), FMI (sigla de Fondo Monetario Internacional), ADN (sigla de ácido desoxirribonucleico), CD (sigla del inglés compact disc), IVA (sigla de impuesto sobre el valor añadido).
Su escritura característica enteramente en mayúsculas, con independencia de cómo se escriba la expresión compleja a la que reemplazan, permite distinguir con claridad las siglas del léxico común, como se pone de manifiesto en las siguientes oposiciones: AVE (sigla de alta velocidad española) frente a ave ('animal con pico y plumas'); USO (sigla de Unión Sindical Obrera) frente a uso ('acción de usar' y 'hábito o costumbre').
Las siglas que no son pronunciables como palabras y tienen que leerse, en todo o en parte, deletreando sus componentes deben mantener siempre su escritura en mayúscula: FBI (éfe-bé-í], DDT (dé-dé-té], PSOE (pé-sóe]. En cambio, aquellas que se leen como se escriben (OTAN, UNESCO, UCI, IVA, etc.), denominadas más específicamente acrónimos, pasan a convertirse, en muchos casos, en palabras plenas y se lexicalizan, bien como nombres propios, caso en el que mantienen la mayúscula en la inicial (Mercosur, Unesco, Unicef), bien como nombres comunes, caso en el que pasan a escribirse enteramente en minúsculas (uci, mir, ovni, radar, láser).
Prueba de su conversión en palabras plenas es que, en muchos de estos casos, los hablantes no son ya capaces de recuperar la expresión compleja originaria. Como evidencia alguno de los ejemplos anteriores, a menudo no solo se utiliza la primera letra, sino el segmento inicial de uno o varios componentes de la expresión compleja para propiciar que la sigla pueda leerse como si fuera una palabra, pasando así a convertirse en un acrónimo: AENOR (de Asociación Española de Normalización (y Certificación]), FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), Mercosur (de Mercado Común del Sur). Esa es también la razón de que algunos acrónimos incorporen elementos de la expresión compleja que normalmente no se tienen en cuenta en la formación de siglas, como las preposiciones o las conjunciones: BOCYL (Boletín Oficial de Castilla y León), CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología). Aunque las siglas y los acrónimos no lexicalizados se escriban enteramente en mayúsculas, las expresiones desarrolladas llevarán las mayúsculas y minúsculas que les correspondan por su naturaleza. Así, las expresiones que subyacen a las siglas INTA o BCE se escriben con mayúscula inicial en todos sus componentes significativos por tratarse del nombre de instituciones: Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Banco Central Europeo; en cambio, se escriben con minúsculas las expresiones que no se inscriben dentro de ninguno de los casos en que las normas prescriben el uso de mayúsculas: su Cl, pero su coeficiente (o cociente) intelectual; el DNI, pero el documento nacional de identidad; las TIC, pero las tecnologías de la información y la comunicación. (Depto. de Lingüística, ILL)
Rodrigo D. Rodrçiguez Angulo preguntó:
La Ortografía de 2010 (p. 509-511) establece que, como ocurre en otras lenguas, las mayúsculas se emplean también en nuestro sistema ortográfico para formar siglas, abreviaciones constituidas por las letras iniciales de los elementos que integran ciertas expresiones complejas, por lo general nombres de entidades o denominaciones fijas propias de la terminología de distintos ámbitos (científico, administrativo, etc.): ONU (sigla de Organización de las Naciones Unidas), FMI (sigla de Fondo Monetario Internacional), ADN (sigla de ácido desoxirribonucleico), CD (sigla del inglés compact disc), IVA (sigla de impuesto sobre el valor añadido).
Su escritura característica enteramente en mayúsculas, con independencia de cómo se escriba la expresión compleja a la que reemplazan, permite distinguir con claridad las siglas del léxico común, como se pone de manifiesto en las siguientes oposiciones: AVE (sigla de alta velocidad española) frente a ave ('animal con pico y plumas'); USO (sigla de Unión Sindical Obrera) frente a uso ('acción de usar' y 'hábito o costumbre').
Las siglas que no son pronunciables como palabras y tienen que leerse, en todo o en parte, deletreando sus componentes deben mantener siempre su escritura en mayúscula: FBI (éfe-bé-í], DDT (dé-dé-té], PSOE (pé-sóe].
En cambio, aquellas que se leen como se escriben (OTAN, UNESCO, UCI, IVA, etc.), denominadas más específicamente acrónimos, pasan a convertirse, en muchos casos, en palabras plenas y se lexicalizan, bien como nombres propios, caso en el que mantienen la mayúscula en la inicial (Mercosur, Unesco, Unicef), bien como nombres comunes, caso en el que pasan a escribirse enteramente en minúsculas (uci, mir, ovni, radar, láser).
Prueba de su conversión en palabras plenas es que, en muchos de estos casos, los hablantes no son ya capaces de recuperar la expresión compleja originaria. Como evidencia alguno de los ejemplos anteriores, a menudo no solo se utiliza la primera letra, sino el segmento inicial de uno o varios componentes de la expresión compleja para propiciar que la sigla pueda leerse como si fuera una palabra, pasando así a convertirse en un acrónimo: AENOR (de Asociación Española de Normalización (y Certificación]), FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), Mercosur (de Mercado Común del Sur). Esa es también la razón de que algunos acrónimos incorporen elementos de la expresión compleja que normalmente no se tienen en cuenta en la formación de siglas, como las preposiciones o las conjunciones: BOCYL (Boletín Oficial de Castilla y León), CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología). Aunque las siglas y los acrónimos no lexicalizados se escriban enteramente en mayúsculas, las expresiones desarrolladas llevarán las mayúsculas y minúsculas que les correspondan por su naturaleza.
Así, las expresiones que subyacen a las siglas INTA o BCE se escriben con mayúscula inicial en todos sus componentes significativos por tratarse del nombre de instituciones: Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Banco Central Europeo; en cambio, se escriben con minúsculas las expresiones que no se inscriben dentro de ninguno de los casos en que las normas prescriben el uso de mayúsculas: su Cl, pero su coeficiente (o cociente) intelectual; el DNI, pero el documento nacional de identidad; las TIC, pero las tecnologías de la información y la comunicación. (Depto. de Lingüística)
Anay Cabrera preguntó:
La Ortografía de 2010 (p. 509-511) establece que, como ocurre en otras lenguas, las mayúsculas se emplean también en nuestro sistema ortográfico para formar siglas, abreviaciones constituidas por las letras iniciales de los elementos que integran ciertas expresiones complejas, por lo general nombres de entidades o denominaciones fijas propias de la terminología de distintos ámbitos (científico, administrativo, etc.): ONU (sigla de Organización de las Naciones Unidas), FMI (sigla de Fondo Monetario Internacional), ADN (sigla de ácido desoxirribonucleico), CD (sigla del inglés compact disc), IVA (sigla de impuesto sobre el valor añadido). Su escritura característica enteramente en mayúsculas, con independencia de cómo se escriba la expresión compleja a la que reemplazan, permite distinguir con claridad las siglas del léxico común, como se pone de manifiesto en las siguientes oposiciones: AVE (sigla de alta velocidad española) frente a ave (animal con pico y plumas); USO (sigla de Unión Sindical Obrera) frente a uso (acción de usar y hábito o costumbre). Las siglas que no son pronunciables como palabras y tienen que leerse, en todo o en parte, deletreando sus componentes deben mantener siempre su escritura en mayúscula: FBI (éfe-bé-í], DDT (dé-dé-té], PSOE (pé-sóe]. En cambio, aquellas que se leen como se escriben (OTAN, UNESCO, UCI, IVA, etc.), denominadas más específicamente acrónimos, pasan a convertirse, en muchos casos, en palabras plenas y se lexicalizan, bien como nombres propios, caso en el que mantienen la mayúscula en la inicial (Mercosur, Unesco, Unicef), bien como nombres comunes, caso en el que pasan a escribirse enteramente en minúsculas (uci, mir, ovni, radar, láser). Prueba de su conversión en palabras plenas es que, en muchos de estos casos, los hablantes no son ya capaces de recuperar la expresión compleja originaria. Como evidencia alguno de los ejemplos anteriores, a menudo no solo se utiliza la primera letra, sino el segmento inicial de uno o varios componentes de la expresión compleja para propiciar que la sigla pueda leerse como si fuera una palabra, pasando así a convertirse en un acrónimo: AENOR (de Asociación Española de Normalización (y Certificación]), FOGASA (Fondo de Garantía Salarial), Mercosur (de Mercado Común del Sur). Esa es también la razón de que algunos acrónimos incorporen elementos de la expresión compleja que normalmente no se tienen en cuenta en la formación de siglas, como las preposiciones o las conjunciones: BOCYL (Boletín Oficial de Castilla y León), CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología). Aunque las siglas y los acrónimos no lexicalizados se escriban enteramente en mayúsculas, las expresiones desarrolladas llevarán las mayúsculas y minúsculas que les correspondan por su naturaleza. Así, las expresiones que subyacen a las siglas INTA o BCE se escriben con mayúscula inicial en todos sus componentes significativos por tratarse del nombre de instituciones: Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Banco Central Europeo; en cambio, se escriben con minúsculas las expresiones que no se inscriben dentro de ninguno de los casos en que las normas prescriben el uso de mayúsculas: su Cl, pero su coeficiente (o cociente) intelectual; el DNI, pero el documento nacional de identidad; las TIC, pero las tecnologías de la información y la comunicación. (Depto. de Lingüística, ILL)
Paola preguntó:
Sobre la formación de las siglas la Ortografía de 2010 (p. 509-511) establece que, como ocurre en otras lenguas, las mayúsculas se emplean también en nuestro sistema ortográfico para su formación, abreviaciones constituidas por las letras iniciales de los elementos que integran ciertas expresiones complejas, por lo general nombres de entidades o denominaciones fijas propias de la terminología de distintos ámbitos (científico, administrativo, etc.): ONU (sigla de Organización de las Naciones Unidas), FMI (sigla de Fondo Monetario Internacional), ADN (sigla de ácido desoxirribonucleico), CD (sigla del inglés compact disc), IVA (sigla de impuesto sobre el valor añadido). En el caso referido la sigla correspondiente sería PMES. (Depto. de Lingüística, ILL)
Ramon Verdecia Espinosa preguntó:
Aunque se registra su uso, la voz 'resignificación' no aparece recogida en los diccionarios generales de la lengua española consultados. Por su estructura la palabra 'resignificación' es una palabra derivada: está formada por el sustantivo 'significación' y el prefijo re-, las cuales aparecen en el Diccionario de uso del español de América y España (2003) con las siguientes acepciones:
significación. 1. Idea, imagen o concepto que evoca cualquier signo o fenómeno interpretable: la significación simbólica del teatro. sin: significado.// 2. Significado de un elemento lingüístico, como una palabra, una expresión, una frase o un texto: lo preguntó con la humildad de quien conoce la significación y no el alcance de una palabra.// 3. Importancia, influencia o valor de algo o de alguien: es una de las películas de mayor significación de toda la historia del cine latinoamericano.
re-. 1. Prefijo de origen latino que entra en la formación de verbos con el significado de ‘volver a’: reelegir, reorganizar, recaer, reabastecer.// 2. Prefijo de origen latino que entra en la formación de adjetivos y adverbios y que aporta un valor intensificador: reguapo, rebueno. Si tenemos en cuenta estas acepciones, la voz 'resignificación' literalmente puede interpretarse como "volver a significar", es decir, "idea, imagen o concepto que adquiere nuevo significado o valor". (Depto. Lingüística, ILL)
Magali preguntó:
Debe colocarse mayúscula después de los signos de exclamación e interrogación. Sobre la convivencia entre los signos de interrogación y exclamación y los signos de puntuación aclara la Ortografía de la lengua española (RAE y ASALE, 2010:393-394) que: (...) pueden coaparecer con cualquiera de los signos de puntuación, salvo con el punto. Cuando estos signos coinciden con otro en un mismo lugar del enunciado, deben seguirse las siguientes pautas: a) Si los signos de interrogación y exclamación finalizan el enunciado, no debe añadirse tras ellos el punto de cierre. Lógicamente, el enunciado siguiente ha de comenzar con mayúscula: ej. «!Ay. perdón! La soda siempre me hace eso» (Santiago Sueño [P. Rico 1996]). «¿Mi marido? El desdichado está más ausente del mundo que un yogui» (11Duran Toque [Col. 1981]). b) La interrogación y exclamación sí pueden colocarse sin delimitadores principales, como la coma, el punto y coma o los dos puntos, sin dejar entre ambos signos ningún espacio de separación: ej. «Si, ¿por qué negarlo?: aquellas mujeres, que se diría constituidas en una especie de jurado de concurso televisivo, le ponían nervioso» (Goytisolo Estela [Esp. 1984]). «!Juro que te arrepentirás, Mayra!; a partir de hoy empieza una guerra sin cuartel»(Olivera Enfermera [Méx. 1991]). (Dpto. de Lingüística, ILL)
Ernesto Piñero preguntó:
Según la Ortografía de la Lengua Española (2010), los dos puntos pueden concurrir con los signos indicadores de modalidad (signos de exclamación y de interrogación o puntos suspensivos). Se señala además que los dos puntos se escriben siempre pospuestos a los signos anteriormente mencionados.