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El Cy Young que conocí

El zurdo cubano Miguel Ángel (Mike) Cuéllar Santana , primer latinoamericano en ganar el Cy Young (1969), sigue siendo un ícono del béisbol

Autor:

Osvaldo Rojas Garay

Cuando se habla del mejor lanzador zurdo oriundo de nuestro país que ha transitado por las Grandes Ligas, la mayoría de expertos y seguidores del béisbol no dudan en mencionar a Miguel Ángel (Mike) Cuéllar Santana, de quien se cumplirán 15 años de su partida física este miércoles 2 de abril.

Ganador de 185 juegos y perdedor en 130 ocasiones en sus 15 campañas en las Ligas Mayores, esta estrella del box, que nació en Santa Clara el 8 de mayo de 1937, fue el primer cubano y latinoamericano en conquistar el premio Cy Young que desde 1956 se entrega en ese béisbol al mejor serpentinero de cada temporada.

A partir de 1967 el lauro que recuerda al destacado serpentinero que archivó 511 victorias en la Gran Carpa se concede al mejor monticulista de cada Liga. Así, en 1969, Mike Cuéllar compartió el premio con Denny McLain, quien con los Tigres de Detroit mostró balance de 24-9 y 2.80 promedio de carreras limpias.

Cuéllar rindió una excelente faena con los Orioles de Baltimore de la Liga Americana, con los cuales consiguió 23 triunfos y 11 reveses, además de exhibir 2.38 promedio de efectividad.

Ningún tirador criollo ha podido igualar la hazaña de Mike, aunque otros siete monticulistas latinoamericanos lo han acariciado, sobresaliendo el dominicano Pedro Martínez, quien se adueñó de tal distinción en tres oportunidades.

El zurdo venezolano Johan Santana, quien trabajó frente a Cuba en el Clásico Mundial de Béisbol en 2006, lo conquistó un par de veces: 2004 y 2006. Bartolo Colón, también con actuación frente a los cubanos en el Clásico 2006 lo alcanzó un año antes.

En una ocasión se lo agenciaron el mexicano Fernando Valenzuela en 1981; el boricua Willie Hernández en 1984, el venezolano Félix Hernández, con los Marineros de Seattle en 2010 y en 2022 ingresó en la selecta lista el dominicano Sandy Alcántara, con Miami Marlins.

Durante una visita que realizó a Cuba en la primera mitad de la década del 90 tuve el honor de dialogar con Mike Cuéllar. Su medio hermano Ovidio Contreras, practicante de varias disciplinas deportivas, me puso al tanto de la presencia del santaclareño Cuéllar en Santa Clara.

Fui a la casa que me habían indicado cerca del Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara, pero ya no estaba allí, entonces me dieron otra dirección y resulta imposible describir la emoción que sentí cuando vi ante mí a aquel legendario serpentinero conversando con la dueña del hogar.

Me parecía increíble que aquello estuviera sucediendo. Le comenté mi intención de entrevistarlo. Me dijo que no podía en ese momento pero que en horas de la tarde iría al estadio Sandino a presenciar un encuentro entre Villa Clara y Santiago de Cuba correspondiente a la temporada 1993-1994.

«Pero allí entre tantas personas será muy difícil, además puede que algún otro periodista se me adelante», le confesé y él me contestó: «Despreocúpese que yo lo atenderé».

Cuéllar cumplió la promesa. En medio de un gran grupo de aficionados logré entrevistarlo. Me comentó que conocía poco de los peloteros amateurs cubanos, que recordaba a Juan Carlos Oliva, hermano de Tony Oliva, estrella en las Grandes Ligas, y conversamos sobre Rafael Palmeiro y José Canseco, dos peloteros de moda de aquel momento.

Lo invité a tomar café y en la despedida le dije: «Gracias por todo Mike, pues no todos los días uno encuentra un premio Cy Young en el camino» y me respondió en tono de broma: «No, las gracias a ti por el cafecito».

Me escribió en la portada de un folleto beisbolero su dirección y número de teléfono. Nunca más nos comunicamos, pero todavía guardo esos instantes como uno de los más emocionantes en mi carrera periodística.

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