Los recuerdos andan aflorando ahora con más ahínco sobre aquellos días de diciembre de 1958 en que se paseó la victoria del verde olivo, conquistada a fuego y metralla.
¡¿Si Martí fuera mi colega, mi compañero de trabajo?! Si pudiéramos imaginarlo allí, tal vez frente al micrófono, en la radio, detrás del cristal. ¿Cómo sería? ¿Qué tono, qué altura, qué color? ¿Qué temas trataría?
EL estudiante modelo no abunda. Me refiero al que en su devenir académico roza con la perfección: evaluaciones de excelencia, puntualidad inglesa, cuadernos y libros forrados, disciplina a prueba de regaños, ortografía impecable, madurez precoz… Eso, realmente, sería lo ideal, ¿verdad? Pero alguna travesura, alguna chiquillada debe aparecer en su currículo.
El sistema político cubano no parece hacer alardes de pirotecnia cuando proclama la voluntad de acentuar el carácter «democrático» del modelo de socialismo.
Así se titula un hermoso libro de poemas de Fina García Marruz. Allá, en la calle Águila, en el apartamento de las Marruz, se fue nucleando el grupo fundador de Orígenes, nombre de la revista que dejó una huella significativa en la literatura cubana. Eran tiempos de soledad para los escritores y artistas. En ellos, poetas, músicos y artistas plásticos con perseverancia ejemplar siguieron haciendo obra, inspirados en una fe inquebrantable en el destino de la nación y en una devoción martiana que mantuvo viva la memoria del Apóstol mediante la investigación y la relectura de sus textos.
No todos los días un investigador tiene la posibilidad directa de comprobar en el terreno el alcance de su trabajo, más cuando su objetivo final es mejorar la calidad de vida de personas con cáncer.
Ahí sobrevive, omnipotente, desde que un buen día la falta de envases lo encajó en el comercio sin que hasta ahora se vislumbre cuándo le aplicarán la extinción. Parece que llegó para eternizarse a pesar de las mil y una desventajas de su uso.
Planificación familiar. Cuando se habla del tema, de evitar un embarazo en caso de que la pareja no considere que es el momento oportuno para ello, ¿cuántas veces es el hombre el que asume, con la responsabilidad que ello amerita, el actuar coherente?
Si la corrupción fuera un oficio, entonces sería, junto a la prostitución y el robo, uno de los oficios más antiguos del mundo. Desde que el hombre se empezó a organizar en sociedades, la corrupción existe. Quizá, aunque hay pocos datos y fuentes para afirmarlo, aquellos hombres que habitaban en las cavernas también la practicaban, quizá se robaban entre sí los productos de las cacerías.
Mi nombre es Manuel de Jesús Campoamor, soy ingeniero mecánico y tengo 50 y… ¡50 años! Me conservo bien pues hago ejercicios, no bebo ni fumo, mantengo una dieta adecuada y siempre estoy al tanto de mi apariencia personal. Muchos piensan que tengo menos edad. Soy casado, tengo dos hijos, un varón y una hembra, de 22 y 21 años, respectivamente: Manolito y Elenita. Juro que practico la monogamia hasta donde me permiten mis instintos de conquistador y machista… y ahora mismo soy víctima de un acoso sexual.