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¿Un adiós antes de tiempo?

Este jueves la selección cubana cedió por segundo día consecutivo en el Premier 12, ahora frente a Corea del Sur con marcador de ocho carreras por cuatro

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

Los rostros rígidos y tensos en el banco cubano hacían presagiar la debacle, otra vez, antes de tiempo. La presión es algo intrínseco ya, infelizmente, al vestir el traje de las cuatro letras. Eso se nota en cada jugada y movimiento.

Quien sí salió suelto a jugar a la grama del estadio Tianmu, en Taipéi de China, fue el equipo de Corea del Sur, que no creyó ahora en reservas ni en la calidad del principal lanzador antillano, el zurdo Liván Moinelo, y le propinó a Cuba un costoso segundo revés en el Premier 12 con marcador de ocho anotaciones por cuatro.

Fue la tanda de abajo de Corea del Sur la que comenzó a darle dolores de cabeza a Moinelo. Cuatro indiscutibles, boleto, pelotazo y un Grand Slam, resultó la guinda del pastel en el segundo episodio, donde después de dos out y aferrado únicamente a su lanzamiento rápido, el zurdo pinareño permitió que los asiáticos molieran en grande y pisaran seis veces la goma.

Si a los antillanos le costaba tanto fabricar al menos una carrera en este torneo, imaginen borrar esa desventaja con los bates dormidos. El tercer madero de los coreanos, Doyeong Kim, fue el hombre que se ensañó con el picheo cubano al batear de 4-3 y, por si fuera poco, además, empujó cinco carreras y despachó par de jonrones.

Según las estadísticas de Yasser Vázquez, Kim es el jugador que mejor batea la recta en todo el circuito profesional de Asia, incluida la Liga Japonesa, y lo hace promediando para 362. Pero también debemos recordar que los equipos nacionales viajan a los torneos internacionales sin sabermétricos.

Esta vez, solo los diestros Yusniel Padrón y Andy Vargas, que se mostró dominante y certero desde la lomita, lograron detener a la desaforada tanda asiática luego del festín del segundo capítulo.

Lo mejor por Cuba a la ofensiva se concentró en dos hombres durante un lapsus del octavo capítulo, cuando Yoelquis Guibert y Rafael Viñales dispararon cuadrangulares consecutivos. Sin embrago, la reacción tardía quedó muy corta.

Tan temprano en el torneo vuelven a frustrarse las opciones de caminar en el Premier 12, y las esperanzas «casi» se esfuman, se diluyen como agua. Quizá algunos todavía se aferran a milagros matemáticos que nos salven como sucedió en el pasado Clásico Mundial. Pero siendo francos, para ello habría que anotar carreras y permitir mucho menos a la ofensiva contraria, algo que los cubanos no han hecho. En apenas dos juegos, los nuestros han tolerado 14 carreras y han pisado el home en cinco ocasiones.

Con lo mostrado hasta ahora las interrogantes están dirigidas más en ver qué partido restante podrá ganar la selección, que a luchar un puesto en la segunda fase. ¿A qué puede aspirar un equipo donde la alineación ha sido capaz de empujar solo cuatro anotaciones, o donde ningún pelotero ha robado una base en 18 entradas?

La responsabilidad tampoco recae toda en los peloteros (la mayoría jugadores de ligas extranjeras). En Taipéi ha vuelto a verse una dirección del conjunto falto de ideas para explotar ese potencial indiscutible con que cuentan, o para mover los hilos del desafío con exactitud.

Si observamos a fondo, ningún equipo de los que interviene en este Premier 12 se preparó con el rigor y la exigencia que lo hizo Cuba. Ninguno estuvo más de un mes concentrado entrenando, ni realizó 11 partidos previos de preparación.

Precisamente ahí está el punto: cómo es posible haber completado una buena etapa previa y estar ahora muy por debajo del nivel que exige la competencia, del estado de forma más deseado, cuando la mayoría de los equipos que intervienen en la justa se concentraron días antes. Sin dudas, la forma de interiorizar el béisbol ha cambiado mucho, se ha modernizado, y nosotros seguimos buscando respuestas en el pasado.

Aunque resta camino por andar todavía para los antillanos en el Premier 12, estos dos reveses ya pesan toneladas dentro de un torneo corto. Y si observamos de reojo los escollos que faltan, entre ellos los dificilísimos samuráis japoneses y los locales taipeyanos, las opciones de avanzar prácticamente quedan reducidas a cero. Claro, sin contar que este viernes en la noche los nuestros deberán enfrentar al siempre competitivo conjunto de Australia. Veremos que nos sigue deparando el torneo.

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