Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Ricardo Ronquillo Bello
Ricardo Ronquillo Bello
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El día y la hora en que el sector agrícola ofrezca al país, definitivamente, la riqueza y el bienestar plenos que se esperaban desde la firma por Fidel de la primera de las leyes agrarias, habremos completado la verdadera reforma en el campo a la que aspiraba la Revolución en Cuba

Cuba

Después de los trágicos sucesos del 19 de mayo de 1895, el devenir cubano pareció siempre definirse entre quienes intentan sacar al Apóstol de la podredumbre y el lodo y los que, en su nombre, no hicieron más que hundirlo en los fanguisales del olvido o la manipulación. Desde entonces y hasta hoy, Revolución y contrarrevolución se disputaron su legado.

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El día y la hora en que el sector agrícola ofrezca al país, definitivamente, la riqueza y el bienestar plenos que se esperaba desde la firma por Fidel de la primera de las leyes agrarias habremos completado la verdadera reforma en el campo a la que aspiraba la Revolución en Cuba

Cuba

La Constitución de 2019 cambió la naturaleza de nuestro Estado, de «socialista de trabajadores» que recogió la de 1976, a socialista de derecho y justicia social, pero lo que nunca podremos cambiar será la centralidad del trabajo y los trabajadores en la suerte definitiva del proyecto socialista nacional, al menos por un período muy largo del devenir

Cuba

Lawrence Lessig se disculpó en nombre del pueblo estadounidense por las acciones del Gobierno de su país contra Cuba

Cuba

Si algo demuestra el coloquio internacional Patria es que el orden totalitario se enfrenta a una creciente disidencia que le puede plantar bandera

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Seríamos insensatos, incluso suicidas, si creyéramos que podríamos hacer prevalecer la verdad de la Revolución en Cuba y en el mundo con las melladas armas comunicacionales del socialismo del siglo XX

 

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Tras pasar por tres de sus dimensiones definitorias: la mística, la institucional y la rectificativa, uno de los dilemas más definitorios de nuestras vanguardias revolucionarias no es solo alcanzar la continuidad, como tanto se acentúa, sino la perdurabilidad: quitar para siempre a la Revolución la sombra de los retrocesos y fracasos que debieron afrontar otras generaciones

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Precisamente del país en una trinchera heredamos el terreno pantanoso por donde siempre debió moverse la crítica en la Cuba socialista, lo que obligó a dos de sus más admirados líderes: Fidel y Raúl, a lanzar recurrentes estocadas contra el almibaramiento institucional crónico que nos persigue hasta en momentos tan críticos y definitorios como los que ahora mismo padecemos

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