Gladys preguntó:
La palabra desarrollo no es una palabra compuesta. Etimológicamente se deriva del verbo arrollar según señala el Diccionario de uso del español de América y España (VOX, 2003). Este verbo tiene como antónimo la voz desarrollar que según el Diccionario de la lengua española (RAE, 2001) viene del prefijo des- y arrollar. desarrollo. nombre masculino. 1 Acción de desarrollar o desarrollarse: ej. desarrollo muscular; desarrollo económico; las subvenciones del gobierno permitirán el desarrollo de estos proyectos.// 2 Efecto de desarrollar o desarrollarse: ej. el desarrollo del turismo rural ha sido importante para muchas zonas.// 3 Dibujo en el que se muestran simultáneamente las diversas partes de algo que en la realidad no puede ser abarcado en su totalidad desde una perspectiva fija o única.// 4 Distancia que recorre un vehículo con cada vuelta dada al plato con los pedales: ej. los cicloturistas tienen que llevar siempre desarrollos muy cortos que permitan pedalear de forma alegre con un ritmo alto de pedaladas. ETIMOLOGÍA: Derivado de arrollar. De la familia etimológica de rueda. (Diccionario de uso del español de América y España, VOX, 2003). arrollar. verbo transitivo. 1 Dar a una cosa forma de rollo haciéndola girar sobre sí misma o alrededor de otra. sin. enrollar. ant. desarrollar, desenrollar.//2 Pasar [una fuerza o una cosa en movimiento] por encima de una persona, animal o cosa: ej. un tren arrolla a un pastor y 56 ovejas que pasaban por la vía; en la investigación hay indicios de que la mujer ha sido arrollada intencionalmente por un camión.//3 Llevar rodando la violencia del agua o del viento alguna cosa sólida: ej. arrollar las piedras; arrollar los árboles.//4 Vencer, superar o dominar totalmente: ej. en el último largo la progresión del nadador fue excepcional y terminó arrollando a sus rivales con un gran tiempo.//5 Tratar a alguien sin respeto ni consideración, sin tener en cuenta su opinión o sus derechos: ej. aunque lo tengo todo en mis manos, lógicamente, no puedo ir arrollando, no puedo ir avasallando a todo el mundo. sin. atropellar, avasallar.//6 Confundir una persona a otra, dejándola sin poder replicar, oralmente o por escrito. ETIMOLOGÍA: Derivado de rollo, procedente del latín rotulus -cilindro. De la familia etimológica de rueda. (Diccionario de uso del español de América y España, VOX, 2003). desarrollar. (De des- y arrollar). 1. tr. Extender lo que esté arrollado, deshacer un rollo. U. t. c. prnl.// 2. tr. Acrecentar, dar incremento a algo de orden físico, intelectual o moral. U. t. c. prnl.// 3. tr. Explicar una teoría y llevarla hasta sus últimas consecuencias.// 4. tr. Exponer o discutir con orden y amplitud cuestiones, temas, lecciones, etc.// 5. tr. Mat. Efectuar las operaciones de cálculo indicadas en una expresión analítica.// 6. tr. Mat. Hallar los diferentes términos que componen una función o una serie.// 7. prnl. Suceder, ocurrir, acontecer.// 8. prnl. Dicho de una comunidad humana: Progresar, crecer económica, social, cultural o políticamente. (Diccionario de la lengua española, RAE, 2001) (Depto. Linguística, ILL)
milagros cordova boudet preguntó:
Las voces desacreditar y descrédito aparecen registradas en el Diccionario de la lengua española (2001) con los siguientes significados: desacreditar. (De des- y acreditar). 1. tr. Disminuir o quitar la reputación de alguien, o el valor y la estimación de algo. descrédito. (De des- y crédito). 1. m. Disminución o pérdida de la reputación de las personas, o del valor y estima de las cosas. (Depto. de Lingüística, ILL)
SILVIA preguntó:
La locución desde ya aparece recogida en los diccionarios de la lengua española con los siguientes significados: desde ya: Expresión enfática para indicar que algo se realiza o sucede desde el mismo momento en que se dice, o mostrar firmeza al tomar una decisión: ej. sí que creo que yo tendría que estar participando en esta ONG desde ya. (Diccionario de uso del español de América y España, VOX, 2003) desde ya. loc. adv. Ahora mismo, inmediatamente. (Diccionario de la lengua española, RAE, 2001) desde ya: loc. adv. Desde ahora, desde este momento. (Diccionario de americanismos, RAE, 2011) desde ya: locución adverbial, es de uso americano, ahora en expansión dentro del europeo; en el uso general corresponde a desde ahora. (Diccionario de dudas y dificultades, M. Seco, 1999). (Depto. de Lingüística, ILL)
Raúl García Cuervo preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas.
La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas.
Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros. Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo.
En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército.
Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje.
Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres.
Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo.
Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas.
En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales.
Como se puede apreciar, este es un tema que no está aun concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo tiene que ver con la lengua misma sino también con un problema social de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de género. (Depto. Lingüística, ILL)
kariel gonzález preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas.
La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros.
Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo que se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército.
Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje.
Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo.
Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. (Depto. Lingüística, ILL)
Jenrry preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas. La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros. Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo que se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército. Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje. Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo. Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. (Depto. Lingüística, ILL)
Jesus preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como Los niños llegaron temprano a clase, los niños se refiere tanto a los a niños como a las niñas. La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros.
Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo se quiere decir es que tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército. Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje. Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo. Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. Como se puede apreciar, este es un tema que no está aun concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo tiene que ver con la lengua misma sino también con un problema social de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de género. (Depto. Lingüística, ILL)
Patricio preguntó:
Las voces empeño, desempeño y desempeñar aparecen recogidas en el Diccionario de la lengua española (2001) con los siguientes significados:
empeño. 1. m. Acción y efecto de empeñar o empeñarse. //2. m. Obligación de pagar en que se constituye quien empeña algo, o se empeña y endeuda. //3. m. Obligación en que alguien se halla constituido por su honra, por su conciencia o por otro motivo. //4. m. Deseo vehemente de hacer o conseguir algo. //5. m. Objeto a que se dirige. //6. m. Tesón y constancia en seguir una cosa o un intento. //7. m. Protector, padrino o persona que se ha empeñado por alguien. //8. m. Recomendación (encargo o súplica).
desempeño. 1. m. Acción y efecto de desempeñar o desempeñarse. desempeñar. 1. tr. Sacar lo que estaba en poder de otro en garantía de un préstamo, pagando la cantidad acordada. //2. tr. Libertar a alguien de los empeños o deudas que tenía contraídos. U. t. c. prnl. //3. tr. Cumplir las obligaciones inherentes a una profesión, cargo u oficio; ejercerlos. //4. tr. Sacar a alguien airoso del empeño o lance en que se hallaba. U. t. c. prnl. //5. tr. Ejecutar lo ideado para una obra literaria o artística. //6. prnl. Am. Actuar, trabajar, dedicarse a una actividad. (Depto. de Lingüística, ILL)
Elsa preguntó:
La voz desvirtuado, da es el participio del verbo desvirtuar que aparece registrado en el Diccionario de uso del español de España y América (2003) con la siguiente acepción: desvirtuar v trans. Hacer disminuir o perder la virtud o las características propias de una cosa. (Depto. Lingüística, ILL)
julio preguntó:
La variante "informal" del verbo irregular decir en su forma imperativa es di, que corresponde a la forma coloquial del pronombre personal tú. La forma di imperativa no lleva tilde, ya que se trata de un monosílabo y no se asocia a ninguna forma átona que se escriba igual. Asimismo puede presentar un complemento indirecto que expresa la persona a quien se comunica lo dicho, el cual puede expresarse mediante los pronombres átonos de tercera persona (le, les) o de primera persona (me): dile, diles, dime. (Depto. Lingüística, ILL)