Luiver García Peña preguntó:
La palabra coste es un sinónimo de costo y se emplea mayoritariamente en el español de España. Al respecto señala el Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005): costo. 1. Gasto que ocasiona algo: «El costo de una licencia dependerá del precio alcanzado en la subasta» (Prensa [Guat.] 13.1.97); «El costo moral del empleo era más peligroso para mí que el costo político» (GaMárquez Vivir [Col. 2002]). Este es el término usado mayoritariamente en el español de América, mientras que en España se usa más, con este sentido, el sinónimo coste: «El coste de la matrícula en las universidades americanas varía notablemente» (Vanguardia [Esp.] 14.4.94); «Huye como gato escaldado de toda decisión que tenga un coste político» (País [Esp.] 1.11.97). (Depto. Lingüística, ILL)
Yaylenis Legró Soto preguntó:
Aunque las voces hábito y costumbre empleadas con el sentido de "modo habitual de proceder.." pueden ser sinónimas, poseen otras acepciones que las diferencian. Con los siguientes significados aparecen recogidas en el Diccionario de la lengua española (2001):
hábito. (Del lat. habitus). 1. m. Vestido o traje que cada persona usa según su estado, ministerio o nación, y especialmente el que usan los religiosos y religiosas. // 2. m. Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas. //3. m. Insignia con que se distinguen las órdenes militares. // 4. m. Cada una de estas órdenes. //5. m. Med. Situación de dependencia respecto de ciertas drogas. //6. m. Med. Disminución del efecto producido por un medicamento en un organismo, a causa de su administración continuada. //7. m. pl. Vestido talar propio de los eclesiásticos y que usaban los estudiantes, compuesto ordinariamente de sotana y manteo.
costumbre. (Del lat. *cosuetumen, por consuetudo, -inis). 1. f. Hábito, modo habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por la repetición de los mismos actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto. // 2. f. Aquello que por carácter o propensión se hace más comúnmente. // 3. f. Menstruo o regla de las mujeres. //4. f. pl. Conjunto de cualidades o inclinaciones y usos que forman el carácter distintivo de una nación o persona. (Depto. Lingüística, ILL)
JUlia VALERA tORRES preguntó:
La voz coz se registra en el Diccionario de la lengua española (RAE, 2001) con la siguiente definición: coz. (Del lat. calx, calcis, talón). 1. f. Sacudida violenta que hacen las bestias con alguna de las patas./ 2. f. Golpe que dan con este movimiento./ 3. f. Golpe que da una persona moviendo el pie con violencia hacia atrás./ 4. f. Retroceso que hace, o golpe que da, un arma de fuego al dispararla./ 5. f. Retroceso del agua cuando, por encontrar impedimento en su curso, vuelve atrás./ 6. f. Culata de la escopeta y otras armas de fuego./ 7. f. Parte inferior o más gruesa de un árbol o de un madero./ 8. f. coloquial. Acción o palabra injuriosa o grosera./ 9. f. Marina. Extremo inferior de los masteleros. (Depto. Lingüística, ILL)
Mauricio Oro preguntó:
La palabra extraditado aparece recogida en el Diccionario de la lengua española (RAE, 2001) con las siguientes acepciones: extraditado, da. 1. adj. Dicho de una persona: Que es objeto de una extradición. Se usa también como sustantivo. También este diccionario recoge extradición con el siguiente significado: extradición. 1. f. Procedimiento por el que las autoridades de un Estado hacen entrega de una persona a las de otro que la reclaman para que pueda ser enjuiciada penalmente en este segundo o cumpla en él una pena ya impuesta. Por otra parte, la palabra embriague es la forma verbal del verbo embriagar(se) en tiempo presente del modo subjuntivo de la primera y tercera personas del singular. Sobre este verbo señala el Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005): embriagar(se). «Poner(se) ebrio». Suele llevar un complemento introducido por con o de: «Virginia se embriagaba con esos rostros gélidos» (Contreras Nadador [Chile 1995]); «Perdieron el sueño para embriagarse de música» (Tiempo [Col.] 2.1.88) A este verbo le corresponde el sustantivo embriaguez que se recoge con las siguientes acepciones en el Diccionario de la lengua española (RAE, 2001): embriaguez. 1. f. Turbación pasajera de las potencias, exceso con que se ha bebido vino o licor.// 2. f. Estado producido por una intoxicación de gas, benzol, etc.// 3. f. Enajenamiento del ánimo. La palabra embaucado es el participio del verbo embaucar que aparece registrado en el Diccionario de uso del español de América y España (VOX, 2003) con el siguiente significado: embaucar. verbo transitivo. Engañar a una persona para algo malo aprovechándose de su falta de experiencia o de su ingenuidad: ej. lo embaucaron con sus buenas palabras; Hernán Cortés nunca llegó a explicarse cómo el habilidoso Colón se había dejado embaucar por alguien que pretendió hacer de traductor en Indias hablando tan sólo griego y arameo. Por su parte, convaleciente se recoge en el Diccionario de uso del español de América y España (VOX, 2003) con el siguiente significado: convaleciente. adjetivo | nombre común. [persona] Que está recuperando la salud después de una enfermedad o de un tratamiento médico: ej. le han prohibido viajar mientras esté convaleciente de su reciente ataque al corazón. La palabra cremado es el participio del verbo cremar, americanismo utilizado en países como México, Honduras, Nicaragua, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú y que está recogido en el Diccionario de americanismos (RAE y ASALE, 2010) con el siguiente significado: cremar. 1. tr. Incinerar un cadáver. (Depto. Lingüística, ILL)
Orlando Olano Guevara preguntó:
El Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005) señala que el adjetivo indefinido cualquiera denota que la persona o cosa a la que se refiere es indeterminada. Cuando va antepuesto al sustantivo, tanto si este es masculino como femenino, adopta la forma apocopada cualquier, aunque entre ambos se interponga otra palabra: «Daría cualquier cosa por saber con qué cara ha leído la carta» (MtnGaite Nubosidad [Esp. 1992]); «Cualquier buen leninista sabe cómo adaptarse a los cambios» (DAméricas [EE. UU.] 2.5.97). Ocasionalmente puede aparecer la forma plena cualquiera ante sustantivos femeninos, algo frecuente en el español de Chile: «Cualquiera palabra que dijera en clase el profesor la relacionaba rápidamente con mi sombrero» (Araya Luna [Chile 1982]). El plural del adjetivo y del pronombre cualquiera es cualesquiera (no cualesquieras): «Eran ya dos los ciudadanos cualesquiera que [...] hallábanse dispuestos a aguardar el cadáver de su enemigo» (Grande Fábula [Esp. 1991]); «Abjuro todas las herejías contenidas en cartas, comunicados [...] y cualesquiera otros documentos que yo firmé» (Leñero Martirio [Méx.1981]). Aunque no es frecuente hoy, cuando el plural cualesquiera va antepuesto, inmediatamente o no, al sustantivo, puede adoptar la forma apocopada cualesquier: «Inaudible para cualesquier otros oídos que no fuesen los de Regina» (Velasco Regina [Méx. 1987]). A menudo se utiliza erróneamente la forma del singular para el plural: «No se debe, cualquiera que sean las circunstancias, admitir que se denigre el nivel del debate» (DYucatán [Méx.] 12.9.96). Aún más inadmisible resulta el empleo de la forma del plural para el singular: «En nuestro país la tortura o cualesquiera otro acto vejatorio están prohibidos» (Dedom [R. Dom.] 19.12.96). (Depto. Lingüística, ILL)
Orlando Olano Guevara preguntó:
El Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005) señala que el adjetivo indefinido cualquiera denota que la persona o cosa a la que se refiere es indeterminada. Cuando va antepuesto al sustantivo, tanto si este es masculino como femenino, adopta la forma apocopada cualquier, aunque entre ambos se interponga otra palabra: «Daría cualquier cosa por saber con qué cara ha leído la carta» (MtnGaite Nubosidad [Esp. 1992]); «Cualquier buen leninista sabe cómo adaptarse a los cambios» (DAméricas [EE. UU.] 2.5.97). Ocasionalmente puede aparecer la forma plena cualquiera ante sustantivos femeninos, algo frecuente en el español de Chile: «Cualquiera palabra que dijera en clase el profesor la relacionaba rápidamente con mi sombrero» (Araya Luna [Chile 1982]). El plural del adjetivo y del pronombre cualquiera es cualesquiera (no cualesquieras): «Eran ya dos los ciudadanos cualesquiera que [...] hallábanse dispuestos a aguardar el cadáver de su enemigo» (Grande Fábula [Esp. 1991]); «Abjuro todas las herejías contenidas en cartas, comunicados [...] y cualesquiera otros documentos que yo firmé» (Leñero Martirio [Méx.1981]). Aunque no es frecuente hoy, cuando el plural cualesquiera va antepuesto, inmediatamente o no, al sustantivo, puede adoptar la forma apocopada cualesquier: «Inaudible para cualesquier otros oídos que no fuesen los de Regina» (Velasco Regina [Méx. 1987]). A menudo se utiliza erróneamente la forma del singular para el plural: «No se debe, cualquiera que sean las circunstancias, admitir que se denigre el nivel del debate» (DYucatán [Méx.] 12.9.96). Aún más inadmisible resulta el empleo de la forma del plural para el singular: «En nuestro país la tortura o cualesquiera otro acto vejatorio están prohibidos» (Dedom [R. Dom.] 19.12.96). (Depto. Lingüística, ILL)
Orlando Olano Guevara preguntó:
El Diccionario panhispánico de dudas (RAE, 2005) señala que el adjetivo indefinido cualquiera denota que la persona o cosa a la que se refiere es indeterminada. Cuando va antepuesto al sustantivo, tanto si este es masculino como femenino, adopta la forma apocopada cualquier, aunque entre ambos se interponga otra palabra: «Daría cualquier cosa por saber con qué cara ha leído la carta» (MtnGaite Nubosidad [Esp. 1992]); «Cualquier buen leninista sabe cómo adaptarse a los cambios» (DAméricas [EE. UU.] 2.5.97). Ocasionalmente puede aparecer la forma plena cualquiera ante sustantivos femeninos, algo frecuente en el español de Chile: «Cualquiera palabra que dijera en clase el profesor la relacionaba rápidamente con mi sombrero» (Araya Luna [Chile 1982]). El plural del adjetivo y del pronombre cualquiera es cualesquiera (no cualesquieras): «Eran ya dos los ciudadanos cualesquiera que [...] hallábanse dispuestos a aguardar el cadáver de su enemigo» (Grande Fábula [Esp. 1991]); «Abjuro todas las herejías contenidas en cartas, comunicados [...] y cualesquiera otros documentos que yo firmé» (Leñero Martirio [Méx.1981]). Aunque no es frecuente hoy, cuando el plural cualesquiera va antepuesto, inmediatamente o no, al sustantivo, puede adoptar la forma apocopada cualesquier: «Inaudible para cualesquier otros oídos que no fuesen los de Regina» (Velasco Regina [Méx. 1987]). A menudo se utiliza erróneamente la forma del singular para el plural: «No se debe, cualquiera que sean las circunstancias, admitir que se denigre el nivel del debate» (DYucatán [Méx.] 12.9.96). Aún más inadmisible resulta el empleo de la forma del plural para el singular: «En nuestro país la tortura o cualesquiera otro acto vejatorio están prohibidos» (Dedom [R. Dom.] 19.12.96). (Depto. Lingüística, ILL)
Carlos preguntó:
Es correcto emplear la voz 'nonestre' para referirse al período de nueve meses: ej. El programa calcula automáticamente los subtotales para los trimestres, semestres y nonestres, así como todos los indicadores para el instituto en su conjunto.
También se emplea la voz 'nonestral' para señalar que ocurre o se hace cada nueves meses: ej. los informes se hacen por servicio trimestral, semestral, nonestral y anual. (Depto de Lingüística, ILL)
Noemí Peláez García preguntó:
La Nueva gramática de la lengua española (2009) explica que en el tipo de composición léxica: nombre + adjetivo, se establece una relación gramatical que suele ser atributiva, en tanto que el adjetivo designa una propiedad del nombre que actúa como núcleo de la construcción. Los componentes de estas voces se integran en una única palabra ortográfica y en un único grupo acentual; por tanto, el primer elemento (Cuba) se integra al segundo (hidráulica), que mantiene su ortografía.
Así CUBAHIDRÁULICA, versión abreviada de la Empresa Central de Equipos Hidráulicos, a pesar de tener su nombre normalizado en letras mayúsculas, requiere la tilde. La nueva Ortografía de la lengua española (2010) no exime de poner tilde en las letras mayúsculas cuando le corresponde. (Depto. Lingüística, ILL)
fernando preguntó:
En ocasiones no es necesario el desdoblamiento de género. En la designación de seres animados, los sustantivos de género masculino no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por ejemplo, en un enunciado como «Los niños llegaron temprano a clase», los niños se refiere tanto a los niños como a las niñas. La Nueva gramática de la lengua española (RAE, 2009) explica que existe una tendencia reciente, y variable según los países, a construir series coordinadas constituidas por sustantivos de persona que manifiesten los dos géneros: ej. A todos los vecinos y vecinas; La voluntad de los peruanos y peruanas. Esta doble mención se ha hecho general en ciertos usos vocativos en los que el desdoblamiento se interpreta como señal de cortesía: ej. señoras y señores; damas y caballeros. Sin embargo, la Nueva gramática sugiere que no se use el circunloquio cuando el empleo del género no marcado (masculino) es suficientemente explícito para abarcar a los individuos de uno y otro sexo. En aquellos casos especiales en los que el contexto podría ser ambiguo reconoce que este desdoblamiento es aceptado. Por ejemplo, en un enunciado como Todos los cubanos pueden entrar al ejército, sería necesario decir todos los cubanos y todas las cubanas, pues es sabido que hasta hace pocos años el ejército era (y para algunos, sigue siendo) una profesión de hombres; y realmente lo que se quiere decir es que «tanto hombres como mujeres pueden entrar al ejército». Referido al tema también hay que decir que desde la década del 70 del pasado siglo emergieron en las ciencias sociales, particularmente en la lingüística, las preocupaciones por la representación en el discurso de las desigualdades entre mujeres y hombres y por la presencia de las normas masculinas como normas generales para la sociedad y el lenguaje. Como resultado de esos cuestionamientos, surgió el concepto de sexismo lingüístico: fenómeno lingüístico que se caracteriza por la presencia en el discurso de mecanismos que reproducen desigualdades entre mujeres y hombres. Desde esta perspectiva el uso del masculino genérico es una clara expresión de discriminación e invisibilización de la figura femenina en el discurso, de ahí que se propongan fórmulas desdobladas, como los niños y las niñas, los combatientes y las combatientes, para combatirlo. Este fenómeno ha dado lugar a que varias universidades y organizaciones elaboren guías de lenguaje no sexista, en las que es común encontrar como sugerencia la sustitución del uso del masculino genérico por fórmulas desdobladas como las mencionadas. En este sentido, los medios de comunicación se han hecho eco de esta tendencia y es por ello que escuchamos con frecuencia esas fórmulas desdobladas en la radio y la televisión nacionales. Como se puede apreciar, este es un tema que no está aún concluido y que es extremadamente polémico ya que no solo tiene que ver con la lengua misma, sino también con un problema social de vital importancia y alta complejidad: la discriminación de género. (Depto. Lingüística, ILL)