Miguel preguntó:
La Ortografía de la Lengua Española (2010) establece que, en español, las palabras pueden escribirse en minúsculas, con mayúscula inicial o enteramente en mayúsculas. En la escritura ordinaria se utiliza como letra base la minúscula. En cuanto al uso de la mayúscula se establece que su función primordial en español es la de distinguir el nombre propio del nombre común, así Irene se escribe con mayúscula y tobillo con minúscula.
En el caso de los nombre propios la mayúscula se aplica solamente a la letra inicial de la palabra o palabras afectadas: ej. Acaba de regresar de Santiago don Juan Martínez.
Los nombres propios son sustantivos o grupos nominales creados específicamente para designar y referirse a seres únicos, ya sean animados o inanimados: personas, animales, lugares geográficos, instituciones, obras de creación, acontecimientos, etc.
Por tanto, el sustantivo universidad debe escribirse en mayúscula cuando pertenece al nombre de entidades, organismos e instituciones y suele formar parte de la denominación el sustantivo genérico que designa la clase a la que pertenece la entidad designada: ej. Estudié en la Universidad de La Habana. Prueba de ello es que, en estos casos, la inicial del genérico se incluye en la sigla de la entidad: Universidad de La Habana (UH), Ministerio de Educación Superior (MES), Organización Mundial de la Salud (OMS); eso no ocurre, en cambio, cuando el genérico es un mero clasificador, que no forma parte de la expresión denominativa: La organización Amnistía Internacional (AI) hizo público ayer su informe anual. Entre los usos de la mayúscula se halla el de la mayúscula de relevancia. La Ortografía de la Lengua Española (2010) explica que en este se agrupan todos aquellos usos más o menos tradicionales de la mayúscula inicial no justificados por ninguna de las funciones lingüísticas asignadas a la mayúscula en nuestro sistema ortográfico -delimitar enunciados, marcar los nombres propios o las expresiones denominativas (en oposición a los nombres comunes o a las expresiones genéricas) y formar siglas-, y que responden únicamente al deseo de poner de manifiesto la especial relevancia que quien escribe otorga al referente designado por la palabra así escrita. (p. 514) La mayúscula de relevancia presenta dos facetas: una social, en la que la mayúscula pone de manifiesto la consideración o el respeto que socialmente se otorga al referente de ciertos términos, como los tratamientos o los títulos y cargos de especial dignidad o situados en los niveles más altos de la escala jerárquica (majestad, rey, papa, duque, presidente, ministro, etc.), y una subjetiva, en la que el que escribe aplica la mayúscula a aquellos términos cuyos referentes considera sagrados o dignos de especial veneración por razones religiosas o ideológicas. Por ello es frecuente que, en textos de carácter religioso, político, militar, etc., se vean escritos con mayúscula inicial muchos términos que designan conceptos relevantes en esos ámbitos (sacramento, misa, eucaristía, nación, patria, bandera, etc.).
Ahora bien, las mayúsculas de relevancia presentan además, en muchos casos, el inconveniente añadido de su carácter extremadamente subjetivo y de la consiguiente falta de consenso en el inventario de palabras que serían susceptibles de llevarla, lo que hace imposible su regularización ortográfica. Por lo tanto, se recomienda evitarla o, al menos, restringir al máximo su empleo, que en ningún caso debe convertirse en norma.
En la letra actual de nuestro Himno Nacional, tal como aparece publicado en la Enciclopedia Cubana en la Red (EcuRed), el sustantivo patria se escribe con mayúscula inicial, el cual se justifica por el uso de la mayúscula de relevancia prescrito. Himno Nacional de Cuba ¡Al combate corred bayameses, que la Patria os contempla orgullosa; no temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria, es vivir! En cadenas vivir es vivir en afrenta y oprobio sumidos, del clarín escuchad el sonido; ¡a las armas, valientes, corred! (Depto. de Lingüística, ILL)
Yariel Pérez preguntó:
La voz ukelele aparece registrada en el Diccionario de la lengua española (2001) como voz de origen hawaiano (literalmente, "pulga saltadora") con el significado de “instrumento musical de cuerda, popularizado desde el archipiélago estadounidense de Hawái, parecido a la guitarra, pero de menor tamaño”. (Depto. Lingüística, ILL)
Abel Guevara preguntó:
La voz pago, ga aparece registrada en el Diccionario de la lengua española (2001) con marca de poco uso y coloquial:
pago, ga. 1. part. irreg. coloq. p. us. de pagar. pagar. (Del lat. pacāre, apaciguar, calmar, satisfacer). 1. tr. Dicho de una persona: Dar a otra, o satisfacer, lo que le debe. 2. tr. Dicho de los géneros que se introducen: Dar derechos. 3. tr. Satisfacer el delito, falta o yerro por medio de la pena correspondiente. 4. tr. Corresponder al afecto, cariño u otro beneficio. 5. prnl. Prendarse, aficionarse. 6. prnl. Ufanarse de algo, hacer estimación de ello. MORF. part. irreg. coloq. p. us. pago y reg. pagado.
Ramón Verdecia preguntó:
Ejemplos: E-learning: Enseñanza a distancia caracterizada por una separación física entre profesorado y alumnado sin excluir encuentros físicos o puntuales. E-learning: enseñanza a distancia caracterizada por una separación física entre profesorado y alumnado sin excluir encuentros físicos puntuales.
Prescribe la Ortografía de la lengua española (RAE, 2010) que después de los dos puntos debe escribirse minúscula, con excepción de los nombres propios.
Ciertamente, muchos diccionarios comienzan la definición con mayúscula, siguiendo modelos lexicográficos antiguos en los que se usaba mayoritariamente el punto y seguido seguido de mayúscula, como corresponde según la convención.
Con el paso del tiempo muchos diccionarios siguen usando mayúscula aunque coloquen los dos puntos y seguidos, contrario a lo que ortográficamente es correcto. (Depto. de Lingüística, ILL)
Arístides Herrera preguntó:
El uso de la palabra promedio en la frase Ella tiene un promedio de 35 años de edad no es el adecuado.
Según el Diccionario de uso del español de España y América (VOX), el promedio es el resultado que se obtiene de dividir la suma de varias cantidades por el número de sumandos: ej. algunos árboles tienen un promedio de 200 años de vida.
Por lo tanto, lo correcto es emplear la palabra promedio cuando se trata de un conjunto de elementos relacionados: ej. en el aula de conferencias el promedio de edad es de 20 años (se infiere que en el aula hay varios estudiantes).
Para hacer referencia a la edad de una persona, es más aconsejable decir: Ella aparenta 35 años de edad o Ella tiene 35 años. (Depto. Lingüística, ILL)
Juan Manuel Fernández preguntó:
Las palabras ‘asere’ y ‘acere’ son cubanismos que pertenecen al registro coloquial. Ambas palabras son variantes sinonímicas, por lo que pueden ser empleadas de las dos formas. Aparecen en el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2001, ILL) con la siguiente acepción:
asere m/f, var acere . coloq Persona con quien media una relación de amistad.| coloq Se usa para dirigirse a una persona en tono de confianza: –Bueno, acere, ahora vamos a parlar en serio: tengo los bolsillos al revés... (Depto. de Lingüística, ILL).
Yoilán Ramírez preguntó:
No se recomienda el uso de la expresión mas sin embargo pues está compuesta por una conjunción adversativa (mas) y una locución conjuntiva adversativa (sin embargo) que expresan oposición.
Por tanto, la reunión de estas dos formas en una expresión resulta redundante. Aparecen registradas en el Diccionario de uso del español de América y España (2003) con las siguientes acepciones: sin embargo.
Se utiliza para indicar que lo que se dice a continuación es contradictorio con lo dicho anteriormente, pero ello no impide lo primero: ejs. no tengo mucho apetito; sin embargo, probaré esos canapés.
mas. Introduce una circunstancia que matiza, opone o contradice parcialmente lo dicho o lo que ello permite deducir o suponer: ejs. quise hacerlo, mas no pude; podía haberle contado una mentira, mas preferí callar y dejar que el tiempo mostrase quién era el culpable. (Depto. de Lingüística, ILL)
Mario Augusto Cruzata preguntó:
La Nueva gramática de la lengua española (2009, pág. 883) expresa que existe alternancia en el uso de las formas con estructura del tipo nombre común + de + nombre propio (provincia de Holguín) y nombre común + nombre propio (provincia de Holguín). Explica que la preposición se omite, o bien se admite o se rechaza en función del país o la ciudad, como en la calle (de) Italia, la avenida (de la) Ciudad de Barcelona.
En cambio, es obligatoria la preposición cuando forma parte del nombre propio: Ciudad de México, Rio de la Plata, etc., los cuales se escriben con mayúscula inicial.
En Cuba aunque no existe una norma regulatoria en el uso de estas formas, se prefiere la estructura nombre común + de + nombre propio: provincia de Holguín. (Depto. de Lingüística, ILL)
Ernesto Piñero preguntó:
Según la Ortografía de la Lengua Española (2010), los dos puntos pueden concurrir con los signos indicadores de modalidad (signos de exclamación y de interrogación o puntos suspensivos). Se señala además que los dos puntos se escriben siempre pospuestos a los signos anteriormente mencionados.
Yoel Gómez preguntó:
En un mismo párrafo sí pueden utilizarse más de un punto y seguido. Según la Ortografía de la Lengua Española (2010), el punto y seguido separa los enunciados que integran un párrafo, el cual se coloca al final de cada enunciado. A continuación, en el mismo renglón, se inicia el otro enunciado con inicial mayúscula, tal como ilustra la Ortografía… en el siguiente ejemplo donde aparecen cuatro enunciados: “No sé. Ni idea. Evidentemente, la foto es importante e indiscreta. Lo suficientemente importante e indiscreta como para que Jean-Paul muriera por ella”.