—¿Cómo abreviar Máster en Ciencias? ¿Solo existe Máster en Ciencias? ¿Es correcto el plural másteres?
La historia tiene movimientos pendulares, de paradojas: en 1985, escuché a un padre de dos niños protegidos por aquella dadivosa Asistencia Social, decir sin pudor, en medio de estrecheces materiales, que no le trabajaba al Estado socialista. Y en 2013, la misma persona, desde una holgura exitosa, confesó: aquí se acabó el querer; cada quien, que se salve como pueda, y el que no pueda, es su maletín…
Los conejillos de la fábula de Tomás de Iriarte, famosos por su aleccionadora moraleja, saltan por entre las copas de los sombreros de nuestra sociedad, de la mano de no pocos magos de la simulación o el trucaje, y también de estilos encomiásticos y ensalzadores, que se sembraron sin intenciones perversas, aunque sin mejores resultados.
Una vez más el tiro les salió por la culata. Muchos analistas lo advirtieron, pero a veces me pregunto cómo es posible que teniendo Estados Unidos tantos tanques pensantes dedicados al estudio del Oriente Medio, la Casa Blanca comete errores en esa región. Era de esperarse que las bandas terroristas, después que recibieron financiamiento de Washington y países árabes del Golfo Pérsico para derrocar por la fuerza al Gobierno sirio, estén descontroladas, y no hagan caso a sus sponsors.
Palmas que tocan las nubes/, pidiendo al cielo que mire.
La triste noticia del fallecimiento de Nelson Mandela trascendió rápidamente en todas las latitudes. Quien había ofrendado su juventud y salud tras barrotes de máxima seguridad durante más de cinco lustros, se encumbró como gigante contra el apartheid y la injusticia.
Tal vez en alguna ocasión ha coincidido con alguien que ha actuado erróneamente o ha tomado una decisión equivocada, y cuando se detiene a meditar serenamente en lo ocurrido, y en lo que conoce acerca de lo que pudo llevar a ese alguien a que procediera de ese modo, le viene a la mente una idea recurrente: ¡Caramba!, yo pudiera haber sido él (o ella), y en similares circunstancias muy probablemente hubiera hecho lo mismo. ¿Nunca le ha pasado?
JOHANNESBURGO, Sudáfrica.— Parecía no importarles la lluvia, la incómoda lluvia que desde el amanecer caía sin cesar sobre la ciudad de Johannesburgo. Mientras unos corrían, otros apenas apuraban un poco el paso; con paraguas o sin ellos; blancos, negros, mestizos; niños, jóvenes, adultos, ancianos… a todos los unió este martes el deseo de dar un último adiós al querido y respetado líder Nelson Mandela.
Los que viven en las cavernas se acostumbran a ver en la oscuridad. La misma calaña que secuestró al niño Elián González en Miami entre 1999 y 2000, diez años antes participó en otra enorme infamia de trascendencia internacional.
Mientras Nelson Mandela luchaba contra el apartheid y por los derechos de los negros en Sudáfrica, otro pueblo, el palestino, sufría los mismos vejámenes y la atroz ocupación israelí. Madiba no estaba ajeno a esa injusticia, y siempre defendió el legítimo derecho de los palestinos a tener su Estado, como lo demandaban continuas resoluciones de la ONU.