Hace poco en un canal de la Televisión Cubana se exhibió una película relacionada con la guerra que asoló a España, desde mediados de julio de 1936 hasta abril de 1939. Para mi sorpresa, quien comentaba el filme se refirió al conflicto del país ibérico como «guerra civil» y al bando de los acaudillados por el general Francisco Franco, como «nacionalistas». Siento tener que expresar mi inconformidad con estas catalogaciones.
Pronto cumplirá los cuarenta. A lo largo de esa etapa ha dado color, animación y vida a nuestro ambiente cultural en ese diciembre anhelado, cuando el año está llegando a su término. Junto a la invasión de una filmografía rica y variada, surge la expectativa en torno a la entrega de los corales. Pero el significado del Festival del Nuevo Cine sobrepasa en mucho la importancia de su indiscutible repercusión local. Se inscribe en un complejo proceso de alcance latinoamericano.
Otra vez pasaron siete días desde la última oportunidad que compartimos con ustedes los textos más leídos en la versión digital de Juventud Rebelde, donde esta semana acaparó clics el reportaje ¿Adorable laberinto?, una mirada a cómo logran las familias cubanas la ansiada celebración de los 15 años de sus adolescentes.
El teniente Valdés Pérez empezó a experimentar una sensación que le ensanchaba el pecho y le estiraba su estatura, pareja a la de un adolescente a pesar de sus brazos y su tórax cubierto de vellos negros y tupidos. Su estatura interna se acrecentaba mientras recibía las precisiones de una nueva misión.
No recuerdo cómo llegó a mis manos. Tal vez lo cogí sin pedir permiso del librero añoso que tenía papá, donde sobresalía el lomo amarillo de un diccionario filosófico. Era un libro pequeño y grueso, con tapas duras, y en la portada, roja y azul, las imágenes de Martí, Camilo y el Che. Relatos de Historia de Cuba, así se titulaba. En la parte inferior podía leerse: Cuarto Grado.
Tengo que confesar que no conocía al ecuatoriano Carlos Bastidas. El único referente lo tuve de manos del sempiterno profesor Rafael Lechuga en las clases de Historia de la Prensa, ya hace más de diez años, en la santiaguera Universidad de Oriente. Fue él quien nos habló de la última huella sanguinaria del régimen batistiano en el cuerpo de un profesional de la prensa en Cuba.
Después de tantos años negando la culpabilidad del terrorista Luis Posada Carriles en el atentado que derribó en octubre de 1976 el avión civil de Cubana de Aviación en Barbados con 73 personas a bordo, los documentos recientemente desclasificados por Estados Unidos indican que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Gobierno norteamericano conocían la implicación del terrorista en esa deleznable voladura.
¿Cuáles son los países latinoamericanos carentes de fronteras marítimas? ¿Quién es el autor de la novela Cien años de soledad? Mencione títulos de algunas de las películas dirigidas por el cineasta cubano Humberto Solás… ¿Cuál es el río más caudaloso de Cuba y en qué provincia se localiza? Caracterice la situación sociopolítica actual de Venezuela. ¿Quién fue José Raúl Capablanca?
Descansaba Armando Hart en el Centro de Estudios Martianos fundado por él desde la primera hora de su designación al frente del Ministerio de Cultura. El sitio era demasiado pequeño para acoger a todos aquellos que aspiraban a rendir homenaje a un indispensable de la historia de la Revolución Cubana. Tenía, sin embargo, un indiscutible valor simbólico. Representaba la línea de continuidad entre la tradición martiana, el áspero presente de la contemporaneidad y el trazado de un mañana proyectado hacia la irrenunciable construcción del país, frágil en su condición insular y sólidamente afincado en el misterio que lo protege.
A veces cunde la alarma cuando echan a rodar una bola con el fin archiconocido de sembrar la desinformación, el pánico, la perplejidad o la desconfianza.