Las fake news y campañas mediáticas contra Cuba se han incrementado durante los últimos años, pero no comenzaron hace poco, ni siquiera con el surgimiento de Internet y los autollamados sitios digitales independientes. A lo largo de la historia existen muchos ejemplos de tergiversaciones y mentiras contra los revolucionarios y las causas más nobles de este pueblo.
La nostalgia es nuestra máquina del tiempo. Es la patria íntima, el aguafuerte de la memoria, el óleo que preserva intacto aquello que se fue, pero que nos negamos a despedir. La nostalgia es el eterno renacimiento. Allí todo se puede, incluso tender mi mano pequeña y que vuelva La Feria, que regresen las luces, que salga a desmandarme.
Cada día las fases de desescalada me parecen más utópicas. Amanezco viendo la inmensa cantidad de personas en la calle y si bien es cierto que ya no hay confinamiento y la vuelta a la normalidad es inminente, pensar que hace casi un año estábamos con un panorama más alentador es deprimente. La COVID-19 sacude un poquito más al mundo por estos días. La cifra de muertos en España y Portugal aumenta, y en Cuba también.
Si los estudiosos de la opinión pública hicieran un listado de los temas más recurrentes en Cuba durante los últimos 20 o 30 años, de seguro que uno de esos sería una pregunta bien concisa y directa: «Bueno, ¿y qué? ¿El salario alcanza?».
Hasta un supermercado en Miami llegaron miles de cubanoamericanos y estadounidenses para exigir el cese del bloqueo, mientras cantaban nuestro Himno Nacional y bailaban al ritmo de sonoridades autóctonas, acompañados de montones de banderas de la estrella solitaria. La acción, coordinada por el proyecto Puentes de Amor, estremeció el pasado fin de semana a ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Seattle. En las inmensas filas de autos se podía ver un mensaje repetido: No más bloqueo.
Hay una enorme diferencia entre la justicia social y la «justicia telefónica», por más que la revolución tecnológica en el campo de la comunicación móvil cambie tan radicalmente la vida humana, como para que algunos sostengan que vivimos un verdadero cambio antropológico.
Ante la proximidad de su aniversario, las referencias a la fundación de la Uneac son cada vez más numerosas en el panorama noticioso. Carecemos, sin embargo, de un estudio que aborde el desarrollo de la institución destinada a agrupar a los escritores y artistas, inscrita en los complejos avatares históricos de los últimos 60 años.
Esta vez no lo vi. En la línea ferroviaria del municipio de Boyeros donde suele estar se notaba su ausencia. ¿Estará enfermo o habrá sucumbido por la pandemia? Quiero pensar que ni una cosa ni otra. Que alguien cuida de él por estos días, cuando los de su condición requieren amparo más que nunca.
Le dicen «COVID largo» o «COVID de larga duración», y al escuchar estas denominaciones hay quien piensa que los expertos se refieren a la permanencia en el tiempo de esta enfermedad que nos ha puesto el mundo al revés a todos desde diciembre de 2019.
Confieso que pensé y repensé antes de escribir sobre este tema. «Si mi barbero lee esto, cuando vaya a pelarme no me permitirá ni sentarme en su sillón», me dije, divertido. Pero bueno, se trata de un asunto que trae en ascuas a los fígaros y a los clientes. Desde luego, cada quién hala para su mano. Ya saben a qué me refiero: a los precios.