Ensimismado en concebir una estampa sobre el onomástico de un amigo estaba totalmente al margen de la tormenta que se nos venía encima.
Sin el debido conocimiento de la historia de la nación andaríamos carentes de brújula, a la deriva, porque esa conciencia del pasado de donde hemos venido, generaciones eslabonadas por medio, nos proporciona identidad e iluminadas pistas hacia el futuro.
Mientras más se repasa el pensamiento jurídico martiano, mayor conexión se le encuentra con las actuales encrucijadas de Cuba.
Luego del accidente en la central nuclear de Fukushima, el peor en 25 años, los japoneses se debaten entre los lógicos temores por la radiactividad y la necesidad de ver el fin de la crisis. Todavía falta. Con frecuencia los números de las mediciones aumentan o un nuevo producto se suma a la lista de restricciones de consumo y comercialización en el área siniestrada. Fukushima sigue en las peores pesadillas.
Rubén Valdés lleva en su barba el color desteñido del tiempo. Su cuerpo extraña la agilidad y la presteza con que solía andar antaño. Es ahora su lecho, en la tercera habitación de la casa, el refugio de tantos pensamientos, la añoranza por una profesión con la cual se ganaba aplausos en la escena y el pan diario.
No habían transcurrido todavía 12 meses del show de aquellos dos llamados humoristas en la inauguración del carnaval de Bayamo. En su actuación de entonces, en la que fingieron cantar una parodia, soltaron una ráfaga de palabras «hermosas y maduras», que pesan demasiado como para escribirlas aquí.
Será una carrera de homenaje, de resistencia como la de ellos. Por primera vez realizaré una hazaña como esta, comentó a la prensa local, horas antes de iniciar el largo periplo, aquel hombre de apariencia cincuentona y porte quijotesco, decidido a cubrir 24 horas de pedaleo continuo en solidario gesto por los Cinco.
El ser humano irrumpió en el planeta con un derecho inalienable conferido por la madre natura: vivir. Para prolongar en el tiempo tan precioso don, requirió de la gracia de varios factores. Alimentarse fue su primer apremio. El segundo, instintivamente, reproducirse.
A quien pretende nadar a salvo en un mar de petróleo y con una vela encendida sobre la cabeza, muy poco éxito se le augura. En Gran Bretaña, en lo que va de gobierno del primer ministro conservador David Cameron, el combustible se ha regado con tantos recortes hechos a los programas sociales, y algunos en su equipo tal vez han creído que, por mucho tiempo, nadie se percataría de que el nadador llevaba un mechero.
El mes pasado visité el estadio Latinoamericano, donde se desarrollaron varios partidos entre equipos cubanos de béisbol que se preparaban para sus respectivos eventos internacionales.