Aquello sonaba como una lata vacía que viene dando tumbos desde la punta de una loma. Ahora que lo pienso, sonaba a lata porque era, en efecto, lata de los años 50 a la que se le ha dado la honrosa tarea de mantenerse en pie, con un motor moderno y sabrá Dios cuántas adecuaciones. Un Frankenstein rodante.
El arte suele ser más veloz que la política. El arte también es política. La política es todo. El arte es mucho más. Y está bien decir que Pánfilo «sacude» tanto como Cuba dice. Porque, aunque el segundo provenga del periodismo del Noticiero Nacional de Televisión, y el primero sea un estelar espacio de humor, bien sabemos que en Cuba —como en muchas partes del mundo— el humor no existe si no es social, si no es político, si no es actual. Como el periodismo y la política misma. Es, digamos, una política artística. Como arte político se le conoce.
Que en Cuba el aborto es legal, ya es un hecho. Es un derecho de la mujer cubana decidir cuántos hijos tener y en qué momento de su vida. Sin embargo, esa posibilidad, basada en la confianza en los especialistas que realizan el proceder, capacitados para ello, y en la seguridad sanitaria que se respeta para su ejecución en las diferentes instituciones, se convierte también, a todas luces, en un arma de doble filo.
Cada cual disfruta las vacaciones a su manera y casi siempre esgrime la misma respuesta cuando los curiosos preguntan cómo le fue. «Bien», contestamos, a veces sin ofrecer más detalles.
Los habitantes de los trópicos carecemos de las vivencias características de los países templados en relación con el palpitar de la naturaleza a través de los cambios que se producen en el sucederse de las estaciones. En esas zonas del planeta, el alegre despertar de la primavera derrite las nieves y abrevia la prolongadísima oscuridad de las largas noches. Con la caída de las hojas los árboles comienzan a desnudarse, el otoño alienta una atmósfera de melancolía.
¿Dónde está el secreto de la resistencia de una Isla que a prueba de bloqueos y agravios, prosigue su marcha con la cabeza erguida, respirando el aire sano de la libertad? ¿Cuál es el escudo que la protege? ¿De qué fibra está compuesto el sortilegio que la ampara? Las respuestas, sin muchos laberintos, conducen al pueblo. Es este, con sus esencias más profundas y sus antecedentes de batalla y victoria, el verdadero revelador del misterio. Si Cuba ha permanecido de pie, en medio de tormentas económicas y amenazas de todo tipo durante casi 60 años es porque está afincada en la obra de un lenguaje colectivo, sostenida por hombres y mujeres que, junto a sus líderes, han sabido amarla, defenderla, salvarla…
La flexibilización del pago de arancel de aduanas para determinados casos de personal cubano que colabora en otras naciones, a partir de la segunda importación que realice en un año calendario, fue la noticia más leída esta semana en la web de Juventud Rebelde.
Me encanta sentarme en el parque principal de mi Sancti Spíritus. Lo hago mucho, cada vez que me urge respirar, no solo porque su imagen es envidiable, pulcra, perfectamente colorida, sino porque disfruto sobremanera que el tiempo pase y me permita pensar.
En algún momento nos damos cuenta de que el pasado pesa. Tanto pesa que retiene el ir hacia delante. Y de vez en cuando uno abre escaparates, gavetas, y revisa libreros, sobres, y se deshace de lo que ya no sirve para vestir, o para leer, ni para que siga ejerciendo como testimonio palpable de una etapa.
Las letras se aprietan, caen. Los rasgos hablan de la agonía de una dama nonagenaria por domeñar la mano vacilante, por superar la falta de visión. La esquela está firmada por la Premio Cervantes Dulce María Loynaz y tiene como destinataria a Alicia Alonso. Es diciembre de 1996: «Creo recordar que una vez escribí que Alicia se movía como una luz y en efecto esa es la sensación que da cuando baila».