Embajador de Estados Unidos Ken Salazar. Autor: EFE Publicado: 14/11/2024 | 08:09 pm
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, señaló que hay diferencias entre lo que el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, dice un día y lo que expresa el otro, luego de que el diplomático criticara la antevíspera, las políticas de seguridad del exmandatario Andrés Manuel López Obrador.
Para sostener el señalamiento, formulado en su conferencia de prensa matutina, la mandataria exhibió un vídeo de hace algún tiempo en el que Salazar, contrariamente a lo que aseguró ahora, alababa la cooperación con el Gobierno de México en materia de seguridad.
La estrategia de «abrazos, no balazos», «no funcionó», sentenció Salazar el miércoles durante una rueda de prensa en la que fue más allá al cuestionar las cifras en materia de seguridad brindadas por el Gobierno mexicano que, según él, no reflejan la realidad, al tiempo que aseveró que la colaboración bilateral falló durante el último año porque, dijo, López Obrador no quiso recibir apoyo de EE. UU.
Independientemente de la actitud que haya sostenido el ex Presidente mexicano ante los alegados y eventuales ofrecimientos estadounidenses, que no fueron del conocimiento público, lo cierto es que sectores republicanos en el Congreso de EE. UU. han estado presionando durante el último año para que se militarizara la frontera común, algo a lo que México ha sido renuente.
Hace algunas semanas, también Ken Salazar sostuvo posiciones peligrosamente injerencistas cuando fustigó la reforma judicial emprendida en la nación vecina, y «advirtió» que su implementación podría perjudicar las relaciones comerciales bilaterales y, concretamente, la consecución del tratado de libre comercio tripartita entre ambos países y Canadá (el T-MEC), vigente desde 1994.
Siendo el intercambio mutuo pilar de ambas economías, era de esperar que tales aseveraciones contribuyeran a expandir el fuego contra la reforma encendido por los funcionarios del poder judicial, quienes quieren proteger su estatus y sus privilegios, y son alentados y acompañados por la oposición política.
Entonces pudo pensarse que Salazar se pronunciaba «por su cuenta y riesgo», al considerar las relaciones de respeto entre AMLO y Joe Biden que marcaron sus respectivos y coincidentes mandatos pero, en esta ocasión, el Departamento de Estado —que pronto estará en manos de Marco Rubio y asuma en enero si el Congreso lo certifica como se pronostica—, habría respaldado las declaraciones de Salazar, según reportó, en un brevísimo texto que no mencionó fuentes, el diario mexicano Reforma.
Durante el habitual encuentro con la prensa, Claudia aseguró que con el gobierno de Estados Unidos «nos coordinamos, trabajamos juntos»; pero remarcó que«no hay subordinación. Es una relación distinta, de iguales, entre dos países independientes, soberanos».
El de la seguridad fronteriza pudiera ser un flanco que busque tensiones entre ambos países con la nueva administración republicana, añadidas a las provocadas por el asunto migratorio, que gira sobre la misma línea demarcatoria, y en torno al cual se espera de Washington mano dura tras la propuesta por Trump de Tom Homan como «zar de las fronteras», un funcionario que repite en ese puesto y se ha caracterizado por el uso de la fuerza frente al fenómeno.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Foto: tomada de Reuters.