El hombre llegó a casa ajena con diferentes tipos de destornilladores y cables. «Tráiganmelo», dijo, y de inmediato desarmó el ventilador, que había sido el móvil de su visita técnica.
Una y otra vez aparece descrito en informes y en el verbo de los participantes en reuniones sin que hasta ahora se haya resuelto definitivamente. Eso sí, cada vez que reiteran el fenómeno sale a relucir el «vamos a analizar el problema».
¡Al fin la luz!, dijeron muchos de los asiduos visitantes al parque ubicado en la avenida 51, en el municipio capitalino de La Lisa. Y no es que esa zona —más populosa desde el 1ro. de julio pasado, por la apertura allí de una de las 35 áreas de navegación en Internet con tecnología wifi en el país— no tuviera fluido eléctrico, sino que ese sitio parecía una boca de lobo, como decimos en buen cubano, por la falta de iluminación.
Por mi edad avanzada, no llegué a ser pionera, no tuve pañoleta y no aprendí a decir «Seremos como el Che». Lo vi de cerca una sola vez. Se limitó a comentar: «Aquí se trabaja».
Desde su hermoso y cristalino espíritu el niño preguntó a su abuela si es cierto que los niños «hacen el “sexo”». La adulta, sin salir de su aturdimiento, dijo no, que eso es algo concerniente a los adultos; argumentó que en la infancia hay otros pensamientos y acciones en los cuales enfrascarse. El pequeño, tras escuchar inocentemente, volvió a la carga: «¿Entonces por qué mi amiguito de la escuela me dice que él tiene “sexo” con una amiguita?».
«Desde que llamaste por teléfono estoy buscando, rescatando lo que guardo de Ida [González Núñez (La Habana, 1948-2015)]». Así me recibió con forzada entereza su esposo y compañero de labor, el doctor Manuel Díaz Jidy.
Así como somos de apasionados y hasta cáusticos con todo cuanto nos insatisface y mantiene inconformes, también sería bueno, por justo, fortalecer entre nosotros la costumbre del elogio hacia un logro evidente, hacia toda señal que entrañe esfuerzos, inteligencia, deseos de hacer y resultados en medio de parálisis recurrentes o amagos sin desenlaces felices.
Algunas cosas demandan que se mueva el mundo para poder cambiarlas. Se requiere una docena de reuniones, se precisan autorizaciones desde cualquier extremo de la geografía y hasta algún cuño de los imprescindibles para avanzar al próximo paso. Vale resaltar que hay conflictos cuya solución está sujeta a conversaciones y a algún ajuste que podría revisarse.
Una prolongada y grave enfermedad provocó la muerte de Jorge Risquet Valdés, pero siempre quedará entre los cubanos el recuerdo del revolucionario que, tras iniciarse en la lucha a los 13 años, entregó lo más limpio de sus ternuras a apoyar la lucha de Cuba y las causas justas de Nuestra América, así como de los pueblos africanos por liberarse de todos los colonialismos.
Era el último día del mes de septiembre de 1930. El escenario político está altamente cargado y a menudo se torna violento. La Habana amanece respirando una atmósfera de tragedia. Una manifestación, demostrativa del sentir de los jóvenes cubanos, ha sido organizada por el Directorio Estudiantil Universitario (DEU).