Casi 20 años estuvo mi carné de identidad diciendo que yo era habanera. Ahora el nombre de un río habla de otra realidad, pero todavía resulta extraño que me digan mayabequense.
Sin argumentos frente al éxito de los modelos económicos y sociales de los Gobiernos progresistas latinoamericanos, la derecha de esos países se dedica a atacar la imagen personal de los líderes de la izquierda de la región.
El joven escuchaba, en la céntrica esquina de 23 y 12, las palabras que desde la tribuna expresaba el líder rebelde. Y mientras más energía emanaban las frases de Fidel, mayor emoción sentía de estar allí, de verlo y aplaudirlo, mientras en algún sitio aguardaban el uniforme y la mochila, listos para el instante en que se diera la orden de batalla.
Se ha dicho en más de una ocasión que el pueblo que no conoce su historia termina viviendo su pasado una y otra vez. Como ciencia social, esta constituye uno de los pilares sobre los cuales deberá levantarse el conocimiento más profundo de nuestro acervo y desde ello trazar los más adecuados caminos al futuro.
El dueño de la casa en cuya justa entrada ella acababa de tirar el envoltorio de un paquete de pelly, puso «cara de reclamo» y salió a regañar a la joven que solo prestaba atención al celular.
Desde tiempos atávicos las tribus amazónicas shuar pueblan las selvas de Ecuador y el Perú. Entre ellas, una práctica pretérita y salvaje las distinguió hace muchos años: reducir las cabezas de sus enemigos capturados.
Vivimos una Revolución, la más humanista de todas, la que triunfó el 1ro de enero de 1959, fruto de una tradición de lucha por la libertad de la Patria que tuvo su génesis en el Grito de Independencia del 10 de octubre de 1868. La Revolución Cubana, que hoy mantiene incólumes sus principios, se sostiene por su historia, sus valores, la heroicidad de nuestro pueblo, el ejemplo de nuestros líderes históricos, pero, sobre todo, ha de sostenerse, y he ahí un concepto medular para la continuidad de la misma, por la salvaguarda de la unidad revolucionaria.
Después de analizar las causas del fracaso de la Guerra de los Diez Años, en la que se derramó tanta sangre valerosa en la manigua cubana, José Martí concibe a la unidad política y cívico-militar de los Pinos Viejos con los Pinos Nuevos desde los preparativos de la contienda hasta su propia materialización como una premisa esencial para reiniciar la Guerra Necesaria contra el colonialismo español.
La unidad de nuestro pueblo junto al Partido es la divisa fundamental para seguir adelante; es el bien más preciado. El destino de nuestro país es y será siempre motivo central de preocupación de todo cubano martiano. Nos llama el combate por la salvaguarda de nuestra historia y nuestra cultura, por el fortalecimiento del hecho cultural más grande: la Revolución misma.
Teniendo en cuenta los acontecimientos recientes y en medio de los convulsos escenarios que vivimos en el mundo de hoy, me ratifico en el pensamiento de José Martí cuando afirmó «un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna». Este tema, desde luego, está relacionado asimismo, con aquellos que a partir de los más diversos subterfugios esperan que los cubanos olvidemos nuestra historia y deambulemos sin memoria histórica y de manera engañosa hacia un futuro incierto.