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Soñando libros y contando historias

A la promoción de la lectura y la literatura, usando como vehículo la narración oral y el libro artesanal, se dedica Aventuras Cartoneras, un proyecto destinado fundamentalmente a la infancia

Autor:

Cecilia Meredith Jiménez

En diciembre de 2023, Yanet Llovet González y María Valle Reyes decidieron emprender una aventura. Su principal motivación: «los libros y los niños», responden casi a coro. Ellas se conocieron trabajando para la infancia y enseguida surgió una química especial. Cada una entendió las inquietudes de la otra. Juntas soñaron y crearon ―alejadas de la lógica de los adultos― como niñas. «Somos caos y creación, porque la creación de nosotras viene con cierto desorden», así se definen.

A las dos las unía un mismo sueño: promover la lectura a través de la confección del libro artesanal, las artes plásticas y la narración oral; deseaban lograr el despertar del arte en los más pequeños. Fue así que perfilaron su emprendimiento.

«Existe una magia muy especial en el objeto artístico que logras con tus propias manos. Puede ser imperfecto, pero esa diferencia lo hace único. Esa sensación de singularidad es lo que siente un creador, ya sea con un cuento que escribió o con un libro cartonero. Entonces, quisimos eso», expresa Yanet.

Todo ello de la mano de la narración oral, pues Yanet, filóloga de profesión, se formó en este arte en un taller impartido por la gran maestra Mayra Navarro.

Esto les permitió llegar a los pequeños de una manera diferente y comunicar con ellos a través de otros recursos, ya que ambas jóvenes ven en la práctica milenaria de contar historias y compartir vivencias que se puede fomentar el despertar del arte, el cual, a su vez, influye en el mejoramiento humano; y eso se incentiva desde edades tempranas.

Comienza la aventura

En sus encuentros, dicho proyecto promueve, además, el cuidado del medioambiente y la conciencia del reciclaje. Lo han logrado confeccionando libros a partir de materiales reutilizados: madera, papel, cartucho, cartón, plástico, así como elementos de la naturaleza. El objetivo también es que el menor aprenda sobre conceptos como la sostenibilidad.

Igualmente, para hacer los libros, utilizan varias técnicas (el cosido belga, el acordeón y el anillado) y formatos como origami, tela, 3D, pop-up, fotocuento, entre otros. En este proceso los infantes son los protagonistas: elaboran sus propias historias y luego confeccionan el libro.

Los interesados en acceder a dichos encuentros pueden contactar a través de las redes sociales de Aventuras Cartoneras; y, aunque muchos de estos los realizan de manera itinerante, ya sea en museos, parques o restaurantes, el proyecto cuenta con un colorido espacio ubicado en la Unión Árabe de Cuba, sita en Prado
No. 256, entre Ánimas y Trocadero.

Rescatando tradiciones

Aventuras Cartoneras propone un universo fantástico: así, un papalote se convierte en Mi amigo dragón, nombre de uno de sus ciclos creativos, en el que rescatan este importante juego (desde su confección hasta el acto de empinarlo) que ha marcado la infancia de tantos cubanos.

Con Las mágicas aventuras del Medio Oriente, al crear libros en formato de tela, evocaron a las antiguas cuquitas, pues los «cartoaventureros» elaboraron cuentos, crearon sus propios personajes y, luego, con accesorios decorativos, los vistieron.

Algo similar ocurre con «¡Ñam ñam! Me como mi libro», su colección de libros comestibles, elaborados con frutas deshidratadas. Asimismo, les han dado vida a parques de La Habana Vieja, jugando al pon y al tesoro escondido con los niños, acompañados de sus abuelos.

Convergencia especial

«Nos interesa mucho la conexión de esas dos generaciones: abuelos y nietos. Se establece un lazo muy especial. El cierre del taller de Las mágicas aventuras del Medio Oriente fue dedicado a la culinaria de esta cultura. Y como condición los niños tenían que venir en compañía de un abuelo o abuela. La experiencia fue maravillosa», señala María.

Y Yanet añade que «nos encanta trabajar con los abuelos porque en esa etapa de la vida es cuando se valora lo verdaderamente importante. El abuelo es paciente, sabe escuchar; mientras que los padres viven en la premura».

Este grupo de la tercera edad ha sido, igualmente, protagonista en los encuentros de Aventuras Cartoneras. María y Yanet, de conjunto con otros proyectos, han llevado el arte y la alegría a hogares de ancianos y círculos de abuelos.

«Los adultos mayores tienen muchas historias que contar. Y con las manualidades se motivan, vuelven a ser niños: sienten curiosidad y sorpresa. Con ellos hicimos los libros con bolsitas de papel y cartucho reciclados; y no solo pintaron, también escribieron sus propios cuentos», agrega María refiriéndose al ciclo El amor en los tiempos modernos.

En otra ocasión, en una actividad comunitaria, se logró el encuentro de las dos generaciones. «Confeccionamos un libro-acordeón a cuatro manos con varias preguntas, tanto del abuelo para el nieto como del nieto para el abuelo. Esa complicidad de gustos compartidos y secretos será un recuerdo imborrable», rememora con agrado Yanet.

Retos de emprender

«Al principio teníamos un poco de miedo porque pensábamos que la literatura no iba a ser lo suficientemente llamativa, pero ha sido todo lo contrario. Los pequeños y sus familias se acercan a nuestro proyecto; en poco tiempo hemos podido palpar los resultados: escriben, juegan, leen y narran. Incluso, algunos que aún no saben escribir, a través de la oralidad, cuentan sus historias», confiesan estas jóvenes, cuyos ciclos creativos abarcan la primera infancia (desde los tres hasta los diez años), pero pretenden extenderlos también a los adolescentes.

La capacitación constante ha sido un elemento clave para el desarrollo de Aventuras Cartoneras. Ello ha llevado a María y Yanet a participar en talleres sobre discapacidad y sexualidad, lectura fácil y el libro artesanal. «Para nosotras el trabajo con la infancia, además de una pasión, es rigor y disciplina. Entonces buscamos todo el tiempo superarnos», afirma María.

«Nos interesa que nuestros encuentros sean inclusivos». En estos se respeta la neurodiversidad. Todos los niños conviven y respetan el tiempo creativo de sus compañeros y colaboran entre sí. Es bellísima la comunicación que se establece», declara Yanet.

En tal empeño, asimismo, laboran de conjunto con otros proyectos, como el Movimiento Internacional Día de las Buenas Acciones.

Tallereando sueños

Como una experiencia enriquecedora Yanet recuerda, entre las primeras colaboraciones de Aventuras Cartoneras, la realizada con la Editorial Gente Nueva en la presentación de una reedición de La Edad de Oro en la calle de Madera.

La relación con esa editorial se ha mantenido y junto a ella han desarrollado actividades en hogares de niños sin amparo familiar. Del mismo modo, participaron en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, por primera vez, en las Aulas de Lectura.

Aventuras Cartoneras contribuye a que los niños y niñas lean, escriban y se expresen mejor. Fotos: Cortesía de las entrevistadas

Entre los sueños de esta dupla se encuentra «llevar Aventuras Cartoneras a toda Cuba, porque la experiencia ha sido muy bonita y te das cuenta que los “cartoaventureros” responden tan bien a los libros y a la literatura», confiesa María. A lo que Yanet añade: «Mi sueño es que sigamos soñando libros y contando historias».

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