Todos los años, pero en distintas fechas, por los medios de comunicación aparecen dos eventos de homenajes. En buena medida, resultan familiares y puede que en muchos hogares hasta los busquen por el televisor.
En el corazón de Nueva Gerona, Isla de la Juventud, se encuentra el organopónico El Nueve Plantas, espacio que alguna vez fue un referente en la agricultura urbana y que, con orgullo, ostentó cinco coronas otorgadas por el movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar. Sin embargo, hoy su imagen es la de un proyecto descuidado y desatendido que apenas produce algo, si es que produce.
El libro Palabras que inspiran es un reflejo de una necesidad de que dialoguemos cada día más con los jóvenes, es un regalo a esa juventud cubana que tanto lucha, que tanto se esfuerza y que también padece; es reconocimiento a todos los que, a lo largo de la Revolución y quizá los que no llegaron a disfrutar de la Revolución, hicieron por la Patria, y constituye un canto a que podamos hacer una Patria más Patria.
Representar desde el audiovisual las dinámicas actuales de los adolescentes y jóvenes supone un estudio profundo de la realidad. Esa mirada, sin prejuicios ni temores, ha caracterizado por más de diez años a la revista Una calle, mil caminos, que llega cada verano a las pantallas de Cubavisión con el propósito de ofrecer múltiples visiones ante problemáticas del entorno familiar y social.
La temprana conformación de alianzas con vista a las elecciones generales de febrero de 2025 en Ecuador parecía deparar una sorpresa luego de que cinco movimientos y partidos progresistas y de izquierda de ese país sostuvieran una convención desbrozada en varias jornadas de diálogo que duraron todo un mes, en busca de posiciones unitarias.
Temo que de tanto escuchar la frase se nos vuelva hueca, como ha pasado otras veces. Que los buenos deseos terminen despeñándose al vacío. Que una proyección crucial para la nación aterrice en el aeropuerto de la nada.
La mente de un niño ¿en qué tiempo se puede cambiar? La pregunta la hizo Fidel Castro en diciembre de 1999 a sicólogos, neurocientíficos y pedagogos, cuando unos parientes de Miami secuestraron al niño Elián González, náufrago entre las fronteras de Cuba y Estados Unidos.
Como cada septiembre vuelven los niños a las aulas. Está en ellos la ilusión del rencuentro con los amigos; los deseos de contar qué hicieron o a cuál lugar fueron en las vacaciones, si a la playa, al río, a la casa de los abuelos; la curiosidad por la maestra nueva…
Septiembre tradicionalmente marca en el calendario el inicio de un nuevo período lectivo. En todas las casas se vive el ajetreo de alistar uniformes, casi siempre excedidos en tallas; arreglar libros y forrarlos; comprar medias, zapatos; más juntar al menos los materiales escolares imprescindibles, hasta donde el bolsillo lo permita, para que nuestros estudiantes vayan a las escuelas con lo básico para afrontar el curso escolar.
«Echa, mira lo que lleva ese hombre en la mano. Un vinilo del “puro” que canta con Leoni Torres…». Tanto el hombre que llevaba ese tesoro como yo —que en la esquina estaba esperando la bondad de un chofer—, nos volteamos a ver quién se había expresado de tal manera.