«En el difícil arte de escalar la montaña, es la voluntad quien determina ganar la cumbre»
La tradición juvenil cubana de ascender la mayor elevación de nuestro país, se renueva con cada generación que lleva en lo más hondo de sí una expresión de la Patria. Al concluir determinado nivel de enseñanza, en fechas históricas o como excursión que ponga a prueba el estado físico en las vacacio...
Cuando hace más de 20 años Estados Unidos sacó de la manga la idea de la Cumbre de las Américas con la clara intención de imponer, entre otras infaustas maquinaciones que elaboró por el camino, el Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), no contó con la voz de los pueblos.
Que nadie se engañe: la Cumbre de las Américas no es como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños o la Alternativa Bolivariana para las Américas. Tampoco pretende parecérseles, y mal andarían nuestros mecanismos de integración si eso pasara.
En la historia de la humanidad y en especial en el último siglo, se ha confirmado que los pueblos que desconocen u olvidan su historia, no sobreviven al error.
Los recuerdo en las mesas inclinadas, soñando los proyectos de cada año en aquellas madrugadas tensas que incluían muchas horas de dibujo y desvelo, cálculos, modelajes en AutoCAD y algún que otro novio o novia a la espera, porque en los diseños les iba la vida.
No siempre se usa. A veces está retorcido, mal ajustado, por debajo del brazo. Hay quien solo lo coloca superficialmente «por si acaso», y no son pocos los que no tienen en cuenta que, de llevar encima espejuelos, bolígrafos u otros objetos duros o frágiles, estos pueden terminar incrustados en su cuerpo.
Hablar sobre el protagonismo venezolano en la nueva historia que se teje en América Latina y el Caribe nunca es tema recurrente. Es Venezuela pieza importante del motor que nos conduce por este nuevo camino que recorremos. Es la tierra de gigantes como Simón Bolívar y Hugo Chávez. La luz de la estrella que ha cambiado, radicalmente, el mapa político y social de una región vilipendiada y saqueada por siglos. Es Venezuela tierra hermana, pueblo de amigos.
En el año 2011 me licencié en Filosofía en la Universidad de La Habana. Sin embargo, el campo de la investigación social siempre me apasionó muchísimo y decidí entonces buscar una opción más cercana a este deseo. Es por ello que me desempeño en estos momentos como investigadora en el Centro de Estudios sobre la Juventud.
La posibilidad de estar en Panamá para el IV Foro de la Sociedad Civil de las Américas, cuando en la Cumbre se discutirá el devenir de nuestro continente en lo relacionado con la prosperidad con equidad atendiendo los desafíos de la cooperación, es para mí un privilegio.
Nuestro país tiene mucho que aportar en el Foro de Jóvenes a realizarse en Panamá. Lo que para otras naciones son anhelos y utopías, para Cuba son realidades; ejemplo de ello son la educación y la salud gratuitas al alcance de todos sin distinción de sexo, color de la piel o creencia religiosa, derechos recogidos en la Constitución de la República de Cuba.