En la historia de los torneos beisboleros organizados en el país, después de 1962, han ocurrido varios hechos difíciles de repetir, recordamos, por ejemplo, los dos juegos de cero jits cero carreras en forma consecutiva lanzados por Tomás Aquino Abreu Águila, el par de estacazos de vuelta completa en una entrada del serpentinero Modesto Gil, el partido en que el inicialista villaclareño Inocente Miranda no sacó out, por citar algunos ejemplos.
De uno de esos sucesos que podemos denominar como rarezas se cumplieron 57 años el pasado martes, 7 de enero. Ese día de 1968, dos monticulistas de la capital dejaron sin jits ni carreras a las huestes vueltabajeras.
En el primero de un doble juego escenificado en el Coloso del Cerro, Leopoldo Valdés, vistiendo el traje de los marrones de La Habana, se anexó frente a Pinar del Río el cuarto juego de esas características en nuestras lides beisboleras.
Horas más tarde, el industrialista Jesús Pérez imitó la hazaña, al dejar en blanco las casillas de carreras y jits del equipo Vegueros, en el estadio Julito Díaz, de Artemisa. Coincidentemente los dos topes concluyeron con idéntica pizarra 5 carreras a 0.
Curiosamente, para Valdés fue su única experiencia en series nacionales, en la que exhibió balance de 5 y 3, con un plantel habanero que bajo las riendas de Juan (Coco) Gómez Mazorra se adueñó de la corona con saldo de 74 victorias y solo 25 descalabros.
En cuanto a Jesús Pérez, con la franela de Industriales, que terminó como subcampeón, aquel fue su único triunfo durante el torneo.
Por poco se repite
El llamativo suceso casi vuelve a repetirse ¡dos años exactos después!, el 7 de enero de 1970, fecha en que Industriales estuvo a punto de propinarle un par de no hit no run a Oriente, cuando en un doble juego celebrado en el Latinoamericano, Rigoberto Betancourt se impuso por esa vía a los indómitos, pero en el choque inicial Santiago Changa Mederos toleró el único indiscutible de los orientales en el noveno episodio, lo cual le impidió entrar en la historia como el primer lanzador zurdo en propinar un No-No en las series nacionales, dejándole esa posibilidad al también difunto Rigoberto Betancourt, que sí la supo aprovechar.
Seguimos con el maravilloso mundo que engendra el béisbol para recordarles que, cuando el 16 de enero de 1966, Aquino Abreu se erigió en el primer monticulista en propinar un no hit no run en los clásicos de casa, el perdedor resultó Rigoberto Betancourt que, de esta manera, fue el primer serpentinero derrotado en un cero jits cero carreras, pero cuatro años más tarde abrió este capítulo entre los del mal llamado lanzadores del brazo equivocado en los campeonatos nacionales.