Los aspirantes fueron muchos, los escogidos, unos pocos. Eran una representación de las capas menos favorecidas de lo que Fidel describió, en las circunstancias de la época, como pueblo cubano. Venían de zonas campesinas, obreras, algunos trabajaban en oficinas, otros tenían empleos precarios e inestables. Muchos habían sido privados de una enseñanza formal sistemática. Los profesionales se contaban con los dedos de una mano.
Flor de ausencia es una canción que uno escucha una y otra vez. A la voz de Pablo Milanés le hace una sinergia exacta la de Adriano Rodríguez (Guanabacoa, 27 de septiembre de 1924), vocalista esencial de la música cubana en las últimas seis décadas y quien partió hacia la eternidad en la tarde del jueves, según dio cuenta una nota del Instituto Cubano de la Música.
Las primeras imágenes desgarradoras del 26 de julio de 1953 las vi en las páginas del libro Moncada, que guardaba cuando niña. Debe ser por eso que con mis muñecas de papel jugaba a la «clandestinidad» o combatía junto a Fidel, Abel, Haydée y Melba durante esos días de carnavales en Santiago de Cuba.
Recientemente se cumplieron 120 años de la aparición en las páginas de Patria (periódico que José Martí editó y dirigió en la ciudad de Nueva York, desde 1892) de una breve nota relacionada con la publicación en Santiago de Cuba de la Revista Literaria Dominicana por parte de Manuel de J. Peña Reinoso, insigne patriota dominicano-cubano, que en esa ciudad se había radicado.
Aunque dentro del heterogéneo grupo que somos los jóvenes todavía se constatan planteamientos de insatisfacción con la cultura y las opciones recreativas, estas necesidades han sido priorizadas por las autoridades gubernamentales. Dentro de las urgencias mayores están las opciones recreativas que se necesitan en los municipios periféricos de las capitales o en zonas desfavorecidas.
Queridos delegados e invitados al X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas:
Nacidos acá o allá, algunos personajes singulares modificaron con su conducta el tradicional cruce de miradas entre uno y otro lado del Atlántico. Fueron auténticos transgresores. Nacido en Santiago, yerno de Carlos Marx, Pablo Lafargue no se limitó a movilizar las nacientes fuerzas socialistas y a divulgar El Capital, la monumental obra que había visto crecer. A pesar de su formación europea, algo sobrevivió en él de su origen caribeño. En sus escritos, rozó el tema colonial y predicó la plena emancipación humana.
El celular, ese aparatico tan simpático, ¿es para comunicarse o para divulgar nuestra intimidad? Desde su nacimiento el artilugio no deja de provocar los criterios más diversos; al tiempo que los políticos lo ponen en la mira y diseñan campañas de proselitismo basadas en el móvil, los estrategas del marketing envían hacia él ofertas, carteles, noticias y todo lo que pueda atraer a los clientes.
«Hay que transformar esto»; «Hay que hacer lo otro»; «Hay que buscar soluciones a los problemas»; «Hay que hacerse escuchar»… Criterios como esos, que han sido punto fijo en cada intercambio previo al Congreso, también se oyen dentro y fuera de nuestros comités de base, como si en ello no tuviéramos ninguna responsabilidad, como si fuera asunto de otros, como si no existiera lugar donde participar activamente y con derechos, como si solo la queja fuese capaz de modificar la realidad.
Nicasio Guerra no levantaba tres cuartas del piso cuando se le apareció el primer y único espectro que ha visto en su vida.