El sábado 14, en el municipio Carrizal, y en el popular barrio de Petare, el pueblo salió a las calles a respaldar al PSUV. Autor: Yordanka Almaguer Publicado: 21/09/2017 | 05:00 pm
CARACAS.— El pueblo venezolano conmemoró el domingo una victoria sustancial en su historia: el 15 de agosto de 2004 votó NO en el referendo revocatorio solicitado por la oposición que sigue las pretensiones imperiales, y por el que se pretendía sacar al comandante Hugo Chávez de la Presidencia. Era la octava votación que ganaba el «chavismo», y la supuesta revocación se convirtió en una contundente reafirmación avalada por 5 800 629 votos, prácticamente el 60 por ciento de los sufragios.
Fue entonces cuando Chávez dijo que Venezuela había cambiado para siempre, y ahora, en este verano de 2010, el Partido Unido de la Revolución Socialista (PSUV) va casa por casa para conversar con ese pueblo lo que pudiera suceder si el próximo 26 de septiembre —fecha de las elecciones a la Asamblea Nacional— no reedita el triunfo del 15 de agosto de 2004: se pondría en peligro la Venezuela bolivariana y socialista que están construyendo.
Todo transcurre de acuerdo al calendario de actividades puesto en práctica por el Comando Nacional de Campaña Bolívar 200, que en esta etapa de «despliegue», previa a la campaña electoral, lleva a los candidatos a recorridos por los barrios y casa a casa, y a los patrulleros (militantes) psuvistas a contactar cada uno con diez votantes para lograr que vayan a las urnas el 26 de septiembre, ejerciendo la democracia participativa.
Apenas queda una semana para que concluya esta fase en la que apuran el paso 1,6 millones de patrulleros, porque a partir del 26 de agosto se inicia la campaña electoral.
Según la encuestadora Datanálisis, citada por el periodista Eleazar Díaz Rangel en su columna dominical del diario Últimas Noticias, «el oficialismo asegura 124 diputados frente a 41 la oposición». Esto daría la mayoría absoluta necesaria para una buena gestión de gobierno que garantice el avance del socialismo; pero no es cosa de dormirse en esos laureles, cuando la oligarquía no está precisamente de brazos cruzados y empuja fuerte con la ayuda de los poderosos medios, y una campaña internacional que arrecia y se vale de todo tipo de mentiras y tergiversaciones.
En estos momentos, la matriz de opinión —encabezada por la cadena televisiva estadounidense CNN en español—, presenta una Venezuela sumida en la violencia, para fomentar el miedo, y mantiene la imagen de supuesto albergue de las guerrillas colombianas, con la clara intención de sembrar desconfianza y subvertir el reinicio de las relaciones colombo-venezolanas, que se abrieron paso con el encuentro de los presidentes Hugo Chávez y Juan Manuel Santos.
Pero volvamos a las calles, donde se trata de hacer comprender a una parte del pueblo amoldado por largos años de envenenamiento propagandístico, cuánto de su actual bienestar perdería si en la Asamblea Nacional no se logra un mínimo de 111 curules para el PSUV y sus aliados.
Otra línea de opinión explotada por los medios de la oligarquía apunta a los falsos rumores sobre el desabastecimiento. Sin embargo, el sistema de comercio socialista garantiza cada producto.
En una jornada a cielo abierto, como acostumbra aquí la Corporación Venezolana de Alimentos, se expendieron el domingo pasado más de 25 toneladas de alimentos en Filas de Mariche, estado de Miranda, a precios justos. Es la lucha también contra el acaparamiento y la especulación que han hecho subir precios en los centros comerciales privados, en detrimento del bolsillo y de la calidad de la alimentación. Junto a los mercados socialistas, estaban las consultas médicas y odontológicas, y la cedulación que garantiza el derecho de cada ciudadano a votar.
Y no era aquella acción de fin de semana, ni campaña electoral: es el día a día en mercalitos y mercados Bicentenarios, en los consultorios médicos y en las áreas de salud integrales comunitarias, en los servicios de rehabilitación; en las aulas abiertas a dos millones y medio de venezolanos que hoy cursan estudios superiores en la Misión Sucre, y a los que se superan mediante las misiones Robinson y Ribas.
También es cotidiana la movilización deportiva, el crecer espiritual que brinda la Misión Cultura Corazón Adentro; la asistencia a los marginados, sacados de las calles por la Misión Negra Hipólita; la atención a embarazadas y parturientas por la Niño Jesús, y a las personas con discapacidad mediante la Misión José Gregorio…
Son esas apenas algunas de las motivaciones que deben movilizar a los venezolanos a votar el 26 de septiembre; y el cara a cara consiste en eso, explicar a las comunidades el proyecto de la Revolución Bolivariana.
Se trata de preservar las conquistas permitidas porque son los legisladores del pueblo los que están en la Asamblea Nacional. Y hay que seguir impulsando las leyes que profundicen el poder popular. Se trata de acompañar al pueblo en un proceso que requiere todavía de muchos cambios estructurales y de la conciencia.
El PSUV va con un lema: «El pueblo ¡pa’la Asamblea!». Solo así hay garantía de revolución.