Eusebio Leal fue condecorado con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III Autor: Roberto Suárez Publicado: 13/11/2019 | 12:31 pm
Al abrirse nuevamente las puertas del Palacio de los Capitanes Generales, hoy sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler llevaba sobre su pecho la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, que momentos antes —al interior del edificio y en ceremonia íntima— le había conferido Felipe VI de España.
Para el historiador, recibir tan alta condecoración es compromiso indeclinable de continuar trabajando, dijo a la prensa tras despedir a los reyes.
Leal resaltó las distintas formas de cooperación multilateral y bilateral que permiten que la restauración «siga poniendo a la luz del mundo una de las más hermosas obras de la arquitectura hispanoamericana y al mismo tiempo, que le sirva de orgullo y motivo de fortaleza moral al pueblo cubano, que tanto lo merece».
En la plaza interior del palacio, Felipe VI y Letizia Ortiz Rocasolano recibieron en la mañana del miércoles una réplica de la Giraldilla, símbolo de La Habana, cuyo original vigila a pocos metros de distancia desde lo alto del Castillo de la Real Fuerza la bahía de bolsa de la ciudad.
Hicieron la entrega Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado de la República de Cuba; Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial; y Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de La Habana.
Los reyes, en su tercera jornada en Cuba, visitaron El Templete, escenario que representa en sí mismo la fundación de la otrora villa de San Cristóbal en 1519, y caminaron por la Plaza de Armas, donde, junto a Eusebio, admiraron la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria de Cuba.
La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III fue establecida por el monarca Carlos III en 1771 con el lema latino Virtuti et merito. Desde su creación, es la más alta condecoración civil que puede ser otorgada en la nación ibérica y su objetivo es «recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios».
Foto: Roberto Suárez
Leal resaltó las distintas formas de cooperación multilateral y bilateral que permiten que la restauración «siga poniendo a la luz del mundo una de las más hermosas obras de la arquitectura hispanoamericana y al mismo tiempo, que le sirva de orgullo y motivo de fortaleza moral al pueblo cubano, que tanto lo merece».
En la plaza interior del palacio, Felipe VI y Letizia Ortiz Rocasolano recibieron una réplica de la Giraldilla, símbolo de La Habana cuyo original vigila a pocos metros de distancia desde lo alto del Castillo de la Real Fuerza la bahía de bolsa de la ciudad.
Foto: Roberto Suárez
Hicieron entrega Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado; Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial; y Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de La Habana.
Los reyes, en su tercera jornada en Cuba, visitaron El Templete, escenario que representa en sí mismo la fundación de la otrora villa de San Cristóbal en 1519, y caminaron por la Plaza de Armas, donde, junto a Eusebio, admiraron la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria de Cuba.
Fotos: Roberto Suárez
La Real y Distinguida Orden Española de Carlos III fue establecida por el monarca Carlos III en 1771 con el lema latino Virtuti et merito. Desde su creación, es la más alta condecoración civil que puede ser otorgada en la nación ibérica y su objetivo es «recompensar a los ciudadanos que con sus esfuerzos, iniciativas y trabajos hayan prestado servicios eminentes y extraordinarios».
Fotos: Roberto Suárez