Detrás de la ciencia
En las primeras horas de la mañana del miércoles, la sonda Mangalyaan, de la India, dejaba su huella en la historia. No solo se trata del primer país de Asia y el cuarto del mundo que consigue llegar hasta Marte, y el único que lo ha logrado en el primer intento, sino que hasta la fecha esta se ha convertido en una de las misiones interplanetarias más baratas.
Según refiere el diario El Mundo, las maniobras de Mangalyaan (artilugio marciano o nave de Marte, en hindi) duraron unos 24 minutos. Tras despedirse de sus motores, consiguió reducir su velocidad de 22 kilómetros por segundo a 4,2. Esa era precisamente la velocidad que el satélite necesitaba para quedar atrapado en la gravedad del planeta.
La operación —aclaró el rotativo español— era complicada, porque un exceso o un déficit de freno podrían haber dejado al satélite a la deriva en el espacio exterior o haberlo estrellado contra el suelo del llamado Planeta Rojo. No obstante, tras un momento de tensión, los científicos del centro de control de la misión celebraron el éxito tras recuperar la comunicación con la nave no tripulada, cuyo nombre oficial es Mision Mars Orbiter (MOM).
Narendra Modi, primer ministro de India, fue el primero en felicitar a los profesionales de la Organización India de Investigación Espacial (ISRO, por sus siglas en inglés), protagonistas del hito, al haber conseguido algo que se consideraba casi imposible.
«Las probabilidades estaban contra nosotros. De 51 misiones que se intentaron en el mundo, solo 21 han tenido éxito. Hemos prevalecido. Cuando nuestros jugadores de cricket ganan un torneo, lo celebramos a lo grande. Lo que estos científicos han conseguido es mil veces más grande», declaró.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) agasajó a sus colegas indios a través de la red social Twitter. «¡Felicitamos al ISRO por su llegada a Marte! MarsOrbiter se une a las misiones que estudian el Planeta Rojo», decía el mensaje.
We congratulate @ISRO for its Mars arrival! @MarsOrbiter joins the missions studying the Red Planet. #JourneyToMars pic.twitter.com/lz90flOZLG
— NASA (@NASA) septiembre 24, 2014
La sonda Mangalyaan llegó a su destino después de 300 días de viaje desde la Tierra y tras recorrer 670 millones de kilómetros. Fue lanzada el 5 de noviembre de 2013 desde el puerto espacial de Sriharikota, en la bahía de Bengala.
Los expertos han declarado en varias ocasiones que se trata de un ambicioso proyecto, iniciado en 2012, pero caracterizado por su bajo costo: apenas 4 500 millones de rupias (unos 72 millones de dólares).
Aunque parezca elevada, la cifra contrasta con los 671 millones de dólares de la misión Maven, de la NASA, que llegó hasta la misma órbita marciana 48 horas antes que el artefacto indio.
De acuerdo con lo expresado por Narendra Modi, el gasto es incluso menor que los cien millones que, según se estima, fue el costo de producción de Gravity, la película de Hollywood.
Todo parece indicar que la clave es la aplicación del jugaad, un concepto popular en la India que se propone encontrar la solución alternativa y lo menos onerosa posible a cada desafío.
De ahí que en lugar de diseñar un poderoso cohete, los ingenieros pusieran un modelo más modesto a girar alrededor del planeta varias semanas para que ganara velocidad y pudiera superar la gravedad terrestre con menos contratiempos, señaló la agencia AFP.
También en este proyecto se ha dado prioridad a los componentes y las tecnologías desarrolladas en el país antes que a las costosas importaciones extranjeras, tal como señaló Jonathan Amos, corresponsal científico de la BBC.
«La carga pesa solo unos 15 kilogramos. Comparar eso con la complejidad de la carga en Maven explica mucho sobre el costo», aseveró el científico británico Andrew Coates, quien será el investigador principal del envío de un vehículo robótico explorador de Marte, en 2018, por la Agencia Espacial Europea.
«Por supuesto, esta complejidad reducida sugiere que no tendrá tanta capacidad científica, pero la India ha sido inteligente y apunta a algunas áreas realmente importantes, que complementarán lo que otros están haciendo», subrayó.
Aunque la sonda Mangalyaan lleva una carga pequeña, se ocupará de responder algunas de las grandes preguntas sobre el Planeta Rojo. Está equipada con un instrumento sensor que intentará medir el metano en la atmósfera, lo cual constituye uno de los puntos más importantes de la investigación marciana en la actualidad.
La atmósfera terrestre contiene miles de millones de toneladas de metano, el que proviene de microbios como los organismos que viven en el tracto digestivo de animales. Los científicos especulan que algunas bacterias productoras de metano podrían existir en Marte bajo la superficie, protegidas de las duras condiciones atmosféricas.
La medición de la presencia de metano acreditaría la hipótesis de una forma primitiva de vida en ese planeta, que reunió condiciones parecidas a las de la Tierra.
Las mediciones de otros componentes atmosféricos encajarán perfectamente con las de la misión Maven y con las observaciones de la misión europea Mars Express. Significa que tendremos mediciones desde tres puntos, lo cual es extraordinario, afirmó Coates.
El periódico The Hindu reveló que la sonda ya ha enviado alrededor de diez fotografías de alta calidad de la superficie de Marte, las cuales muestran algunos cráteres. «La vista es buena desde aquí arriba», tuiteó la ISRO en las redes sociales.
1st image of Mars, from a height of 7300 km; with 376m spatial resolution. MT @MarsOrbiter The view is nice up here. pic.twitter.com/RbqmnSyyFp
— ISRO (@isro) septiembre 25, 2014
No han sido pocos los que se han preguntado cómo un país que tiene altos niveles de pobreza y desnutrición dedica recursos para llegar a Marte.
Otros, en cambio, defienden el proyecto con la premisa de que la inversión en ciencia y tecnología contribuye al beneficio de la sociedad y la economía.
«Se trata de encontrar soluciones a los problemas del hombre», opinó el jefe de la agencia espacial ISRO, K. Radhakrishnan, quien señaló que el programa espacial del país requiere mil millones de dólares, el 0,34 por ciento de los gastos del Gobierno central, destinados la mayoría a la construcción de satélites de comunicación. La misión a Marte —precisó— constituye apenas el 0,8 por ciento de ese porcentaje.
«Si nos fijamos en los beneficios que el país ha acumulado a lo largo de los años, se ha superado el dinero que se ha gastado en términos de beneficios tangibles e intangibles», recalcó. También hizo hincapié en las ventajas para pescadores, campesinos y órganos de Gobierno, como aquellos dedicados a la gestión de desastres, que se benefician de los satélites.
Sin dudas la misión india busca dejar su huella en momentos en que empresas privadas y países como China irrumpen con fuerza en el espacio. Y tras el fracaso en 2011 de la primera misión marciana del gigante asiático, el eventual éxito de esta podría convertir a la India en actor de peso en la escena espacial.