Con bombos y platillos, la prensa de todo el mundo anunció este viernes la integración definitiva de la delegación que llevará Estados Unidos a los XV Juegos Panamericanos.
De nuevo ponen la propaganda negra a funcionar, con acusaciones que nunca pueden probar, pero que les resultan a la hora de convencer a «incautos» o aliados para que vayan detrás de la comparsa guerrera. La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, hizo de las suyas este viernes y puso a funcionar el calentador de tensiones cuando dijo que Irán es un país «cada vez más peligroso».
Ahora no me resultará vergonzoso renunciar a la originalidad. Y repetiré lo que el mexicano Alfonso Junco escribió al saber el deceso del escritor Kilbert K. Chésterton, en 1936. Cambio solo el nombre del difunto: Guillermo Cabrera «me ha dado el único disgusto que me dio en la vida: se ha muerto». Y no tenía por qué hacerlo. Aún sus años le ardían en la cabeza y en las manos, con el fuego de la ocurrencia pronta y las ideas cociéndose en el fermento usual de su inteligencia.
Es Rafah, el paso fronterizo entre Egipto y la Franja de Gaza. El implacable sol levantino hace muy dura la existencia de unos 6 000 palestinos que esperan poder reingresar a Gaza. Muchos habían viajado al vecino país a visitar a sus familiares o a recibir tratamiento médico.
Meses atrás, comentábamos en el texto Mi niña y David Beckham sobre la negativa influencia de los fotomontajes que alejan a las personas de su contexto social, realidad y espacio físico. El fenómeno al cual aludiremos hoy transporta a los niños al país de nunca jamás: no al de Peter Pan, sino al del mercado, al de las mentiras y antivalores del show business mundial.
El mandatario George W. Bush le tiró la toalla completa al ex ayudante de la Casa Blanca I. Lewis Libby, alias Scooter, al conmutarle la sentencia de prisión, y está dispuesto a perdonar por completo a quien fue hasta no hace mucho el jefe del staff del vicepresidente Dick Cheney.
«Yo desarmo este teléfono y no encuentro la bandera argentina en ninguna parte», decía Neustadt1, abogando por la entrega al capital extranjero de las empresas nacionales, lo que finalmente se concretó en los 90.
Querida Rosa Miriam:
La sabiduría criolla sentencia que no es lo mismo yunque que martillo. Y aunque en un escenario ideal poco podría alimentarse entre nosotros esa creencia, en el real es común tropezar con la distancia entre el prisma de algunos funcionarios y el de los tristes mortales.
—Oye, dicen que viene una resolución dura a partir de las vacaciones: las hormigas locas van a picar más fuerte que las bravas.