La vía pública se ha convertido en un martirio para la mayoría de los choferes. Poco importa el número de neumáticos o la dimensión de sus vehículos. En realidad, lo mismo se exaspera el conductor del bicitaxi que el del auto ligero. El motorista y el ciclista blasfeman también por culpa de esta suerte de irracionalidad callejera. Se trata de una enajenación que en cada jornada incorpora a su cofradía nuevos adeptos.
Hay fechas que son imposibles de olvidar, pues golpean la memoria cada vez que el calendario anuncia la llegada. Y justo en estos días se me antoja rememorar el 11 de septiembre de 2009, una jornada arropada de sentimientos intensos que, sobre todo, me demostró cuánto dolor significa perder un hijo, un padre, un amigo…
¿Para qué sirve la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)? Muy sencilla es la respuesta: para bombardear países, derrocar Gobiernos e imponer la voluntad de un grupo de naciones capitalistas.
Sucedió un sábado de agosto, al filo de la una de la tarde, en pleno corazón de la ciudad de Bayamo, específicamente en La Bodeguita, un comercio que expende alimentos en las dos monedas y tiene una clientela no despreciable.
¿Qué hacer cuando las instituciones no cumplen cabalmente con su deber de preservar los derechos ciudadanos? Cuando las personas se dirigen a una entidad o funcionario con una inquietud justa, y reciben el maltrato o la desidia reiterada, ¿cuál es el camino a seguir para hacer valer sus derechos?
Por fin fui a graduarme la vista. Mi vista no parece una chica muy lista que digamos: se graduó cuando estaba a días de cumplir 46. Reconozco que llegué un poquito tarde, pero al menos puedo decir que ya tengo dos títulos: el que me dio la universidad y el que certificó un hospital.
Sufrir por nuestras propias faltas, ahí está un tormento de la vida. En ello coincido con el escritor, poeta y dramaturgo irlandés Oscar Wilde (1854-1900), de quien asumo que las desgracias que podemos soportar mejor son las que vienen ajenas a nuestras decisiones.
Es difícil encontrar a un compatriota que no sienta expectación ante el inicio del curso escolar. Esta afirmación pudiera resultar exagerada, pero las cifras son convincentes: ¡casi dos de cada cinco cubanos concurrió a un centro escolar el 1ro. de septiembre!
La experiencia del proyecto Cuba en mi mochila, auspiciado por el Movimiento Juvenil Martiano y la Unión de Jóvenes Comunistas, propició en los centros visitados un intercambio muy interesante, que evidencia la necesidad que hay en todo el país, sobre todo en el ámbito estudiantil, de este tipo de diálogo.
Conformar una mochila no siempre implica realizar un viaje. En ocasiones, se trata de una travesía a lo interno de uno mismo, a las raíces que sustentan nuestra vida. Quise responder al ejercicio que convocó el Movimiento Juvenil Martiano, para saber qué guardaría de Cuba en mi mochila, una pregunta sencilla con respuestas muy complejas.