Han pasado muchos años y aún no pueden explicarse cómo su despreciable crimen no pudo matar a aquel hombre. Pretendían desaparecerlo en el infinito de las selvas bolivianas, y sus huellas en la niebla de los tiempos. Pero el «muerto» testarudo no perece, renace... Y sus enterradores no saben cómo eliminarlo, borrarlo, deshacerlo.
Este sábado, en Alemania se vota por un nuevo presidente. No, no es un ejercicio electoral tradicional, en el que los ciudadanos van y votan: quien elige es un grupo mucho más reducido. Ni se trata, tampoco, de un mandatario con poderes extensos, al estilo de Estados Unidos. Pero el signo de esta elección puede pesar en los comicios legislativos de septiembre. Y esos sí que definen.
Desde hace dos semanas los habitantes de Mogadiscio y otras ciudades somalíes no despiertan en paz. El constante fuego entre las fuerzas gubernamentales y la oposición, la muerte, la hambruna y las estampidas de somalíes en busca de un refugio donde esconderse y salvar sus vidas, dibujan hoy con mucha más crudeza el panorama de ese Estado.
La excepción debe convertirse en regla, dijo una vez Fidel. Y uno interpreta que no ha de ser al revés: la regla como excepción, que es como andar de espaldas, como ir en contra de cuanto fuimos, somos y queremos ser. Lo que pasó ayer, ha definido alguien, es historia. Lo que pasa hoy es política, acción y también omisión. Ahora bien, entre ayer y hoy existe un encadenamiento, una continuidad...
A lo largo de varios años he tratado de entender por qué muchos jóvenes, a la hora de divertirse, se con...
SANTA CLARA.— Las estadísticas están emitiendo la alarma: solamente 19 964 jóvenes integran el sector cooperativo y campesino en el país, lo que significa el seis por ciento del total de trabajadores con que cuentan esas agrupaciones.
No, no la mencionó. La palabra «Estado» sí existe en lengua hebrea, y también en inglés, que es el otro idioma oficial de Israel. Pero a su primer ministro, Benjamín Netanyahu, cuando se trata de los palestinos, se le va de la cabeza el vocabulario.
¿Se imagina estar caminando, al filo de las dos de la mañana, por un parque habanero envuelto en penumbras que un pobre farol no alcanza a rasgar, y de pronto sentir a sus espaldas el carnegallinesco aullido de un lobo?