No es nada extraño que un ciudadano de cualquier país, especialmente de aquí, le escriba al Presidente de Estados Unidos y que este le conteste. Me imagino que lo más probable es que el primer mandatario ni vea las misivas y que sea alguien de su equipo el que redacte una respuesta. No importa quién sea el que escriba la respuesta, ni incluso si tengan preparadas respuestas genéricas, el hecho es que raro sería que el contestatario nunca reciba una carta de contestación.
El Chama llega a la casa y hay silencio total. Hoy la madre llegará tarde: lo puso en una nota sobre la mesa. «La comida está hecha —escribió—. Solo tienes que calentarla. Besos».
PRIMERO que todo, me gustaría agradecer al Primer Congreso Internacional sobre infancias y adolescencias Creciendo al futuro por darme la oportunidad de exponer mis ideas y que estas sean escuchadas y valoradas.
Hay sencillas palabras que devienen inmensas para atrapar una circunstancia, como esa de «Aquí sí hay que trabajar», acuñada por compatriotas que emigraron a descubrir nuevos horizontes. Me suenan los oídos de solo imaginar la avalancha de explicaciones para refrendar si es cierto o no.
Isla Verde, el Primer Festival de Cine y Medio Ambiente del Caribe que se realizó en Cuba con sede en Isla de la Juventud, además de excelentes filmes, documentales, buenas vibras y «famosos» cubanos departiendo con las personas, dejó también varios mensajes sobre cómo activar resortes para llamar a la acción a favor de la naturaleza y estilos de vida saludables.
Visten uniforme, es cierto. Cumplen reglamentos con disciplina, como debe ser. Acatan tareas que benefician a todos, muchas veces bajo el estricto peso del silencio. Hoy lo hacen, y si volvieran a nacer, con certeza también lo harían. Quizá lo más gratificante es saberse parte del pueblo, del mismo pueblo que cuidan con celo.
Lo más certero para hacer que una economía avance, crezca y se desarrolle es producir. En ello tal vez estamos de acuerdo de forma unánime. Las fórmulas mágicas nunca han existido en términos económicos porque o te levantas e impulsas a conciencia con el esfuerzo de todos, o terminas patinando en el mismo lodo de improductividades. De ese atolladero de números que muestran incumplimientos, ineficiencias y limitaciones solo se sale a base de rendimientos.
Una amistad, en el cargo de comunicadora institucional a nivel de provincia, se quejaba hace tiempo del número de informes que debía hacer cada mes. Lo peor, dijo, es que los documentos parecían que eran de su trabajo, aunque en la vida real poco o nada tenían que ver con sus funciones.
Demasiadas historias se tejen en una vida de 509 años. Algunos trazos tiran de los hilos de la ficción, otros son más reales. Si llegan hasta la actualidad es porque se han logrado fijar en la memoria colectiva, incapaz de darle la espalda a su pasado porque conoce que solo así sobreviven en el presente y futuro.
La amplia discusión de esta Ley de Comunicación Social, en coherencia con los propios preceptos que defiende, ha constituido, sin duda, un importante suceso de transparencia comunicacional. La comisión redactora mostró en todo momento oído receptivo, cultura del diálogo, promovió el debate, no rehuyó la polémica y facilitó una necesaria y constante retroalimentación.