Desde hace mucho tiempo, a los jugadores del club español de fútbol Real Madrid les llaman «galácticos», como un símil comparativo con el brillo de las estrellas sobre una cancha de juego. Pero realmente así se debería tildar a sus directivos, encabezados por el presidente Florentino Pérez, quienes parecen habitar en la mismísima Galaxia, alejados de los serios problemas que aquejan a ese país europeo.
Número mágico el tres. Tres eran los Chiflados, tres los Mosqueteros, tres los tristes tigres, tres los de la Santísima Trinidad, 33 —se acepta— era la edad de Cristo al morir, tres el instrumento musical, tres los integrantes de Los Panchos, tres los del Eje de la Segunda Guerra Mundial, tres los de Yalta, tres los que se reunieron en las Azores para destruir a Iraq y ahora tres los que están desesperados por bombardear a Siria. Hay que tararear: «Tres eran tres, los tres Villalobos, tres eran tres y ninguno era bobo». Para bien y para mal el tres se repite constantemente y en múltiples ocasiones, hechos y cosas.
Julio y agosto marcharon a la velocidad de la luz. Faltan solo unos días para que un ejército de niños y jóvenes asalten otra vez el universo del saber. Como cada año, septiembre marca el inicio de un nuevo curso escolar y también de una nueva etapa en nuestra vida. Tan lejana parecía antes la escuela y desde entonces es realidad inaplazable, un presente indiscutible.
En otro momento hubieran puesto un candado, colgado un cartel, y a caminar. ¡Y cuidadito con chistar! No especulo. Hablo verdad. Es lo que casi siempre ha ocurrido y aún sucede en algunos lugares del país.
Mi sobrina Chanel no deja de sorprenderme. Acabo de visitarla y su cariño me demostró otra vez que vale la pena sufrir la maldad de algunos si el pago es seguir vivo para disfrutar de seres de su talla.
Pasar algunas páginas de la historia y ver qué se dijo en algún momento resulta necesario, y el periodista Eric Garris, en el portal web antiwar.com, acaba de hacerle ese favor a la humanidad en una breve información que tituló: Biden amenaza con el impeachment (acusar y llevar a juicio) al Presidente si él lanza un ataque sin la autorización del Congreso.
No lo pude evitar, sentí la muerte de Jaime Sarusky, premio nacional de Literatura 2004. No puedo decir en estas horas que le conocí profundamente, que compartimos esencias y presencias en la grey literaria —obviamente mi edad y poca experiencia no me permitieron tal suerte.
No tienen prueba alguna, pero como hicieron hace diez años con Iraq, ya dieron su sentencia, que presentan como irrevocable: «El Gobierno sirio usó armas químicas». Se niegan a esperar los resultados de la comisión de expertos de la ONU que investiga en el terreno las acusaciones sobre el supuesto empleo de dicho armamento.
Las obras buenas dirigidas a alimentar la espiritualidad del ser humano, ejercitar la mente, mejorar el ánimo y la salud, siempre dejan un grato sabor de satisfacción y placer.
CARACAS, Venezuela.— Lamentablemente, la respuesta a la interrogante del título de estos párrafos no resulta negativa. La derecha de este país y varios sectores retrógrados del exterior mantienen su afán de descarrilar por cualquier vía —incluyendo el asesinato de altos dirigentes políticos— el proceso de la Revolución Bolivariana.