Ya es casi imposible encontrar la palabra precisa para nombrar los crímenes masivos de gente indefensa en Gaza. Ya no basta decir matanza, ni sirve subrayar masacre, o crímenes de guerra. Genocidio resulta oscura, discutible según normas legales. Tal vez el término bíblico «apocalíptico», evocador del fin de todos los tiempos, ayude a despertar sentidos y sensibilidad.
Fidel combinó la teoría con la práctica revolucionaria y nos legó una obra monumental levantada contra viento y marea. Muchos dicen que quizá uno de los elementos más admirables de su obra fue la construcción de la unidad entre los revolucionarios cubanos, y contribuir también a ella tanto en el Movimiento de Países No Alineados como en todos los foros internacionales, frente a las fuerzas hegemónicas.
Cuando el fatídico 25 de noviembre de 2016, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, el hermano de tantas batallas, comunicaba sobre el fallecimiento de Fidel, dejaba en manos de los cubanos y de quienes en el mundo le admiraban el deber supremo de mantenerlo vivo, no con monumentos o vanos recordatorios, sino con acciones, como únicamente puede mantenerse el legado de quien tanto hizo por la humanidad.
La música sobrepasaba los límites y no era necesario un equipo especializado para comprobarlo. La cama vibraba, incluso las almohadas. Era imposible ver la televisión. Mas todo eso habría sido poco o nada importante si la propuesta hubiese tenido calidad. Pero su paciencia tenía límites y no soportaba más continuar escuchando que el sujeto era marca mandarina y que le dolía luego esta o aquella parte del cuerpo.
En esta semana he logrado que me devuelvan en los mercados agropecuarios un total de 530 pesos, y para recuperar esa suma de dinero fue preciso que por suerte llevara una pesa portátil.
Los Juegos Olímpicos —como era de esperar— han traído a nuestras pantallas un derroche de talento y excelencia, historias inéditas de hombres y mujeres cuyo sacrificio les mereció una posición en los más altos renglones de cada disciplina deportiva.
¿Se puede obstaculizar la transmisión de resultados?
Cuba es su gente, más allá de esa imagen allende fronteras que nos traduce en tabaco y ron. Puede un cubano distinguirse en cualquier país del mundo por su frescura, el desenvolvimiento y esa capacidad de creerse originario del centro del universo, aun cuando sepamos que nuestro archipiélago es apenas un punto en la geografía mundial.