Domingo 21 de mayo de 2017. Apenas oscurecía y la noche era hermosa. Yo lo esperaba hacía ocho meses; él venía solo por mí. La vida nos puso frente a frente pasadas las nueve de la noche. Él necesitaba con urgencia un abrazo fuerte y yo no quería más que una mirada. La espera, tan larga, se nos hizo tan corta en aquel instante… Nos abrazamos por dos o tres minutos: necesitábamos sentirnos, y fue tan fuerte que el latido de nuestros corazones se hizo uno. Luego nos miramos apenas dos segundos y fue suficiente para que nuestros labios se contaran sus más íntimos secretos. Yo tenía 29, el 41. Aunque habíamos vivido historias pasadas, ese fue para ambos el primer beso de amor. (Yilisbet Morell)