«¿Cómo llegó el VIH a tu vida?» Tal pregunta, dicha así en pleno almuerzo, disparó toda la adrenalina de mi cuerpo y me llevó —entre sorbos de agua para tragar el susto— en apurada retrospectiva por el último lustro de mi existencia.
Solo que, cuando los disparos suenan de verdad, se forma el zipizape en torno a cómo reinterpretar ese principio.
Existe una imagen que es perfecta para ilustrar el alcance de la constancia, aquella en que gotas de agua rompen una piedra cayendo sobre ella sin cesar. Algunas rocas que hay por ahí pueden ser más duras, desde luego. Y estas ideas vinieron a mi mente cuando leía las cartas llegadas a la redacción después de publicado el comentario Ay..., no sé, el pasado domingo 12 de noviembre.
Solo una afirmación del derrotado candidato de la derecha, Álvaro Noboa, merece recordarse entre tantas barrabasadas de demagógica politiquería con que quiso hacerse de la presidencia: «Los pobres —había sentenciado con su prepotencia característica, apenas unas horas antes de la segunda ronda, el domingo— no son brutos».
Veamos qué tan excelente es la disposición del primer ministro sionista, paso por paso. En primer lugar, prometió «excarcelar a numerosos presos palestinos» si se libera al soldado israelí Gilad Shalit, capturado por la resistencia palestina cerca de la sureña Franja de Gaza en junio.
El análisis, bien documentado, tomó por estos días las páginas de FindLaw, una publicación estadounidense dedicada a noticias y comentarios sobre asuntos legales, y su objetivo está explícito en el título: Cuatro buenas razones por las que Guantánamo debe ser cerrado. Se refiere, por supuesto, al centro de detención que Estados Unidos abrió en enero de 2002 para algunos centenares de detenidos, considerados como «combatientes enemigos» y no como prisioneros de guerra, que fueron llevados a la Base Naval fundamentalmente desde Afganistán, país que la administración de George W. Bush había agredido militarmente unos meses antes.
Hacía años que no me leía un libro con tanta fascinación. De la octavilla a la sicotecnología: La guerra sicológica de los Estados Unidos en los conflictos armados se titula, y es un extraordinario estudio realizado por dos especialistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Emiliano Lima y Mercedes Cardoso, publicado por Ediciones Verde Olivo, en 2003.
El reportero anda por el mundo auscultándo la diástole y la sístole al corazón de la vida, sin cuidar su propio miocardio. Al menos, el reportero de sangre, ese que va adonde haya que ir; el que nunca bosteza en piyamas ni se refugia en la comodidad ni la conveniencia.
—¿Y cuándo le empezó la molestia en el ojo derecho?
Lo que menos se esperaba, en verdad, era que el conteo —accidentado por la rotura del sistema computadorizado E-Vote, las denuncias de fraude y acusaciones de parcialidad contra los observadores de la OEA— mostrara al magnate Álvaro Noboa como el candidato que más puntos ganó entre los 13 que se presentaron a la contienda.