Todavía resuena en mis oídos la disertación que sobre los valores morales hiciera una muchacha «bien leída e instruida».
La mejor muestra de que los de arriba marchan atentos —aunque no al mismo paso— al mandato que les han dado los ciudadanos de a pie, está en la decisión adoptada por el Foro Social que sesionará simultáneamente a la cita cimera y contribuye a hacer de Bolivia, esta semana, centro del sur americano. No escenificarán protestas. Por el contrario: finalmente, el derrotero de la mayoría de los gobiernos de la región merece —y necesita— el acompañamiento de sus pueblos, mediante una exigencia constructiva que solo recuerde lo que aquellos se han comprometido a hacer.
La reforma añade una carga más a los trabajadores. Foto: AP
Gracias a la contrarrevolución cubana Miami ha devenido una ciudad alucinante, que según un diccionario de nuestra lengua también significa «una cosa que causa terror». Pero Miami no solo aterroriza sino que también ha causado el terror obra del terrorismo.
Otro halcón levanta vuelo luego del fracaso electoral republicano del pasado 7 de noviembre pues Donald Rumsfeld también entregó su cartica de renuncia, pero quedan muchos más en el nidal bushiano. Bolton también se lleva bajo el brazo no pocos fracasos y sus explosivas declaraciones dentro de la ONU para defender los intereses de Estados Unidos frente a buena parte del planeta, en especial los subdesarrollados. Y no podemos olvidar que con anterioridad hizo no pocas cosas contra la organización mundial (recuerden aquella de que si desaparecieran diez pisos del edificio de la ONU en Nueva York «no pasaría nada»).
Con amargura, como quien se ve obligado a tragarse una cucharada de palmacristi, los diarios estadounidenses reconocieron ayer que la victoria de Hugo Chávez había sido «aplastante», hija del éxito de los programas de atención a los pobres. «Chávez ha redireccionado el gasto público creando un conjunto de programas de bienestar social que benefician a los pobres», dice el New York Times. El Washington Post es más cauto: «con los precios del petróleo en récords históricos —afirma—, el gobierno chavista ha inyectado millones de dólares en programas de educación, salud y nutrición».
Nuevamente las urnas son hoy pacífico campo de batalla en la patria de Bolívar. Justamente, la materialización de sus ideales es lo que vuelve a estar en juego: al aspirar a la reelección, Hugo Chávez cumple el deber contraído con el pueblo de profundizar y completar los cambios. Rosales apenas fungirá como el peón en que deposita su fe el gobierno de Estados Unidos, aún no resignado a este andar del ideario del Libertador por Venezuela y el continente.
Aquel muchacho tenía la mirada huraña. Con nerviosismo deshojaba una flor con sus fuertes dedos. Sus brazos, los de un atleta, también eran, casi, sus pies.
Fidel estaba allí en la Plaza de la Revolución. No fue alucinación ni delirio de este reportero. Estos ojos lo vieron de una manera sutil y esencial, sin verlo. Lo sintieron, así como se palpan las irradiaciones de esos seres que se multiplican y resumen tiempos y multitudes; hombres-pueblos que nunca nos abandonan, más allá de las contingencias de la Naturaleza, el Destino o Dios.
Sin querer poner en duda la belleza de otros idiomas, cito en el título la frase de una conocida canción y puedo añadir: ¡cómo me gusta oírlo hablar bien!