Todo comenzó con solo 16 años. Era apenas un adolescente y empezaba a vivir. Con esa edad muchos jóvenes nos inscribimos en el registro militar, y recibir el comprobante que lo acreditaba no fue solo el inicio de la preparación que nos permitiría en el futuro incorporarnos al Servicio Militar Activo (SMA), sino también la certeza de que ya éramos hombres.
Si en el inicio de esta sección histórica, citábamos al portero mexicano Antonio Carbajal como colíder en asistencia a copas del mundo de fútbol, con cinco, hoy aludiremos a su «imitador» algunos años después. Me refiero al alemán Lothar Matthäus, un excepcional defensa y en ocasiones volante, tanto ofensivo como de contención, que deviene hombre-récord en la máxima competencia del más universal de los deportes.
La condena es una demostración más de una justicia que castiga a quienes disienten de un sistema sin dudas desigual y clasista.
Aunque en los Estados Unidos existen muchos partidos políticos inscriptos, en la realidad solo hay dos de ellos: el Demócrata y el Republicano. El poder, hace ya muchos años, se lo reparten alternativamente entre los dos. Por mucho que se pueda hablar de democracia pluripartidista y representativa, en este país no hay alternativa. Tan es así, que ambos partidos bien se podrían fundir en uno solo y crear dos alas del mismo; una, un poco más progresista y la otra, un poco más reaccionaria.
Sin dogmatismos, sin consignas ni historias mitificadas, así descubrí a Martí, como aquel día en que un apreciado profesor e investigador de su obra me recalcó: «No te puedo aconsejar exactamente un texto. No puedo interpretarlo por ti. Solo te brindo mi modesta apreciación, mi humilde orientación de lectura. Pero recuerda, querida, que no se enseña a Martí, se le encuentra».
En el Malecón, las olas rompen contra los arrecifes. A veces escuchamos un suave chapoteo. Otras, las aguas irrumpen con violencia, desafían al muro, inundan las calles, bañan a los paseantes divertidos e impulsan el salitre hacia lo profundo de la ciudad. Es la representación objetiva de la vida cambiante y de una realidad duradera. Porque ahí permanece el mar, están los arrecifes y los seres humanos que, tozudos, intentan reparar los daños. Algunos de ellos son irreparables. Pero lo que se transforma y sobrevive es el espíritu de la nación, lacerado una y otra vez, pero ardiente allá en lo hondo.
Tan solo un click y ¡Eureka!: abierta como tumba usurpada, como libro desparramado al viento, como vieja chismosa de barrio campechano.
Si se quiere tener una visión de lo que ha ocurrido a toda Latinoamérica basta leer De Banana Republic a la No República, el reciente libro del presidente ecuatoriano Rafael Correa cuya importancia ha sido destacada por el intelectual Atilio Borón: sus páginas nos ubican en el escenario donde se desenvuelven las deformaciones estructurales que tienen que afrontar los países latinoamericanos ante la hegemonía, y en la búsqueda de otra racionalidad para nuestros pueblos.
Sobran jóvenes para soñar. Sobran las ganas de hacer. Sobran ideas para volar. Sobran aventuras que hagan estremecer. Nadie vive sin opción o espacio. Nadie está condenado al olvido o a marchitarse. Existen opciones para elegir cómo idear una existencia que trascienda más allá del tiempo, de las dimensiones palpables, de la cordura que apresa. ¿Cómo llegar a ese camino infinito? ¿Cómo ponerse del lado de la vida? ¿Cómo hallar la dimensión de la dicha?
Una vez que el visitante arriba a la Isla de la Juventud y visita el Presidio Modelo, hoy Monumento Nacional, recuerda que cuando las puertas del recinto penal se abrieron, el 15 de mayo de 1955, para liberar a Fidel y sus compañeros del Moncada, se abrió también en la historia de Cuba una nueva etapa de lucha, organizada durante muchos meses de injusto encierro.