Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Opinión

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Tanto se insistió y tanto se invirtió hasta que, al fin, comenzó a despuntar la producción de cacao en Baracoa, región donde la Isla tiene el mayor patrimonio de la bellota, de la cual se extrae el delicioso y demandado chocolate. Y ahora resulta que la industria local no aguanta el «palo de cosecha».

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Ni en barco de guerra, ni en tren militar. El corrido mexicano anduvo por el mundo  impulsado por una revolución que, después de la literatura modernista, definía la voz propia de Nuestra América. Esta vez, eran los de abajo. Por eso resultó tan afortunado el título de la novela clásica de Mariano Azuela. El inmenso país, todavía extenso, a pesar de la mutilación infligida por su vecino del norte, cristalizaba en el cruce de dos figuras míticas. Una de ellas, Pancho Villa, se desplazaba desde el norte. La otra, Emiliano Zapata, llegaba desde el siempre sufrido sur. Hombres de la tierra, ambos cayeron víctimas de la traición.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Han pasado ¡más de 11 años! desde que en estas páginas rebeldes publiqué ¿Prohibido el reguetón? (febrero de 2005), un reportaje que abordaba algunos matices de ese género, incrustado en nuestra cotidianidad desde hace buen tiempo.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Irina Pantoja Rodríguez es una mujer que, como otras, puede pasar desapercibida entre la multitud que camina por la calle capitalina de Carlos III, o en la cola de un agromercado, o en una reunión de padres en la escuela de su hijo, o en su barrio, o en la terminal de ómnibus cuando va a comprar un pasaje para viajar a la tierra que tanto extraña.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Cuando en la década de los 80 el grupo de rock chileno Nadie presentó la canción La moda mata, quizá no pocas personas la tildaron de excéntrica, exagerada, absurda… No obstante, el paso del tiempo les confirmó a esos músicos que no estaban totalmente equivocados y que algunos cánones de belleza y gustos han ocasionado a lo largo de los años que varias generaciones «lentamente van cayendo/ a formar parte de nada».

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

A los cubanos nadie nos puede venir con cuentos chinos. Y mucho menos asustarnos con fabulaciones ni con cataclismos. Todas, las verdes y las maduras, las hemos vivido en carne propia. Hemos pasado el Niágara en bicicleta. Sin embargo, sobrevivimos. Con golpes de timón hemos capeado el temporal. Y aquí estamos.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

EL infarto, hace hoy justamente seis años, tenía que ser masivo. Este hombre siempre arrastraba multitudes, así que un infarto a secas, un miocardio a solas, hubiera sido para él un final poco creíble. En el último minuto de su vida a Lucius Walker le falló el órgano que más usaba; entonces, de algún modo fue la suya, esa muerte a los 80 que tanto nos dolió, un deceso previsible.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Lucía estrena mañana la primera aula de su vida, e inicia una impredecible aventura rumbo al saber. Lleva días mirándose al espejo con el uniforme escolar, en una nerviosa pasarela hacia lo desconocido. Se pregunta cómo será su primera maestra, qué niño le tocará al lado en el prescolar. Un cosquilleo le sube al pecho, y suda de incertidumbres.

Graziella Pogolotti

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Húmedo y caluroso, es el noveno mes del año. Anuncia el rápido descenso hacia los días finales que nos harán algo más viejos. Es también una etapa de permanente recomienzo. Regresamos de vacaciones y los escolares inician un nuevo curso. Hay que preparar uniformes, forrar libros, y libretas. Hay que rescatar el hábito de levantarse temprano. Para quienes pasan de nivel, se produce un temblor de expectativa. Tendrán otros maestros, conocerán a nuevos compañeros. Afrontarán un grado mayor de exigencia. Por lo menos, así debería ser.

Miércoles 31 diciembre 1969 | 07:00:00 pm.

Odio la siesta, odio esa pausa vespertina, esa duermevela. Era así en mis primeros años y eso no ha cambiado. En casa de mi abuelo Cucho, el silencio era palabra de oro. Solo quedaba el breve paréntesis del juego de damas entre él y mami Otilia; pero cuando mis ojillos empezaban a prenderse en el sobrevuelo de las fichas, llegaba la hora de la siesta. Inexorable y lenta.