De izquierda a derecha, cuatro seres listos para altas tensiones: el anestesiólogo Lorenzo Amaya, el cirujano general Rubén Esquivias, la enfermera instrumentista María Ernestina Pérez y el cirujano traumatólogo David Alexander Junco. Autor: Alina Perera Robbio Publicado: 21/09/2017 | 06:58 pm
La calidad de la formación profesional y científica de las médicas y médicos cubanos es indudable e indiscutible, tanto en la Isla como en el mundo, y quedó nuevamente corroborada con los testimonios de prestigiosos profesores de esas ciencias estrechamente vinculados por décadas a la educación de los jóvenes galenos de la Mayor de las Antillas.
En la primera parte del programa Más que médicos, ofrecido en la noche de ayer por la Televisión Cubana, el doctor Luis Alberto Pichs García, rector de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, se refirió al rigor en estos estudios.
Es esta una de las más representativas carreras universitarias de Cuba —señaló—, además de estar avalada por las exigencias en la selección de los alumnos que ingresan a ella, los planes de estudio siempre actualizados, los escenarios de formación y de una historia de 290 años en nuestro país.
Explicó, por ejemplo, que quienes optan por esta especialidad han de aprobar primeramente las pruebas de ingreso, y solo logra acceder a ella el 70 por ciento de los aspirantes, lo cual no significa que todos puedan graduarse, pues es esta una carrera que exige mucho sacrificio, motivación y entrega.
El doctor Pichs García recordó que desde el primer año, los alumnos —quienes deben pasar seis años de formación de grado— se vinculan de forma teórica y práctica a los escenarios reales de la profesión a través del sistema asistencial nacional, con su estructura de atención primaria, secundaria y terciaria.
La exigencia, y a la vez satisfacción, por los estudios de Medicina en la Isla fueron ilustradas en el programa televisivo con entrevistas a alumnos nacionales y extranjeros del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, y a su decana, la doctora Mayrín Lazo.
La doctora Lilia González, presidenta de la Sociedad de Medicina Familiar y profesora de la Escuela Nacional de Salud, uno de los pilares de los estudios de Medicina en Cuba, ratificó por su parte la condición de excelencia de esta institución en cuanto a docencia, investigación, diplomados, maestrías y doctorados.
El legendario médico forense Jorge González Pérez, «Popy», director de Docencia del Ministerio de Salud Pública (Minsap), argumentó que al contrario de la educación médica tradicional, que continúa predominando en el mundo, y en la cual la formación se dirige exclusivamente a lo curativo, «a resolver una enfermedad», en nuestro país los médicos se forman para preservar la salud, tanto de las personas como de las familias y la comunidad, e incluso del medio ambiente en la medida en que este afecta a los individuos.
La formación de los profesionales de la salud en Cuba va más allá del sentido curativo; su centro es la prevención, según las enseñanzas del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
El líder de la Revolución, recordó Popy, impulsó el desarrollo de una red de universidades en todo el país en las cuales los planes de estudio de Medicina son únicos para todos. Hay un único examen nacional para graduarse y en cada lugar las potencialidades para formar a profesionales de alta calidad son idénticas.
En Cuba —abundó— se imparten decenas de especialidades médicas que gozan de un alto reconocimiento nacional e internacional. «La calidad del médico que se forma en Cuba es mayor que en el resto del mundo porque tenemos creadas las condiciones para formarlos con más calidad», reiteró González Pérez.