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Por los sueños de Cuba habrá que darlo todo (+ Fotos, Videos, Infografía y Caricaturas)

La Juventud Comunista se cruzó en su camino desde pequeña. Entonces no tenía siquiera madurez suficiente para imaginar que tendría la responsabilidad de liderarla y hacerlo en un momento tan desafiante. Meyvis Estévez Echevarría, desde hace diez meses al frente de la UJC, asegura que este año «todos están convocados a trabajar, a no pactar con el pesimismo ni dar por perdida ninguna batalla ni ningún joven»

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Han transcurrido diez meses desde su elección como Primera Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Podría pensarse que es un tiempo breve, pero no lo es, teniendo en cuenta los compromisos que asumió antes, sobre todo, la intensidad de los desafíos que vive Cuba, especialmente, sus hijos más nuevos, en un año que desde los primeros días resulta tan retador como el que acabamos de despedir.

Pero, Meyvis Estévez Echevarría, la artemiseña que hoy lidera la organización de vanguardia de la juventud cubana, tras su elección en abril de 2024, define en pocas pero certeras palabras el espíritu y el compromiso que la animan para cumplir el mandato de hacer que las juventudes de nuestro país sean, no solo destinatarias de la labor político ideológica de la organización, sino activas protagonistas. Y así lo confiesa: «Mirar siempre hacia adelante, sin temor».

Le recomendamos ver un fragmento de la inauguración del 12mo. Congreso de la UJC y otro material con la intervención del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la clausura del cónclave.

La distingue el estilo de una mujer serena, sencilla y acostumbrada a trabajar duro. Por eso entiende que «hay sucesos que se asumen de modo natural». Su vida y sus ideas están inspiradas en Rubén Martínez Villena, el joven abogado, poeta y revolucionario que combatió vehementemente las injusticias hasta el día de su muerte.

¿Por qué hablas mucho de Villena?, le pregunto a mi entrevistada y sin titubear me dice: «Nací en el municipio de Alquízar, que es también su tierra natal. Aunque allí solo vivió unos dos años, en su casa convertida en museo quedan atesoradas muchas de sus memorias, documentos, pertenencias… Rubén fue parte de aquella generación de jóvenes que en los años 20 del pasado siglo despertaban la conciencia nacional y avivaban el espíritu de lucha. En él tenemos las nuevas generaciones un modelo a seguir».

El amor por la historia marca recuerdos de la niñez y adolescencia de Meyvis, una pasión que nutrió en acampadas, actividades y convocatorias, no solo en sus días de pionera. Desde entonces, asegura, la UJC se había «cruzado» en su camino. «Fui bastante activa en ese ámbito, jefa de colectivo en la primaria y la secundaria, y en 9no. grado alcancé la militancia de la UJC.

«Fue un vínculo desde muy temprano. Lo disfrutaba. Quería participar en cuanta actividad se realizaba, y lo hacía», afirma Estévez Echevarría, quien dio los primeros pasos en el mundo laboral en la biblioteca municipal José de las Mercedes Coros Barreras, una etapa que recuerda con muchísimo agrado. «Una de mis pasiones es la lectura y rodeada de libros me sentía a mis anchas.

«Las presentaciones y acciones culturales me gustaban y, sin saberlo, me estaba entrenando para lo que el futuro me deparaba, porque todo ese mundo de conocimiento y cultura es imprescindible cuando pasas al trabajo profesional de la UJC. En medio de esas faenas asumí responsabilidades como secretaria general del comité de base en la Dirección Municipal de Cultura y fui electa miembro del Buró no profesional de la organización a ese nivel. La biblioteca abrió las puertas a mi vida política de entonces hasta este momento; fue algo así como dar el salto desde las páginas de un libro a la realidad».

Licenciada en Derecho, aunque también se sintió atraída por la Sicología, la Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC reconoce que el mundo de las leyes y la impartición de justicia la han ayudado mucho.  «Me dotaron de habilidades a la hora de enfrentar procesos y de comprender la realidad política y social del país, en especial la relacionada con los niños, adolescentes y jóvenes. Y me ha permitido tener una comprensión mayor de la importancia que en Cuba se da a la protección de los derechos en esas edades, además de percatarme de que el trabajo de la UJC está estrechamente vinculado con tan sagrado propósito».

—Hablemos entonces del trabajo de la UJC: ¿Cuáles son ahora mismo sus prioridades?

—Trabajamos en concretar la Estrategia para fortalecer el papel integral de la UJC, los movimientos juveniles y las organizaciones estudiantiles en el presente y futuro de la Patria, actualizada luego de nuestro 12mo. Congreso, porque es una guía, una herramienta para consolidar nuestra labor y para que las nuevas generaciones sean activas protagonistas y destinatarias de nuestro proyecto de nación.

«Y en ello son esenciales todos los esfuerzos que hace un tiempo venimos haciendo para que el comité de base se convierta en ese lugar vital para lo que aspiramos y se necesita. Ahora nuestra labor debe ser más efectiva, con mayor capacidad de sumar y de aportar al país. Hay retos grandes que van desde las dificultades en la economía, el enfrentamiento al consumo de drogas y otras sustancias tóxicas, la emigración, el embarazo en la adolescencia…

«Es momento de revitalizar el aporte juvenil, nuevas obras de choque, participación activa en las inversiones, en la producción de alimentos y en las formas no estatales de la economía. Todo esto sin descuidar ni un minuto la defensa de la Patria como nuestro más sagrado deber, por eso es la presencia activa de muchachas y muchachos en el servicio militar, en la Brigada de la Frontera, el Ejército Juvenil del Trabajo, en las unidades del Ministerio del Interior.

El trabajo en equipo es esencial para poder lograr todos nuestros propósitos y más si se trata de los jóvenes, afirma la Primera Secretaria de la UJC.

«El escenario ideológico se complejiza, estamos sometidos a un embate mediático colosal adonde prolifera la mentira, la manipulación, la incitación a la violencia y el desorden. Allí estamos llamados a combatir con más inteligencia, con mayor efectividad en los mensajes, en los códigos, en la inmediatez. Los intentos del colonialismo cultural son más evidentes hacia los jóvenes, en un claro interés de borrar símbolos e imponer patrones ajenos. Se apuesta por desmovilizar y nuestra respuesta es hacernos presente, marcar tendencia, sumar desde una organización fresca e inclusiva, pero siempre comunista».

Para conocer todos los detalles del 12mo. Congreso de la UJC y consultar el repositorio con todos los trabajos publicado por JR te recomendamos pinchar aquí.

De igual forma puedes pinchar este enlace para ver todos los materiales audiovisuales realizados durante la etapa del cónclave. 

—En medio de ese escenario, la batalla económica debe ser también un objetivo estratégico de la UJC. ¿Cómo contribuir desde sus filas al llamado de salvar la Patria, mantener y desarrollar la Revolución y el socialismo?

—Hay experiencias recientes del pasado verano, es una continuidad de lo que vimos en los días difíciles de enfrentamiento a la COVID-19 con todas aquellas brigadas de estudiantes universitarios y jóvenes en cada frente de esa enorme batalla, en la salud y en la producción. Creo que es justo decir que entonces fueron miles y miles de muchachas y muchachos desafiando riesgos en cada lugar.

«Aparejado a lo anterior están la ciencia, la innovación, pilares básicos para salir adelante, algo que ha impulsado el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, pues en ese ámbito la UJC no se ha quedado atrás, el propio Congreso reciente de la organización acordó reforzar esto y ya tenemos un Consejo de Innovación Juvenil activo y generando ideas.

«Nuestro propósito es que no puede haber un territorio de Cuba donde a la hora de estimular programas de producción no se piense primero que todo en la UJC y se le asigne a la organización la responsabilidad de movilizar, de dinamizar, de mover, porque nadie duda de que eso lo sabemos hacer muy bien. Hay experiencias que deben ser retomadas.

«Para estar en esa primera línea de combate, de cambiar lo que haya que cambiar, de hacer mejores cosas por nuestro presente y futuro, la UJC cuenta con sus organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, cuyos integrantes saben sortear las limitaciones, son capaces de promover el vínculo universidad-empresa, además de capacidad para poner fuerza técnica y profesional en función del desarrollo de los municipios...».

Vea en este material un resumen de la clausura del 6to. Pleno del Comité Nacional de la UJC, el cual centró sus debates en la participación de las nuevas generaciones en la defensa de la Revolución.

—¿Qué lugar ocupa el trabajo social y comunitario, concreto, sistemático y diferenciado en la agenda juvenil?

—Obviamente, el complejo contexto económico tiene un duro impacto en la calidad de vida y el bienestar del pueblo, situación que ha propiciado un incremento de las manifestaciones de indisciplina, violencia social, adicciones y vandalismo, por citar las más negativas donde están involucrados jóvenes, incluso, adolescentes… Cuando hablamos de los retos lo mencionamos porque es de los principales.

«Comprendemos que la tranquilidad ciudadana es una conquista, es un orgullo de este país y nuestros enemigos lo saben y van tras ese logro, quieren quebrarlo, quieren que la imagen sea de inseguridad, de temor, de anarquía. Se aprovechan de un quiebre económico que ellos mismos han propiciado recrudeciendo el bloqueo y generando carencias extremas, unido a nuestras propias insuficiencias, pero sin perder de vista que ese bloqueo es el principal obstáculo para salir de esta situación.

«Entonces proliferan actitudes, delitos, conductas que en otras regiones del mundo podrían parecer comunes, pero aquí no, aquí un disparo de arma de fuego es una noticia extraordinaria, un asalto es un hecho que conmociona, la droga es un asunto de tolerancia cero y cuando hay indisciplina social todos estamos convocados a combatirla.

«Creo que hemos trabajado, pero no lo suficiente, no podemos estar satisfechos cuando hay conductas que laceran, manifestaciones que denotan desidia, irrespeto, poca cultura cívica y esa no es Cuba, ese no es el país que construimos, esos no es la mayoría de nuestros niños, adolescentes y jóvenes; pero, aunque fuese uno solo merece que nos preocupemos.

«Es una cuestión de educar, de formar valores y en eso hay que recuperar espacios perdidos. La UJC debe promover ideas e iniciativas sumando a los ministerios e instituciones del país porque políticamente nos corresponde hacerlo, desde la Organización de Pioneros José Martí, que es el primer espacio que estamos llamados a fortalecer».

—En tiempos de un atroz y constante bombardeo desde las redes sociales digitales, ¿cómo puede la UJC contribuir a la educación comunista de las nuevas generaciones?

—Sin duda, la batalla en lo económico y lo social se sustenta no solo en las acciones concretas que han puesto en marcha el Partido, el Estado y el Gobierno, con el acompañamiento del pueblo y todos los organismos, organizaciones e instituciones, incluyendo la UJC; sino que además debemos apuntalar el trabajo político-ideológico porque sigue siendo una batalla de las ideas, las del imperialismo y sus lacayos fuera y dentro de Cuba, contra las de la Revolución Cubana y sus principios de soberanía, independencia, justicia y bienestar para todos.

«Es una realidad que nunca antes existieron mecanismos tan dinámicos para posicionar mensajes o tendencias como ahora, pero también que esas mismas armas están a nuestra disposición. Internet, las redes sociales digitales, abren las puertas a la manipulación, al odio, a la colonización cultural, pero también las abren para posicionar nuestros argumentos, nuestra verdad, permiten que nos movilicemos. Hay que utilizar estas armas con inteligencia para multiplicar ideas».

—¿Cómo fomentar el patriotismo, la fidelidad, el antimperialismo, el humanismo, la solidaridad, la defensa de los más altos valores, en tiempos
de banalización y colonización cultural?

—La respuesta está en la historia de Cuba, pues si está se conoce, estudia, interpreta, se pueden sacar fuerzas, antídotos contra estos nuevos desafíos. Basta con saber cuáles han sido las intenciones anexionistas del imperialismo con respecto a nuestro país, para comprender qué es y qué busca el moderno colonialismo cultural: una continuidad de las doctrinas anteriores para demeritar la capacidad de Cuba de ser próspera y señalar como una opción el servilismo y la obediencia a Estados Unidos. La diferencia está en las vías, pero no es difícil reconocer el mismo mensaje de odio. Por ejemplo, nos han vuelto a incluir en la infame lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

«Ahora no vienen con una cañonera, con un acorazado, ahora vienen con sus nuevos símbolos y tratan de imponer patrones de consumo, festividades, costumbres que no son de esta Isla, vienen con el argumento de una Cuba “próspera” antes de 1959 que fue destruida por la Revolución, una mentira colosal y bien maquillada que va dirigida a los jóvenes, pero bastan dos o tres jornadas de lectura e investigación histórica para desmontar esa falacia.

«De eso se trata nuestra función: de explicar bien ante argumentos superficiales. Ahí entramos nosotros a jugar nuestro papel: educar, hacer trabajo ideológico sólido, fomentar la lectura, ir al encuentro con la historia real, aprovechar a los protagonistas vivos de la gesta revolucionaria, rescatar los sitios, los monumentos, los movimientos pioneriles y martianos».

—A aquellos jóvenes que han perdido la credibilidad en el proyecto social que construye la Revolución, que han perdido la confianza en su organización y ya no quieren militar en ella, incluso, muchos apuestan por emigrar del país, ¿qué les diría la Primera Secretaria de la UJC?

—Nosotros respetamos las decisiones de los jóvenes, pues cada cual decide su futuro, su vida. Luchamos y trabajamos con los que están. Somos una organización política en primer lugar. Sabemos que existe determinada cantidad de jóvenes que han apostado por otras opciones para su desarrollo personal, es una lógica en tiempos difíciles y no los juzgamos por ello; sin embargo, hay miles y miles que se mantienen aquí y se han comprometido con levantar el país que tantas oportunidades les ha brindado para crecer seguros y formarlos profesionalmente.

«Nuestro compromiso es con todos y el mensaje a los que han dejado de confiar en que saldremos adelante está en nuestra propia historia donde más de una vez superamos momentos difíciles. Han sido los jóvenes los principales protagonistas de esas victorias. A todos les pedimos confianza en la Revolución y deben saber que justamente nuestros enemigos históricos son quienes más apuestan por el desencanto y la pérdida de compromiso con el país y no lo hacen pensando en el bien de los jóvenes cubanos, lo hacen para concretar el sueño irrealizable de apoderarse de Cuba». 

Las nuevas generaciones han demostrado que no fallarán en su compromiso y apoyo a la Revolución. Fotos: Roberto Suárez

—Ya lo decíamos: ha empezado otro año grande, de incesante batallar, de mucha entrega, de creatividad, que requiere de la pasión, el empuje y la alegría de las juventudes...

—Así es. Nos despedimos de un 2024 bien intenso, en el cual sobresalió la participación de nuestras juventudes, lo mismo en la batalla económica, que, en la vida sociopolítica del país, la educación, la ciencia, la cultura, el deporte y la salud. Innegable ha sido su aporte, como lo son su compromiso y apoyo a la Revolución, y ahí están, por ejemplo, las jornadas de lucha contra el recrudecido bloqueo genocida, la solidaridad expresada de mil maneras con los damnificados por los huracanes Oscar y Rafael, los sismos, el apoyo para la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional.

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«Con esos mismos bríos les entramos al 2025. Acercar nuestra generación a la historia patria continuará siendo prioridad para la UJC y demás movimientos y organizaciones juveniles y estudiantiles, profundizaremos en las raíces de nuestro antimperialismo como también en la obra de la Revolución, y trabajaremos para consolidar los espacios abiertos a la reflexión y el diálogo.

«Asumiremos más adentro la implementación del plan de acción de la Política integral a la niñez, adolescencias y juventudes, así como la consulta del anteproyecto de Código que se prepara para este grupo poblacional, una norma que como se ha dicho habla del presente y del futuro del país, está destinado a proteger y preparar para la vida a los más nuevos, y lleva de nosotros, entonces, el aporte mayor en su elaboración.

«Hay mucho por hacer, el 2025 será un gran año, sin duda, en el que tenemos que atender mejor a nuestros niños, adolescentes y jóvenes a quienes acompaña una fuerza, energía y capacidad admirables en medio de las tantas complejidades que vivimos. Llenemos todos los espacios de juventud, trabajando, aportando, haciendo, participando, transformando y revolucionando.

«Así, el plan de acción es trabajar, trabajar y trabajar. No pactar con el pesimismo ni dar por perdida ninguna batalla. No quebrar la unidad de ninguna manera, cuidarla como la niña de nuestros ojos. Así nos lo pidió Raúl y así los haremos para que las nuevas generaciones crezcan, estudien, trabajen, vivan y amen e una Cuba, cuyo pueblo y Revolución siguen inspirando a millones en el mundo».

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―En la reunión del Consejo de Ministros del mes de julio del pasado año, el Presidente cubano expresó una idea muy interesante sobre la responsabilidad que tienen los cuadros y dirigentes en la Cuba de hoy. Dijo: «Hay que trabajar en equipo, todo el mundo se tiene que sentir parte del equipo de dirección de la Revolución, desde los municipios hasta el país». ¿Cómo se ve la UJC en ese equipo?

—Nos vemos como una parte vital, pero con modestia, sin auto-complacencia ni rimbombancia. Dispuestos bajo la firme dirección de Partido, órgano rector indiscutible de nuestra sociedad. Creo que en ese equipo somos la sangre fresca, los que más ideas deberíamos generar, los que más deberíamos ir contra tabúes, contra trabas, contra burocracia, contra la corrupción; los primeros en denunciar lo mal hecho y en pedir que seamos tenidos en cuenta para las tareas más complicadas y si el barrio es lo fundamental, allí hay que tener también una UJC fortalecida.

—A casi cien años del nacimiento de Fidel, ¿cómo ven los niños, adolescentes y jóvenes al Comandante en Jefe y a la Generación del Centenario que lo acompañó en fundar nuestra Revolución?

—Lo más importante es que la obra de Fidel no se limita a sus ideas, sus frases o discursos, la obra de Fidel es un legado que se palpa en todos los sectores de la sociedad y en cada uno de esos espacios hay jóvenes que están en primera fila, entonces si la UJC logra llegar a ellos, influir en ellos y sumar sus esfuerzos entonces estaremos reforzando el legado del Comandante y garantizando que perdure.

«A esto se suma que nos toca interiorizar más en su pensamiento porque allí hay respuesta para todos los desafíos y, en particular, hacerlo con nuestros niños y adolescentes que van a recibir el mensaje que sobre Fidel le demos nosotros, van a configurar en su imaginario al héroe que le construyamos de manera atractiva e inteligente y finalmente hay que hablar del ejemplo, porque cuando decimos ¡Yo soy Fidel! estamos asumiendo un compromiso muy alto y debemos ser consecuentes».

—Asumir ese alto compromiso como joven, revolucionaria y máxima dirigente de la UJC te ha obligado a renunciar a algún proyecto personal. ¿Algún sueño pospuesto?

—Decir que no de forma rotunda no sería del todo sincera, aunque yo no llamo a eso una renuncia, más bien son planes pospuestos en aras de un proyecto mayor, que es la Revolución. Puede que algún día se concreten, puede que no, pero creo que vale la pena la postergación porque da satisfacción y eso compensa cualquier espera de índole personal.

«Hay muchos ejemplos en el proceso revolucionario que nos muestran la valía ética y patriótica de poner sueños colectivos, por encima de sueños individuales. En algún momento Fidel dijo que habría querido ser escritor de oficio (aunque lo fue de manera genial) o de seguro el Che tenía otros proyectos, que cambió por su estirpe guerrillera. Los sueños de Cuba merecen cualquier renuncia». 

Cuando decimos ¡Yo soy Fidel! estamos asumiendo un compromiso muy alto y debemos ser consecuentes.

***

Basta con observarte y leerte para identificar palabras que te definen. A continuación, mencionaré algunas, y me dices qué te viene a la mente:

—La familia…

—Mi mamá y mi papá, mi mamá es mi motor impulsor, mi fuerza e inspiración, a ella le debo mi formación y hasta podría decir este camino político que es mi proyecto de vida, por ella me acerqué al trabajo del Poder Popular y con 21 años, fui electa delegada de circunscripción. Ella y mi papá son mi vida, mi papá es mi confidente, mi paz, un abrazo de él es suficiente para saber que puedo con todo.

«Y para mi familia son también los amigos, los de la infancia como Marvelis del Valle, nadie mejor que ella me conoce, más que una amiga es mi hermana. Los amigos para mí son mi mayor tesoro, y si algo hermoso tiene nuestra UJC son los amigos que te regala, que se convierten en una gran familia».

—Tu tiempo libre…

—Me gusta emplearlas en compartir con la familia, los amigos, amo el mar, es de mis lugares favoritos, disfruto leer un buen libro, escuchar música, bailar.

—Martí, Che, Fidel…

—Es un reto que lógicamente no se pude cumplir, hablar de ellos tres y su significado en breves palabras no resulta posible; sin embargo, si fuese a resumir una connotación tan elevada preferiría usar tres palabras, ellos son patria, desinterés y sentido del deber. Se podría decir que eso conforma, entre otras muchas cosas, el eje de sus vidas y en el caso del Che y Fidel, llevaron a la práctica aquella sentencia martiana de que patria es humanidad.

«Para los niños, adolescentes y jóvenes cubanos esa triada de hombres extraordinarios reúne en materia de paradigmas, todo lo que un revolucionario o una persona de bien ha de tener para dejar una huella positiva en su época, por eso desde la UJC siempre acudimos y acudiremos a ellos, en el arsenal de sus ideas está la ideología y la razón de todo lo que hacemos».

—Los niños, adolescentes y jóvenes cubanos…

—Ellos, nuestra razón de ser, nuestro gran compromiso y nuestro mayor reto. Para nadie es un secreto que adentrarse con éxito en los gustos, preferencias y aspiraciones en esas edades es bastante complejo, sobre todo si no queremos ser espectadores pasivos y en cambio nuestro empeño sea moldear esa arcilla fundamental para la obra, tal como el Che lo definió.

«Esta misión pone bien alta la varilla, porque se precisa de mucha preparación, de conocimiento científico sobre las tendencias predominantes en estos grupos etarios, que todos sabemos son muy heterogéneos y bombardeados por influencias de todo tipo.

«Esto nos impulsa a generar cada día nuevas ideas. Nuestra actual estrategia que define lo que pueden y cómo deben aportar las nuevas generaciones de cubanos a la construcción del socialismo, está justamente pensada de esa manera, buscando acercarnos y desde la cercanía promover participación y motivación para que el proyecto de vida de la gran mayoría sea un proyecto afincado en Cuba. No son pocos los desafíos, pero los podemos enfrentar».

—Patria y futuro…

Las veo como dos cosas inseparables, porque no hay futuro sin patria, ni patria si no garantizamos el futuro y de eso se trata el trabajo de la UJC, de sus organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, de forjar el futuro que sostendrá sobre sus hombros un país que estamos llamados a preservar y hacer mucho más próspero y sostenible, como ha señalado el General de Ejército, nuestro querido Raúl, muchas veces.

«Patria es lo más grande, lo más sagrado, por eso su defensa es lo principal y para defenderla hay muchas trincheras, de ideas y de piedras, aunque martianamente hablando, sabemos que las primeras valen más, sin descuidar las segundas. Yo veo el futuro con optimismo, lo veo como una continuidad de los sueños de tantas cubanas y cubanos que tanto han aportado y tanta sangre han vertido para legarnos las banderas que debemos llevar en lo adelante, creo firmemente que, si le fallamos al futuro, le fallamos a la patria».

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La participación de las nuevas generaciones en la defensa de la Patria es fundamental, como ocurrió durante el Bastión Estudiantil Universitario.

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