Los Gobiernos laboristas australianos del siglo XXI han considerado vital la alianza con EE.UU. para lograr mayor protagonismo en Asia-Pacífico, pero no están dispuestos a renunciar al fortalecimiento de sus relaciones económicas con la región, especialmente con China
Canberra puso especial empeño en lograr que el Consejo de Seguridad prohibiera la navegación aérea sobre territorio libio, para lo cual desplegó una intensa campaña diplomática encabezada personalmente por su actual canciller. Su actuación es la que podría esperarse de un Estado reconocido al menos en dos ocasiones por Obama como el más firme y mejor de los aliados de Estados Unidos
Libia también en la mirilla de Canberra
La actuación australiana en relación con los más recientes acontecimientos en Libia ha estado guiada por el compromiso con su principal aliado y con la civilización occidental, de la cual se siente parte con independencia de su situación geográfica
Los Gobiernos australianos en los últimos diez años han respaldado la estrategia de dominación mundial de EE.UU. y sus principales campañas internacionales. Australia mantiene desplegadas sus tropas en Afganistán y ha participado activamente en la conspiración liderada por Washington y en la reciente escalada agresiva contra Corea del Norte e Irán