Frente al monolito que guarda las cenizas de Vilma también puso Raúl un ramo de flores blancas Autor: Estudios Revolución Publicado: 07/04/2025 | 10:07 pm
Este 7 de abril, Vilma cumpliría 95 años, y justo en el corazón de la serranía, en medio de las montañas que custodian el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, celebró el cumpleaños de su amada guerrillera, muchacha de espíritu rebelde y justo, defensora de cada conquista a favor de la mujer.
Junto a Raúl, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; así como otros miembros del Buró Político, dirigentes del Partido, del Gobierno y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Jóvenes Comunistas, integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, y una representación de los pobladores del municipio santiaguero de Segundo Frente, también rindieron tributo a la mujer inmensa que puso su vida toda al servicio de la Patria.
Luego de entonar las notas encendidas del Himno Nacional, canto al combate constante, tan cercano al llamado de Vilma al empoderamiento y la participación plena de las cubanas, fueron depositadas por jóvenes mujeres sendas ofrendas florales, en nombre del pueblo de Cuba, a la heroína y a los héroes y mártires del Segundo Frente Oriental.
La poesía y la música, dos de las manifestaciones artísticas que desbordaron siempre la sensibilidad de Vilma, no solo como gusto personal, sino como herramientas genuinas de emancipación y crecimiento, dieron paso a las palabras centrales de la miembro del Buró Político y secretaria general de la FMC, Teresa Amarelle Boué.
En su intervención, repasó cada palmo de la existencia excepcional de Vilma: la estratega de la lucha clandestina, que podía ser Alicia, Déborah, Mónica o Mariela; la guerrillera dulce y firme; la fundadora, junto a Fidel, de la Federación de Mujeres Cubanas; la defensora de la justicia social y la igualdad de derechos y oportunidades para las féminas.
«Cuán grande la claridad de sus ideas y su capacidad para movilizar a miles de mujeres en torno a un objetivo común: la construcción de una Cuba nueva, donde ellas fueran protagonistas de su propio destino», afirmó Amarelle Boué, quien evocó su capacidad de liderazgo y su total compromiso con las causas justas.
Vilma, aseguró, no solo luchó contra la discriminación, sino por la activa participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida política, económica y social del país; y también alzó su voz en los foros internacionales para defender la soberanía de Cuba y denunciar la política de asfixia del Gobierno de Estados Unidos.
Amarelle Boué subrayó, además, algunas de las conquistas de las cubanas, alcanzadas al amparo de una legislación renovada, con un Código de las Familias inclusivo y atemperado a los nuevos tiempos. No obstante, tal como Vilma promulgó, la conquista de la igualdad es un proceso permanente, que requiere de perseverancia, unidad y de una voluntad inquebrantable.
Foto: Estudios Revolución
Su legado, al decir de la Secretaria General de la FMC, nos inspira, compromete y nos convoca a seguir luchando, en los nuevos escenarios, por mantener la Cuba que ella ayudó a forjar: próspera, sostenible, solidaria y socialista.
En la mañana de ayer, al pie del lomerío, muy cerca de la naturaleza que tanto amó, también se escuchó la voz tierna y enérgica de la guerrillera en uno de sus tantos discursos, en los que expresó su confianza absoluta en la mujer cubana, capaz de construir una vida nueva y formar a las futuras generaciones.
Hacia el final del homenaje, Raúl y Díaz-Canel saludaron a los pobladores allí reunidos, en su mayoría mujeres, quienes respondieron con un ¡Viva Vilma! rotundo.
Después siguió el tributo ante la llama eterna. Rosas rojas para los hombres y mujeres que descansan bajo el cielo guerrillero del Segundo Frente Oriental, fundado por el General de Ejército, empeño que contó con el apoyo imprescindible de su compañera de vida y de luchas.
Y frente al monolito que guarda las cenizas de Vilma también puso Raúl un ramo de flores blancas, puro como el amor que los unió en una familia y en la defensa de la Revolución. El homenaje íntimo cedió su lugar al de los pobladores, en representación de Cuba toda, a una mujer imperecedera, inagotable en su energía y voluntad de hacer el bien.