La editora Karl-Dietz Verlag está de fiesta. En los últimos días las ganancias se incrementaron y el éxito se debe a un solo hombre con un libro a cuestas. «Antes solo se vendían cien copias al año y en los primeros diez meses de este año hemos vendido 2 500. Él está de moda otra vez», reconoció Joern Schuetrumpf, director de la editorial alemana.
Por los titulares de algunas de las agencias noticiosas, todo parece inofensivo: «Honduras-EEUU: Devuelve armas de guerra fría» o «Ejército de Honduras traslada armamento a EEUU». Se trata de un arsenal almacenado durante 22 años en el Comando de Apoyo Logístico del Ejército, ubicado en Naco, en el norteño departamento de Cortés, y se dice que las Fuerzas Armadas hondureñas lo recibieron en 1986 «para utilizarlo en un eventual enfrentamiento con Nicaragua».
El fin de año es un concierto de lugares comunes. Repetimos anualmente las mismas palabras: felicidades, prosperidad, vida nueva, en un movimiento cíclico que no sería solidario olvidar. Y que yo no descuidaré en esta última columna del 2008. Felicidades y prosperidad a mis lectores, en particular a cuantos una vez y varias veces me han remitido sus palabras de aprobación o de entusiasmo, e incluso también para aquellos, desafortunadamente pocos, que me expresaron criterios opuestos o distintos a los míos.
Es común ver a las personas que dicen: «No me gustan las despedidas». Pero la...
Junto al artículo aparece una simpatiquísima caricatura, en la que uno de estos vendedores ambulantes exhibe, mientra...
Cuento todo esto porque acabo de tener la misma sensación de ser menor de edad a efectos jurídicos. Durante toda una semana he intentad...
Este quisiera ser un texto en blanco. Un pedazo de página innecesaria porque ya sus contenidos hubieran pasado de moda. Un sitio, en fin, para otras letras más sublimes. Pero la realidad cae como un mazazo y obliga a reiterar. (¿O será que a los periodistas nos gusta decir lo mismo?).
¿Por qué Gregorio Samsa, tan celoso de sus apremiantes deberes laborales, no había ido a trabajar aquella mañana en que sus padres tocaban insistentemente la puerta de su habitación? Pues, según nos narra Kafka, porque no podía: se había convertido en un inmenso cucarachón y yacía con su vientre escamoso bocarriba, mientras sus patas se agitaban involuntariamente.
Una cumbre histórica merecía un discurso histórico. Y Raúl lo hizo. Fue el día en que América Latina le abrió los brazos a Cuba para que entrara con su dignidad, rotunda e intocada, en el concierto de las naciones del área, pero no en el antiguo, desprestigiado y obsoleto del que un día se desprendió bajo los impulsos de su libertad solitaria, sino en el de las repúblicas que hoy hacen presidentes mulatos, indios, mujeres, orgullosos de su origen y de su parentesco con la Isla solidaria.