Hay un detalle de los avatares de nuestro sistema de comercio y gastronomía que refleja la vuelta en do mayor de uno de sus principios, más allá del alza de los precios (Por favor, pase esa hoja, cuide su salud. ¿Coincidimos?). Hablo del auge del restablecimiento de esa máxima de que mientras más variedad de mercancías ofrezca un comerciante, más posibilidad de ventas le espera.
Todavía a Yaliusca le palpitan de forma unísona la indignación y el dolor. Una premura —de esas que están a la orden del día— la obligó en el mercado informal a desembolsar 2 500 pesos por el pago de los sellos de timbre para obtener su nuevo carné de identidad. Un monto desorbitante cuando lo establecido es 25 pesos.
Dicen que los peces mueren por la boca, pero, cuando se mira bien, parece que no son los únicos. En los últimos años, a las cajas de cigarros y tabacos les han grabado unos avisos con letras que crecen en tamaño y colores: «Las autoridades sanitarias advierten que fumar daña la salud», se lee en algunos casos. También se puede ver esa misma idea combinada con la mención a algunas de las enfermedades más tétricas generadas por esa adicción.
«Me gusta llegar del trabajo y que mi mujer me esté esperando en la casa con todo hecho».
El 30 de diciembre del pasado año arribaba a su centenario Haydée Santamaría, nuestra heroína del Moncada. No podemos dejarla morir. El reconocimiento de su dimensión heroica es un acto de justicia histórica. Implica la reafirmación de paradigmas indispensables en el plano de la conciencia para seguir defendiendo nuestro proyecto de emancipación humana. No pueden congelarse en estatuas marmóreas. Su grandeza reside en que supieron alcanzarla desde su frágil condición humana, compartida por todos nosotros.
Comentar, buscar respuestas a algunas preguntas reiteradas sobre la relación del popular meme, que se reproduce a velocidades exorbitantes en las redes sociales digitales, y la legendaria caricatura, como arte preponderante en el humor gráfico, fue uno de los intercambios realizados en el 4to. Encuentro Nacional Prensa, Humor e Identidad, realizado la pasada semana.
Hace justamente diez años —el 27 de enero de 2013— José Martí Pérez llegó a un pequeño parque de Bayamo y maravilló a todos los que se reunieron en aquel lugar rodeado de árboles.
Para el pueblo cubano, Martí es la representación más alta del humanismo, un símbolo de virtud, la noción del bien. No deja de asombrarnos su extraordinaria capacidad de trabajo, de elaboración de ideas, de orientar esfuerzos en función de un objetivo supremo.
Vuelve el desamor a marcar tendencia en la industria cultural. Otra vez se hace éxito en la música. Es una fuente formidable para arrastrar multitudes. Ahora el leitmotiv son Shakira y Piqué y, prácticamente, el resto del mundo se pone a sus pies por una narrativa manida y predecible.
Imaginemos aquel niño rodeado de pobreza y discriminado por ser negro que abrazó desde la adolescencia el bregar para ayudar en el sustento familiar. Imaginemos cómo esa circunstancia devino más acicate que lamento en la formación de sus convicciones caracterizadas por salir a conquistar una vida mejor.