Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Llamado de atención a los poderosos

Atribulada aún por las sacudidas del huracán María, Antigua y Barbuda es sede de la VI Cumbre CARICOM-Cuba,

Autor:

Marina Menéndez Quintero

A pesar de los dolores causados por un huracán que dejó a las dos pequeñas islitas que conforman ese Estado como virtual «tierra arrasada», Antigua y Barbuda está cumpliendo con la palabra empeñada por su canciller, Charles Fernández, en La Habana, en marzo pasado, al asegurar que su nación daría las garantías necesarias para la realización de esta VI Cumbre CARICOM-Cuba, un evento, dijo, que su país acogía con responsabilidad y seriedad.

Algunos meses después, ni aun el terrible azote del meteoro hará que la pequeña nación desconozca la palabra empeñada.

En todo caso, su papel como sede de este encuentro constituirá una oportunidad para que las islas vecinas y miembros del arco integracionista ratifiquen a Antigua y Barbuda una solidaridad manifiesta ya desde el paso de los meteoros Irma y María, y expresada en el mismo hecho de mantener en ese Estado la celebración del encuentro.

Una exhortación al mundo

Pero la cita allí también podría ser un llamado de atención a los países ricos —de paso, los más contaminadores y por tanto causantes del cambio climático — para que cooperen en la restauración de las naciones asoladas por la inclemente temporada ciclónica de 2017.

Según expertos, la temporada de huracanes que recién concluyó el 30 de noviembre dejó un balance de 17 tormentas tropicales y diez huracanes, y ha sido considerada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. como la más devastadora desde 2005.

La VI Cumbre CARICOM-Cuba en Antigua y Barbuda visibilizará, por tanto, un problema grave que amenaza la supervivencia de las pequeñas y vulnerables islitas caribeñas.

No solo esa nación fue virtualmente destruida por el paso de los huracanes —fundamentalmente Irma y María—, por el Caribe este año. Antes quedó asolada Dominica, también miembro de la CARICOM, víctima de esos eventos climáticos como Puerto Rico, Anguila y las Islas Vírgenes Británicas, en tanto otros territorios caribeños también sufrían daños, incluyendo Cuba.

Un interesante artículo publicado en el sitio web del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) afirmaba el día 16 de este mes que, según las estimaciones iniciales, los costos de recuperación en Antigua y Barbuda y Dominica podrían elevarse a 3 000 millones de dólares, aunque las evaluaciones continuaban.

El texto cita un estudio del Banco Mundial según el cual hay proyecciones de que la cantidad de huracanes severos aumente en un 40 por ciento si las temperaturas globales aumentan en 2°C,  amenaza que crecerá hasta un 80 por ciento si aumentan en 4°C. Ello, advierte, provocará un aumento del nivel del mar que tendrá efectos devastadores para los pequeños Estados caribeños.

En ese contexto, el artículo llama a actuar sumándose a los acuerdos globales para mitigar el calentamiento global, mediante donaciones y rexaminando la incumplida y cuestionada Ayuda para el desarrollo, negada, empero, a estas naciones, por considerárseles, a tenor del PIB percápita, como países de «renta media».

Sin embargo, advierte el texto, la reconstrucción será imposible para estos Estados sin la ayuda internacional.

Tibia ayuda

Las demoradas promesas de ayuda y préstamos al Caribe para enfrentar la recuperación, ascienden a 2 300 millones de dólares.

Fue una cita de alto nivel convocada, precisamente, por la CARICOM y el PNUD, la que canalizó los ofrecimientos luego de escucharse los pedidos de las naciones afectadas, ante unos 400 representantes de Gobiernos, organismos multilaterales, de la sociedad civil y el sector privado, reportó PL.

Las promesas, sin embargo, no llegaron a la mitad de los 5 000 millones de dólares estimados para cubrir la recuperación de todos los territorios afectados por los meteoros, remarcó el despacho.

En Barbuda, ilustró la fuente, Irma ocasionó una pérdida del 76 por ciento en el sector turístico, la principal fuente de ingresos de la isla, en tanto, Dominica vio esfumarse los logros de varias décadas de su desarrollo, con daños equivalentes a más del 200 por ciento de su producto interno bruto.

La pregunta, de momento, es si el respaldo financiero llegará al Caribe. Pero las soluciones reales dependen de relaciones económicas internacionales más justas, y de una forma de vida que no siga depredando al planeta. La VI Cumbre CARICOM-Cuba es una buena oportunidad para volver a proclamarlo.

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