Vista hace duda: no se puede creer con fe ciega todo cuanto vemos. Un documental televisivo mostraba con todos sus colores algo llamado carrera de enamorados. Resulta que una ballena jorobada en celo —expresión redundante porque los celos lo joroban casi todo—, nadó cinco mil kilómetros hasta las aguas de la isla de Tonga, en el Pacífico, en busca de un compañero.
Cuando mi primer intento de llegar al periodismo no resultó, muchos lloraron conmigo y me consolaron. Él solo dijo: «Busca por las páginas 200 del libro de texto de español». Ahí estaba el poema de César Vallejo, Traspiés entre dos estrellas.
Mis coetáneos y yo crecimos oyendo spots publicitarios y pregones ambulantes que empleaban una frase que parecía óptima como fórmula vendedora de sus productos, a los que atribuían tres características básicas: «¡Bueno, bonito y barato!»…
El pasado 23 de octubre el Comandante en Jefe Fidel envió una respuesta al lector de Cubadebate, Handy Acosta Cuéllar. En una parte de su texto advertía sobre nuevas pruebas relacionadas con la producción de gas de esquisto en Estados Unidos mediante fractura hidráulica y el riesgo para la salud de los habitantes de ese país.
Durante mis últimos años de vida laboral, todas las mañanas veía a los niños entrar felices a las diferentes escuelas donde yo trabajaba como oficial administrativo. Llegaba muy temprano a mi oficina, más o menos dos horas antes de que el bullicio se apoderara de los pasillos del edificio de la escuela. La inocencia de los niños y niñas inundaba el ambiente, mientras estos llegaban a las aulas donde, tranquilamente, los esperaban sus maestras para comenzar el día escolar. En algunas ocasiones dejaba mi escritorio para ayudar a quienes los recibían en las puertas, ya que me gustaba verlos llegar con la alegría típica de alguien que apenas comienza su camino en la vida real. Se reían y jugaban entre ellos creando un aire de felicidad en todos los rincones de aquellas edificaciones, contagiando a los adultos que los cuidaban, envolviéndolos en sus deseos de vivir alegremente. Daban los primeros pasos para adentrarse en la sociedad, sin tener ni la menor idea de lo que les podía deparar el porvenir.
El hogar es la patria más chica y soberana que tenemos. Ningún otro lugar nos reporta esa paz tantas veces necesaria, y en él nos sentimos tan seguros que somos capaces de recorrerlo con los ojos cerrados —por grande o pequeño que sea—, sin temor al tropiezo.
Junto a ese acento inigualable y lleno de singularidades con que los Van Van, agrupación insignia de Cuba, nos deleitan a fuerza de una cadencia contagiosamente natural, ha coexistido siempre, como tradición de lujo, la sugestiva inquietud de una letra que armoniza con el ritmo, y nos seduce al mismo tiempo el oído y el buen sentido, llevándonos por unos trillos agudamente criollos, completamente auténticos.
No es lo mismo un plan que un planazo, eso lo sabemos todos. Pero en la economía nuestra de cada día no pocas veces se nos juntan en el mismo paquete.
Poncio, un loco bendito que conocí en mi infancia, fue capaz de ejercer el jamás proclamado y necesario derecho humano de soñar. Por su culpa, la palabra locura no me asusta, y casi siempre encuentro mucha más claridad en esos seres ensimismados que en ciertos cuerdos de atar.
Los 23 estados de Venezuela pudieran despertar el 17 de diciembre, el día después de las elecciones regionales, con gobernadores chavistas. Es la tendencia, estadísticamente hablando, que se plantea el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).