¿Qué puede esperarse cuando se tiene 16 años? Reir, bailar, estudiar, pensar en la noviecita... Vivir una larga vida y encontrar en ella todo tipo de satisfacciones. Lo normal, a esa edad nada puede ocurrirte, como no sea buscar y lograr la felicidad.
Pero resulta que vivías en Honduras, en el año 2009, y entre tus esperanzas y sueños estaba también un mejor país, el respeto a la vida cívica que comenzabas a conocer, creías en la dignidad. Y hubo un golpe militar, y un grupo se apoderó del poder, y sacaron a la fuerza a tu presidente, y tú también saliste a la calle a defender la democracia, y la Constitución, cuando casi estabas comenzando a descubrirla; y la historia que no debía ser nuevamente conculcada por otro dictador más en tu país que no pocas veces estuvo bajo la bota de los militares. Y resulta que el domingo 5 de julio te encontraste en el camino de otra lección, esta terrible: la criminal puntería de un militar golpista.
Acaso te dio tiempo saludar y dar un viva al avión que sobrevolaba el aeropuerto de Toncontín intentando infructuosamente aterrizar para reinstaurar al Presidente. Pero el brinco de medio metro de altura que diste no fue de alegría, te lo obligó un balazo en la cabeza.
Donde estés, debes saber otra cosa: sobre el charco de tu sangre el pueblo ya ha puesto flores y mensajes... tú ya eres historia.