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La diaria agonía de las madres de Gaza

La santa palabra «mamá», la primera palabra que pronunciamos, ha perdido todo su valor bajo el régimen del apartheid sionista implantado por la ocupación militar israelí con apoyo de Washington

Autor:

Leonel Nodal

 

Apenas inició mayo comenzaron a aparecer en las redes sociales mensajes con sugestivas ofertas de regalos, premios, agasajos, para rendir tributo a las madres, con motivo de su día, en buena parte del planeta celebrado el segundo domingo de este mes.

No hay que engañarse, es puro pollo kikirikí, mercadeo, gestión de ventas oculta en la explotación de los sentimientos.

Apenas abrí el primer sitio de noticias, la realidad del verdadero desafío entre amor y dolor me nubló los ojos. Allí saltaba a la vista el llamado que cuenta: «El hambre y la desnutrición aumentan en Gaza mientras el bloqueo de Israel deja a las madres con pocas opciones». No lo dice un panfleto de los «terroristas», como califican a los palestinos... lo reconoce entre sus tres principales informaciones del domingo APnews, la agencia internacional de noticias más consultada, leída por más de cuatro mil millones de personas en el mundo.

«El bloqueo total de Israel a Gaza entra en su tercer mes, y los suministros de alimentos y medicamentos en este territorio palestino, que depende de la ayuda humanitaria, se están agotando peligrosamente. La desnutrición aguda infantil es cada vez más frecuente, mientras que los hospitales penden de un hilo, obligados a priorizar las emergencias mortales causadas por ataques con numerosas víctimas. El bloqueo más prolongado de Israel a Gaza, que comenzó el 2 de marzo, ha provocado una creciente indignación internacional. Sin embargo, esto no ha logrado convencer a Israel de abrir las fronteras».

Así resume la situación actual la corresponsal de APnews desde Khan Younis.

En ese mismo instante mientras leo, aparece en pantalla una nueva nota escalofriante de Palestine Chronicle: «Otro niño murió por desnutrición y deshidratación en el Hospital Al-Rantisi, al oeste de la ciudad de Gaza, mientras el Relator Especial de la ONU condenaba la hambruna de los habitantes de Gaza como una vergüenza para la comunidad internacional».

Según puntualiza el Director de los Hospitales de Campaña del Ministerio de Salud de Gaza, los casos de lesiones y muertes por desnutrición están aumentando. Desde el comienzo de la agresión israelí, el 7 de octubre de 2023, suman 53 las muertes en la Franja debido a la desnutrición, pero ahora aumentan los riesgos.

Sarah El Deeb ha cubierto Oriente Medio durante dos décadas, conoce y cuenta muy bien lo que ha visto en Khan Younis: «El pequeño llora y, comprensiblemente, está irritable. La diarrea lo ha aquejado durante la mitad de su breve vida. Está deshidratado y muy débil. Tiene conectado a su diminuta mano izquierda un tubo amarillo que lleva alimento líquido a su frágil organismo. A sus nueve meses, Khaled apenas pesa cinco kilos, la mitad de lo que debería pesar un bebé sano de su edad.

Y en la principal sala del hospital pediátrico de Gaza, mientras los médicos intentan salvar a su hijo, Wedad Abdelaal solo puede observar. Tras varias visitas de urgencia consecutivas, los médicos decidieron ingresar a Khaled el fin de semana pasado. Durante casi una semana, lo alimentaron por sonda y luego le dieron suplementos y leche embotellada, que se distribuye cada tres horas o más. Su madre, nerviosa e impotente, dice que eso no es suficiente.

Ojalá nos lo dieran a cada hora, dice Abdelaal. «Este cierre de fronteras nos está destruyendo».

Abdelaal sufre por sus otros hijos, de vuelta en su tienda de campaña, con ollas vacías y sin nada que comer, mientras el bloqueo israelí de Gaza entra en su tercer mes, el más largo desde que comenzó la guerra.

Gaza, encerrada, sellada y devastada por los bombardeos israelíes, se enfrenta a la hambruna. Las reservas de alimentos en los almacenes de la ONU se han agotado. Los mercados se están vaciando. Lo que aún queda disponible se vende a precios exorbitantes, inasequibles para la mayoría en Gaza, donde más del 80 por ciento depende de la ayuda humanitaria.

Los reportes alertan que  los comedores comunitarios, que distribuyen comidas a miles de personas, están cerrando.  Las panaderías han cerrado. El suministro de agua se está paralizando, en gran parte por la falta de combustible. En escenas desesperadas, miles de personas, muchos de ellos niños, se agolpan frente a los comedores comunitarios peleándose por la comida. 

La ayuda humanitaria en Gaza «se enfrenta al colapso total», advirtieron los directores de 12 organizaciones de ayuda independientes en un comunicado conjunto. Añadieron que muchos grupos han suspendido sus operaciones porque la reanudación de los bombardeos israelíes el mes pasado ha vuelto la situación demasiado peligrosa.

No han entrado alimentos, combustible, medicamentos ni ningún otro suministro en Gaza desde que Israel impuso su bloqueo el 2 de marzo. Reanudó sus bombardeos el 18 de marzo al romper el alto el fuego, y se apoderó de amplias zonas del territorio, afirmando que su objetivo es presionar a Hamás para que libere a más rehenes.

Cientos de personas han muerto y más de 400 000 palestinos se han visto obligados a huir de sus refugios en el último de múltiples desplazamientos.

Israel ha ignorado los llamados del Secretario General de la ONU para que abra las fronteras. Y lo que es peor, Estados Unidos, principal aliado y proveedor de armas y pertrechos, asistencia técnica y financiera del Gobierno sionista, comparte y secunda todas las criminales secciones del Gobierno de ultraderecha dirigido por Netanyahu que configuran un genocidio.

Los asesinatos indiscriminados de familias palestinas completas alojadas en tiendas de campaña, que hoy se ejecutan mediante bombardeos aéreos con aviones suministrados por Washington como ayuda militar gratuita, resultan tan atroces o más que los crímenes del fascismo hitleriano.

Cada vez más grupos defensores de los derechos humanos acusan a Israel de usar la hambruna como arma de guerra. «Estamos destrozando el cuerpo y la mente de los niños de Gaza», declaró Michael Ryan, director ejecutivo de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud, a la prensa en Ginebra. «Porque si no hacemos algo al respecto, seremos cómplices de lo que está sucediendo ante nuestros propios ojos... Los niños no deberían tener que pagar las consecuencias».

Desde principios de año, más de 9 000 niños han sido ingresados ​​o tratados por desnutrición aguda, según Unicef. El aumento fue
especialmente drástico en marzo, con 3 600 casos, un incremento del 80 por ciento en comparación con los 2 000 de febrero.

Hasta la primera semana de mayo la guerra israelí de exterminio había asesinado 52 567 palestinos, 70 por ciento mujeres y niños, madres e hijos sacrificados sin distinción. Otros 118 610 resultaron heridos o mutilados, en tanto 14 000 figuran como desaparecidos bajo los escombros.

Ante la incapacidad del ejército de ocupación para conseguir esa rendición incondicional de Hamás y la victoria total de Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu intenta preservar el cargo con la prolongación de la guerra de exterminio. Por el contrario, decenas de miles de israelíes demandan en todas las ciudades un acuerdo del alto el fuego e intercambio de prisioneros con Hamás.

Desde octubre de 2023, Gaza desaparece ante nuestros ojos, víctima de un crimen que las más altas autoridades morales, jurídicas e intelectuales del mundo se han atrevido a calificar sin ambages como genocidio.

La santa palabra «mamá», la primera palabra que pronunciamos, ha perdido todo su valor bajo el régimen del apartheid sionista implantado por la ocupación militar israelí con apoyo de Washington.

Los mensajes de felicitación y las ofertas de regalos de todo género por el Día de las Madres: tortas, pasteles y cajas de bombones, entre otros, tienen un amargo sabor para mujeres y niños que en Palestina solo aspiran a la vida.

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