Cuando el egresado llega a la empresa viene con ideas frescas, actualizadas, que de alguna forma, si se saben aprovechar, pueden servir al mejoramiento de la calidad de los procesos. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
CIENFUEGOS.— Implementar de manera armónica la actualización del modelo económico cubano requiere multiplicar los oídos y las voces del país, inmersos en encontrarle mayores y mejores cauces al futuro de la Isla. También es necesario brindar una contribución duradera y segura a la existencia de un proyecto social cuya naturaleza atípica ha surcado siempre aguas profundas a favor del hombre.
Tan alto desafío ha abierto diálogos, experiencias compartidas y criterios encontrados. Y en todo ese amplísimo espectro de juicios ha estado con neuronas mayúsculas el pensamiento económico joven, buscando enrumbar cada transformación con sentido de continuidad, alertando lo necesario, advirtiendo lo urgente y llevando paso a paso lo que hace falta.
Un intercambio de criterios con jóvenes profesores de las ciencias económicas y empresariales de la Universidad Carlos Rafael Rodríguez, de esta provincia, arrojó nuevas miradas sobre el asunto y permitió confirmar cuánto pueden hacer ellos en un contexto como este, al sentar pautas para una reflexión más oportuna, y nutrir con mayores argumentos el inevitable debate que va desde uno mismo hacia toda la sociedad.
Brindar explicaciones diáfanas y mostrar ejemplos concretos que ilustren y despejen dudas constituye un aporte esencial a la ejecución práctica de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso del Partido, con el fin de comprender conceptos, categorías y formas de control y planificación, que pueden parecernos a simple vista difíciles de comprender.
Los economistas, especialmente los de menor edad, debemos ser capaces de viabilizar, canalizar y discutir en nuestro radio de acción aspectos medulares relacionados con la implementación de cada idea, la cual debe entenderse en el lugar donde se aplica y entre quienes la desarrollan, subraya con énfasis Alay Correa Sánchez, licenciado en Economía y profesor de Contabilidad.
«La actualización del modelo económico nacional no es algo inamovible, rígido. Es un proceso sujeto a reajustes e interpretaciones que pasan por el prisma y la capacidad de análisis de cada ser humano, y en el que no todos los resultados se verán de hoy para mañana.
«Nada existe al margen de una sociedad y de la célula fundamental de esta, la familia, por lo que el espacio que se abre en casa resulta también un escenario importante para ver cómo se imbrica la economía doméstica o la individual con otras transformaciones de mayor envergadura.
«Que cada cubano llegue a recibir una retribución en correspondencia con su capacidad y su trabajo, depende en buena medida de las maneras con las que operativamente se vayan desarrollando los cambios necesarios, bien en un corto, mediano o largo plazo.
«Es destacable que los Lineamientos aprobados en el Congreso del Partido son expresión del ejercicio participativo y crítico que desarrolló toda la sociedad, de conjunto con la orientación de especialistas, que por sus conocimientos pudieron contribuir y brindar propuestas más elaboradas», argumenta Alay Correa.
Para este perlasureño de solo 27 años, uno tiene que cuestionarse cosas partiendo de que todo cambia. «Por ello cada núcleo familiar, cada barrio, cada comunidad, cada empresa ha de verse como una situación particular, sin asumir una postura homogeneizadora. Es preciso respetar las singularidades.
«Una vez que los fenómenos y las realidades se asumen como algo necesario, pero nuevo, hay que ayudar a despejar el temor mediante un lenguaje asequible, diáfano, que posibilite al individuo reconocerse como protagonista y responsable de las transformaciones.
«Cuando hablamos, por ejemplo, de la necesidad de eliminar los subsidios excesivos y las gratuidades indebidas de determinados productos y servicios, es necesario focalizarlo en el área que se analiza y convocar entre todos a pensar de dónde provienen los recursos utilizados con ese fin, qué conforma el presupuesto del Estado, hacia qué se destina prioritariamente y cuánto uno le aporta. Se trata de elementos sobre los cuales existe todavía en algunos lugares mucho desconocimiento.
«A veces se hace imprescindible explicar que muchas de las transformaciones se orientan con el propósito de que los ingresos salariales tengan progresivamente un reflejo activo en la satisfacción de las necesidades básicas de cada trabajador y su familia. Y eso le interesa tanto al profesional más prestigioso que a aquel que labora honradamente en el cuidado del ornato de las calles.
«Si bien es decisivo el intercambio de experiencias con todos los grupos de la sociedad, desde el adulto ya formado hasta cualquier anciano, resulta trascendental poner esa deliberación crítica y autocrítica en función de la juventud. Que seamos los jóvenes, lo mismo el profesor universitario, el campesino que el trabajador por cuenta propia, quienes reflexionemos y razonemos, con suficiente capacidad para enriquecer lo que piensa el director de una empresa o el presidente del CDR.
«Como es sabido, está trazado con meridiana claridad todo lo que debemos hacer. Lo que hace falta ahora es encontrar la forma apropiada de ejecutarlo. Y para ello se impone buscar un mayor entendimiento colectivo que fortalezca la gestión y permita en cada terreno una correcta operatividad».
De manera concreta
Desde la perspectiva integradora de una ingeniera industrial, dada a especializarse y adquirir determinadas habilidades en el análisis de procesos, la profesora Dainelis Curbelo Martínez, quien se desempeña además como vicepresidenta de Atención a Jóvenes de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC) en esta provincia, considera vital guiar el examen con una mirada sistémica de la sociedad, donde todo influye y se interconecta.
«Si se quiere ayudar a materializar los Lineamientos habría que contribuir, en primer lugar, a corregir principalmente entre los directivos, que son los encargados de dirigir y efectuar cada paso, algunas deformaciones o incompetencias culturales asociadas a términos económicos como productividad, eficiencia, salario medio, planificación, control interno y muchos otros.
«Con ello no se ha de pretender formar economistas de modo intensivo, sino dotar a las personas más importantes en el proceso de herramientas que les permitan emitir criterios con un conocimiento de causa, y que estimulen sugerencias oportunas y bien pensadas.
«Cómo mejorar la misión del escenario empresarial cubano; de qué forma se pueden lograr mayor flexibilidad en la gestión administrativa, poder de decisión de los empresarios y mejor remuneración económica para el trabajador, son preguntas que tienen sus coordenadas de respuesta en los mismos Lineamientos. Pero inevitablemente dependen de su definición en la “concreta”, al lado del surco, en el taller, en el barrio, con un matiz inclusivo que potencie y reconozca el criterio oxigenador de la masa joven.
«Cuando el egresado llega a la empresa viene con ideas frescas, actualizadas, que de alguna forma, si se saben aprovechar, pueden servir al mejoramiento de la calidad de los procesos, y a que el hombre se vea sobre todo identificado y útil.
«El ser humano es el recurso estratégico y principal de la empresa socialista. Es el que tiene la capacidad de cambiar, integrar estilos y procedimientos de trabajo, ofrecer soluciones y beneficiar el funcionamiento sistémico de su sociedad como portador del conocimiento, aspecto que algunos estudiosos consideran un elemento diferenciador en el siglo XXI».
Destaca Dainelis que en el contexto actual, un notable papel ha desempeñado y debe seguir desempeñando la ANEC en cada territorio, en función de preparar y recalificar a los cuadros, y de elevar la educación económica de los trabajadores para lograr su participación y apoyo conscientes en la aplicación de cada objetivo ya delineado.
«La organización está también al tanto de los graduados y programa para ellos con cierta periodicidad talleres e intercambios de experiencias sobre la actualización, con el fin de que cualquier debate se revierta luego a favor de las empresas y oxigene esos espacios tan definitorios».
Fuerza dinamizadora
Hacerse sentir como una fuerza dinamizadora capaz de imbricar cualquier urgencia o necesidad con basamento científico, debe ocupar hoy también a los economistas de más corta edad, sustenta el joven ingeniero y profesor Alexander Brito.
«Como bien se recoge en los Lineamientos, es preciso que las entidades económicas en todas las formas de gestión cuenten con un marco regulatorio que favorezca la introducción sistemática de los resultados de la ciencia, la innovación y la tecnología en los procesos productivos y de servicio.
«De la misma forma, se consigna la importancia de continuar fomentando el desarrollo de investigaciones sociales y humanísticas sobre asuntos prioritarios de la vida de la sociedad, y perfeccionar los métodos de introducción de estos resultados en la toma de decisiones a los diferentes niveles, con lo cual se ponga la eficiencia académica en función de las urgencias del país.
«Pienso que ambos aspectos constituyen un llamado a que las propuestas finales de cada trabajo científico, previamente acordado, no vaya a parar a las gavetas, sino que tenga por su rigurosidad, validez y pertinencia, una concreción y un impacto real en su ámbito de análisis.
«En ello hay mucho por hacer, al igual que en abrirle paso al desarrollo local, en el que los actores esenciales hemos de ser los usuarios y beneficiarios de ese espacio.
«Ahora todo debe ir comprendiéndose y ejecutándose poco a poco, sin demoras ni apresuramientos, a su debido tiempo. Creo que el sentido de pertenencia, la seguridad y el compromiso con que se intente explicar las cosas, y sobre todo la transparencia, nos pone en buenas condiciones para echar a andar lo que se necesita», concluyó Brito.