Los que la vieron apenas dieron crédito a sus ojos, y todos por igual se la comían con los ojos
El convento de las clarisas o de Santa Clara, en La Habana Vieja, es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Las gestiones para construirlo se iniciaron el 6 de abril de 1603 con un pedimento al rey Felipe III que no tendría respuesta hasta 30 años después cuando su sucesor, Felipe IV, lo autorizó. En 1922 las 31 monjas que conformaban entonces la comunidad de las clarisas se trasladaron a un nuevo edificio en la barriada de Lawton, donde permanecerían hasta 1961
El gran caricaturista Juan David me dijo una vez que los monumentos sirven para que la gente se olvide de los personajes monumentados. Por suerte, el mundo no es tan dramático