Verónica Parra González cursa el 4to. año de la Licenciatura en Bioanálisis Clínico. Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 19/04/2025 | 06:52 pm
HOLGUÍN.— «Desde niña, la Medicina fue un sueño. Nunca me vi haciendo otra cosa», asegura Leansy Ávila Hernández, estudiante de 5to. año de esa carrera en la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín (UCMHo). En ella ha basado todo su proyecto de vida, y mientras se forma académicamente ya tiene un contrato en el hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja.
«Al trabajo me vinculo luego de las tareas docentes que me tocan normalmente, sobre todo en las noches. Tengo el contrato de Técnico Básico de Enfermería, que consiste en realizar procederes, inyectar medicamentos, evolucionar las historias clínicas, entre otros aspectos.
«Eso ha sido de gran utilidad para mí, porque me ha enseñado a realizar diferentes labores de enfermería con las que los estudiantes de Medicina no tienen mucho vínculo. Es importante ser capaces de hacerlo todo, en caso de que no haya un enfermero cerca», detalla.
La futura doctora confirma que esta experiencia le permite, además, tener mayor contacto con los medicamentos, dominar sus nombres, propiedades y formas de empleo. «Hemos rotado por varias salas del hospital y aprendemos de cada uno de los casos. Complementa muchísimo nuestra formación y nos permite reforzar otros conocimientos.
«Me gustaría hacer una especialidad y seguirme preparando. Los médicos nunca dejan de estudiar, pero es lo que me gusta, lo que he decidido ser y espero lograrlo. Creo que los universitarios debemos superarnos, siempre con la meta perenne de obtener el título por el que ingresamos. A pesar de las dificultades, no podemos perder de vista nuestro propósito ni dejar de amar lo que hacemos», asevera.
La joven es parte de los más de 200 estudiantes de la UCMHo vinculados con el trabajo en diferentes áreas, sobre todo en centros asistenciales, en respuesta a la estrategia que despliega esa institución para garantizar la preparación integral de sus educandos.
Según comentó Mirna González Sánchez, directora de Formación de profesionales en la Universidad, los incorporados al empleo por medio de la contratación en diversas esferas reafirman el interés de reforzar sus habilidades desde otros modelos de formación, mientras reciben una remuneración por ello.
«Se evidenció en 2024, y hasta la fecha, en la incorporación de jóvenes en diversas tareas, como labores en la residencia estudiantil o en funciones de enfermería y laboratorio en unidades asistenciales, entre otras que aportan al desarrollo social», explicó. Según González Sánchez, los estudiantes interesados están amparados por el Ministerio de Salud Pública y pueden dirigirse al departamento de Recursos Humanos del lugar donde realizan su educación para, luego de hacer efectiva su contratación, realizar un levantamiento a nivel de provincia. «No solo tenemos contratos en el municipio cabecera: también se han sumado las filiales municipales de Banes, Mayarí y Moa».
Encontrar el camino
«Hoy día, los estudiantes universitarios no solo deben enfocarse en sus estudios o requerimientos de sus carreras, también tienen que lidiar con factores económicos y familiares. Desde la Federación Estudiantil Universitaria trabajamos con muchachos vulnerables que, incluso, están al frente de un hogar.
«Muchas veces, se recurre a un trabajo por cuenta propia, que ofrece mayor solvencia económica, pero en ocasiones no los ampara en materia de seguridad social. En este escenario, surge la buena opción de vincularnos con trabajos estatales relacionados con nuestras carreras», contó Verónica Parra González, quien cursa el 4to. año de la Licenciatura en Bioanálisis Clínico.
Recuerda que su sueño de niña era trabajar en un laboratorio. La carrera de Bioquímica despertó su interés, pero becarse en La Habana se escapaba de sus posibilidades. «En 11no. grado, me di a la tarea de buscar una carrera similar que se estudiara aquí y me permitiera acercarme al mundo de las investigaciones dentro del espectro científico. Ahí encontré Bioanálisis, que no había estado disponible por ocho años.
«En mi 1er. año, tuve la posibilidad de visitar el laboratorio de Biología Molecular del Centro de Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias. Allí me explicaron todo lo que hacen y en qué consiste la enfermedad. Me resultó curioso que, a pesar de su prevalencia en Holguín, sea desconocida por muchos.
«A partir de ahí, me seguí vinculando con ellos en mi tiempo libre, hasta que llegó la oportunidad de contratarme como Técnico B del Laboratorio de Biología Molecular. Al tratarse de enfermedades hereditarias, se analiza la genética del paciente. Mi relación con el centro ha posibilitado mi desarrollo profesional.
«Es un trabajo único. La oportunidad de ver lo que se hace allí no la tendré en ninguna otra institución asistencial del país. Me he superado y preparado para la docencia por mis estudios en ese laboratorio. Gracias a mis tutores, tengo un tema de tesis y uno de doctorado. Puedo decir que ya sé cuál va a ser mi camino».
La importancia de los estudiantes
Onier Creo Montero, estudiante de 4to. año de Medicina, siempre observó con devoción a los profesionales de las batas blancas. Según cuenta, «cuando me llevaban a la consulta o iba al hospital, sentía gran admiración por quienes te recibían con toda la ternura y te compartían sus conocimientos.
«Ser estudiante universitario es un reto, ser un estudiante de las ciencias médicas lo es aún más. Las horas de autopreparación y estudio exigen un cambio radical de estilo de vida. Hay que saber tener un equilibrio entre ser joven, divertirte, tener vida social y, sobre todas las cosas, ser médico en formación.
«La carrera exige muchas horas de lectura e investigación. En la actualidad, es bastante complejo dedicarte seis años a estudiar una de las profesiones más difíciles y extensas que hay. Es más sencillo estudiar otra cosa o simplemente vincularse con el trabajo no estatal.
«A raíz de los acuerdos tomados con respecto al empleo estudiantil, se brindó la posibilidad de contratarnos para cubrir las necesidades de los servicios en los centros asistenciales. Yo estoy contratado en el Pediátrico como técnico básico de Enfermería, gracias a las habilidades obtenidas en la carrera, que te vinculan con la práctica desde 1er. y 2do. años en atención primaria y, a partir del 3er. año, en la atención secundaria.
«Más que el beneficio de la atención económica, el empleo estudiantil te permite consolidar y poner en práctica conocimientos indispensables para la formación integral del profesional de la Salud.
«En mi experiencia personal, tuve la posibilidad de trabajar en los diferentes servicios de Pediatría, lo que me coincidió con la rotación de esa especialidad. Era increíble el nivel de preparación que se obtenía, porque lograbas materializar en las noches lo aprendido en las conferencias o los pases de visita.
«Soy alumno ayudante de Cirugía Plástica y Caumatología, y siempre he contado con el apoyo de los profes de este servicio en el hospital, y del personal de Enfermería, con quienes me he vinculado desde el 1er. año de la carrera.
«Me han llegado pacientes en las noches a los cuales he tenido que brindar atención y, a raíz de estas experiencias, los estudiantes podemos percibir nuestra importancia. Quiero seguir estudiando e investigando, sin dejar de ser joven, con la convicción de convertirme en un buen médico».