Canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
NACIONES UNIDAS, octubre 26.— Por aplastante mayoría, la comunidad internacional rechazó por decimonovena ocasión el criminal bloqueo contra Cuba en la Asamblea General, cuando 187 países, de los 192 con que cuenta, se pronunciaron a favor de la Resolución cubana que pide el levantamiento de esa criminal política genocida.
La votación puso de manifiesto nuevamente la soledad estadounidense, cuando solo dos países votaron en contra —uno de ellos los propios EE.UU. y su aliado Israel—: uno menos que el año pasado, toda vez que Palau, que en las votaciones anteriores se unió a Washington, ahora se abstuvo junto a Islas Marshall y Micronesia.
Los 187 países que respaldaron la resolución representan el 97,39 por ciento del concierto de países de la ONU, la proporción más alta lograda desde el ejercicio sobre el tema iniciado en 1992, valoró después el embajador de Bolivia en la ONU, Pablo Solón, al intervenir.
La votación fue sellada por un cerrado aplauso como el que, minutos antes, se escuchó al concluir su discurso el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, quien recibió las felicitaciones de muchos diplomáticos en el escaño.
Durante la jornada, 20 oradores usaron de la palabra y, luego de la votación, otros 17 argumentaron su postura a favor de Cuba.
Entre quienes lo hicieron se encontraban embajadores que representaban a foros donde se agrupan conglomerados de naciones como el Grupo de los 77 más China, los No Alineados, la Unión Africana, CARICOM y MERCOSUR, reportó PL.
Al explicar el ejercicio del sufragio antes de la votación, la representante de Nicaragua ante la Asamblea General, Mary Rubiales, reconoció al pueblo de Cuba su «heroísmo, solidaridad, humanismo, generosidad y entrega», y pidió a la comunidad internacional acompañar «una vez más (a la Isla) con su voto favorable».
La otra «explicación» del voto fue la del representante de EE.UU. quien, sin nada que argumentar a favor de una política casi unánimemente rechazada, insistió, entre otras falacias, en tratar de presentar al bloqueo como un asunto «bilateral», y en negar que constituye un acto de genocidio. Minutos después, el canciller cubano Rodríguez Parrilla desmentiría de manera contundente esas aseveraciones, cuando ejerció el derecho de réplica.